Terapia emocional para niños

Son diversas las situaciones que pueden llevar a un niño a lidiar con emociones intensas que le sobrepasan. En este caso, la terapia emocional puede ayudarle a comprender y manejar esos estados internos.

Niño en el psicólogo haciendo terapia emocional.

Es frecuente escuchar a padres y madres hablar con tranquilidad de que sus hijos acuden a terapia del lenguaje o de la motricidad. Todos comprendemos que, si existe alguna dificultad en estos ámbitos, es adecuado proporcionarle al niño la ayuda necesaria. Sin embargo, aún hay cierto estigma respecto a la terapia emocional para niños, aun sabiendo que las emociones son un aspecto fundamental de su desarrollo.

La reticencia hacia la terapia emocional puede producirse por desconocimiento: todavía pensamos que al psicólogo solo van aquellos niños y adultos gravemente trastornados. También puede influir el sentimiento de culpa que se genera en los padres al pensar que no son capaces de educar adecuadamente al niño por sí mismos.

La realidad es que la psicoterapia es sumamente beneficiosa y necesaria ante cualquier dificultad que experimenten los infantes. Acudir a un terapeuta no implica que tengan problemas graves ni que los padres sean ineptos o negligentes. Todo lo contrario, es un acto de amor y de responsabilidad; los padres no siempre tenemos todas las respuestas y es muy positivo buscarlas en un profesional.

¿Cuándo es necesaria la terapia emocional para niños?

Existen diversas situaciones que pueden producir en el niño emociones intensas, difíciles de manejar para él. Presta atención a sus conductas y actitudes, pues esta es la mejor manera de comprobar si está teniendo dificultades emocionales.Niño hablando con su psicóloga en terapia emocional.
Es posible que tenga cambios de humor repentinos, que se sienta apático y sin interés en actividades que antes le agradaban. Puede que se encuentre distraído y manifieste problemas de atención en la escuela. Tal vez esté irritable, tenga rabietas incontrolables o se muestre desafiante o retraído.

En general, las dificultades en el colegio, en el hogar o con los amigos pueden esconder un problema emocional. Pero los siguientes son algunos de los eventos que, con más frecuencia, causan sufrimiento emocional en los niños:

  • Divorcio de los padres.
  • Enfermedades, operaciones u hospitalizaciones.
  • Muerte de un ser querido.
  • Conflictos, problemas o violencia familiar.
  • Cambios en su vida de todo tipo: el nacimiento de un hermano, una mudanza, un cambio de escuela…

¿Cómo se trabaja con los niños en terapia emocional?

En primer lugar, es necesario saber que la terapia con niños es totalmente diferente a la de los adultos y que está completamente adaptada a su edad y sus capacidades. Los siguientes son algunos de los principales elementos que la componen.

Vínculo con el terapeuta

Es imprescindible que el niño se sienta a gusto con la persona que va a acompañarlo en su proceso. Ha de transmitirle confianza y seguridad y han de tener una buena sincronía. Es posible que el primer terapeuta al que acudas cumpla con estos requisitos, pero también puede ser que no lo haga. Así, no temas cambiar y probar con otros profesionales hasta dar con aquel que os haga sentir cómodos.

Juego

La terapia con niños incluye elementos propios que la hacen más accesible para los pequeños. Tanto en la fase de diagnóstico como en la de tratamiento propiamente dicho se emplean el juego, el dibujo y diversos muñecos y juguetes. El niño se encuentra en un espacio seguro y distendido en el que se le permite expresarse de un modo que le resulta natural y ameno.Padres con su hija en terapia emocional.

No pienses que tu hijo tendrá que permanecer sentado en una silla conversando sobre asuntos que no comprende o respondiendo preguntas intrincadas. En realidad, es un proceso con el que los niños suelen sentirse muy a gusto, ya que todo el formato de la terapia se adapta a ellos.

Inteligencia emocional

El objetivo de la terapia emocional es desarrollar en los niños la inteligencia emocional, una cualidad que ha demostrado estar relacionada con la felicidad, la satisfacción vital, un mejor rendimiento académico y relaciones sociales más satisfactoria.

Así, a través de diversos juegos y dinámicas, se enseña al niño a reconocer e identificar las distintas emociones. Se le recuerda que todas ellas son válidas (está bien estar enfadado o triste en ciertos momentos) y se le ayuda a expresarlas de una forma adecuada.

Al finalizar, el niño será más capaz de comprender sus propias emociones y de dónde surgen. Y, además, contará con las herramientas necesarias para manejarlas y que estas no le causen sufrimiento. Por ende, si piensas que tu pequeño puede necesitar ayuda con sus emociones, no dudes en buscar a alguien que pueda proporcionársela.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

Scroll al inicio