El tacto vaginal es un procedimiento exploratorio que realiza el especialista durante el trabajo de parto, con el fin de valorar su evolución y el estado de los órganos genitales.
Por ser una prueba invasiva, su realización debe seguir un criterio clínico estricto y ser practicada profesionales entrenados. De igual manera, debe reducirse al mínimo la frecuencia de realización durante el proceso de nacimiento.
Veamos más sobre este examen diagnóstico, sus indicaciones, el procedimiento y ante qué condiciones es necesario evitarlo.
¿Para qué se realiza esta exploración ginecológica?
Aunque incomodo, el tacto vaginal es una exploración física que brinda información importante sobre el estado de los tejidos maternos y fetales durante el trabajo de parto. Permite determinar los siguientes parámetros:
- Consistencia del cuello uterino: si está blando, medio o duro.
- Borramiento o adelgazamiento del cuello uterino.
- La dilatación uterina: esto lo realiza a través de la palpación del diámetro del cuello uterino.
- Presentación del bebé: cefálica si se palpa la cabeza o podálica cuando viene de nalgas.
- Altura de presentación: es la posición del bebé en relación a la estructura ósea de la pelvis materna.
- Descenso y rotación de la cabeza del bebé en el canal del parto.
- Complicaciones relacionadas al trabajo de parto: como una presentación transversa, un prolapso del cordón u otra anomalía que pueda poner en riesgo el bienestar del bebé.
¿Cómo se hace el tacto vaginal?
Al tratarse de una prueba invasiva y de cierto riesgo, debe ser realizado únicamente por personal entrenado bajo las pautas correctas de asepsia. Por ejemplo, tener las manos limpias y cubiertas por guantes estériles.
Antes de realizar el tacto el especialista pedirá tu permiso y te explicará cómo será. En este momento podrás sacarte tus dudas, como saber cuál es la finalidad del procedimiento.
Luego, te indicará que te tumbes en la camilla sobre tu espalda, con las rodillas dobladas y las piernas abiertas y apoyadas sobre la camilla.
Seguidamente, el doctor introducirá sus dedos índice y medio dentro de tu vagina para palpar el cuello del útero y hacer su respectiva valoración. Es posible que esto te resulte algo incómodo, por la presión que se ejerce sobre una zona tan sensibilizada en esos momentos.
¿Cuándo se realiza el tacto vaginal?
Generalmente, este procedimiento se realiza durante el trabajo de parto para valorar la progresión. Lo normal es que el primer tacto se realice al llegar a la maternidad, en el contexto de la evaluación inicial, para establecer en qué estadio te encuentras.
Sin embargo, también puede ser necesario practicarlo durante el embarazo a fin de evaluar el estado de los tejidos ante una amenaza de aborto o una insuficiencia cervical.
¿Cuántas veces está permitido realizar el tacto vaginal?
Si bien no existe un número de veces exacto, lo más conveniente es realizar pocos tactos durante el trabajo de parto. En primer lugar, porque es molesto y en segundo lugar, porque puede aumentar el riesgo de infecciones.
Según la OMS, se debe reducir al mínimo la frecuencia de tactos vaginales para evitar estos desenlaces. En este sentido, se recomienda realizar un tacto vaginal a intervalos de cuatro horas para valorar la progresión del trabajo de parto. Vale aclarar que cuando no se constata avance a lo largo del tiempo es necesario tomar otros recaudos y por eso se justifica la reiteración de la prueba.
De igual manera, se recomienda que este procedimiento se realice solo bajo la aprobación de la gestante, quien además puede exigir que esta exploración la realice su médico de cabecera o su matrona de confianza.
¿En qué circunstancias está contraindicado el tacto vaginal?
Esta prueba exploratoria está contraindicada en algunas situaciones como las que se describen a continuación:
- Placenta previa.
- Hemorragia vaginal.
- Presentación fetal transversa o podálica.
Algunas consideraciones finales
Como has podido comprobar, el tacto vaginal es un procedimiento bastante útil para los profesionales de salud durante el parto. Sin embargo, no es una práctica aconsejable durante el embarazo, por el riesgo de provocar lesiones e infecciones.
Para tu tranquilidad, este es un tema que puedes hablar con tu médico o tu matrona antes de parir. Ellos te guiarán acerca de la frecuencia recomendable y la necesidad de su realización. Y recuerda que en caso de que no lo aceptes, debes hacérselos saber con antelación.
Bibliografía
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