El sudor y el olor corporal son dos protagonistas importantes de los cambios físicos de la adolescencia. De hecho, suelen ser un motivo de consulta muy frecuente porque logran afectar la autoestima e incluso, interferir en la convivencia familiar.
Te contamos porque se producen estos cambios en tu cuerpo y qué medidas deberías adoptar para prevenirlos. ¡No te lo pierdas!
¿Qué es el sudor?
El sudor es una mezcla acuosa de sustancias químicas muy complejas. Se compone principalmente de agua, cloruro de sodio (sal) y diversos elementos en concentraciones variables. Entre ellos, la vitamina K y algunas enzimas o péptidos.
El propósito de esta secreción es la regulación de la temperatura y la protección de la barrera cutánea. Por lo tanto, su producción es parte de un proceso fisiológico, natural y esencial para la salud.
Las glándulas productoras
Existen dos tipos principales de glándulas sudoríparas, que son las responsables de la generación del sudor:
- Glándulas sudoríparas ecrinas: son las más numerosas, se distribuyen por casi todo el cuerpo y producen la mayor cantidad de sudor. Suelen concentrarse en las manos, los pies, la cara y la espalda.
- Glándulas sudoríparas apocrinas: cumplen un papel menor en la producción general del sudor, ya que están limitadas a regiones específicas del cuerpo, como las axilas, las aréolas y la zona genital externa.
Además de las sudoríparas, nuestra piel contiene otro tipo de glándulas (llamadas sebáceas) que secretan un líquido más viscoso y grasoso. Este producto se acumula en la superficie de la piel y puede modificar la composición del sudor. En general, se localizan próximas a los folículos pilosos, a nivel del cuero cabelludo, la cara y el área anogenital.
Cambios en el sudor y en el olor corporal durante la adolescencia
Cuando inicia la pubertad se producen cambios hormonales en todo el cuerpo, los cuales también afectan a las glándulas sudoríparas y sebáceas de la piel.
Las hormonas de esta etapa modifican el pH cutáneo y esto genera un incremento de la flora bacteriana habitual, la cual se encarga de la descomposición del sudor y de la modificación de su olor. Por lo tanto, el aumento en el número de bacterias de la piel se traduce un mayor olor corporal desagradable, característico de esta etapa.
Por su parte, las glándulas ecrinas también reciben el estímulo de las hormonas puberales y aumentan la producción de sudor en todo el cuerpo. Esto explica por qué los adolescentes transpiran mucho más que los niños.
La bromhidrosis
Esta es una patología común, que afecta significativamente la calidad de vida de quien la padece. Su característica principal es la presencia de sudor maloliente en todo el cuerpo.
En general, se puede tratar o prevenir con algunos cambios en los hábitos de higiene, pero también existen tratamientos médicos.
Es importante realizar la consulta al especialista ante cambios notables en el olor, ya que pueden estar relacionados con algunas enfermedades, como la diabetes, las enfermedades renales y los problemas hepáticos.
Lee también: : La hiperhidrosis infantil, cuando el niño suda mucho
Recomendaciones para evitar el sudor y el olor corporal en la adolescencia
Los cambios hormonales puberales son inevitables, pero puedes implementar algunas medidas higiénicas para mejorar tu calidad de vida. Por ejemplo, una rutina de limpieza suave con productos neutros y sin agentes agresivos ni sulfatos, es de lo más aconsejable.
A continuación, te enumeramos algunos consejos para mejorar el aspecto de tu piel:
- Incrementa la frecuencia de enjuague de la piel para combatir el exceso de sudor.
- Elige siempre productos de higiene con pH neutro, como geles antibacterianos.
- Opta por el desodorante que cubra mejor las necesidades de tu cuerpo: los desodorantes convencionales combaten a las bacterias que generan mal olor, mientras que los antitranspirantes disminuyen la producción de sudor y la humedad.
- Prueba con la depilación para disminuir la sudoración y el mal olor en ciertas áreas, como las axilas.
- Cambia de prendas de vestir varias veces por día y lávalas de manera correcta.
- Evita los calzados de materiales sintéticos, para mejorar el mal olor en los pies.
Acerca de los cambios físicos de la adolescencia
La adolescencia se acompaña de una enorme cantidad de cambios físicos y mentales, los cuales deben ser acompañados de la mejor manera posible.
En general, las modificaciones en la piel son leves y transitorias y tanto la hiperhidrosis como la bromhidrosis no frecuentes en esta etapa.
No obstante, los cambios mínimos pueden impactar enormemente en los jóvenes y es importante ofrecer las pautas de cuidado necesarias, para que esto no afecte sus emociones o sus relaciones sociales.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Lam TH, Verzotto D, Brahma P, Ng AHQ, Hu P, Schnell D, Tiesman J, Kong R, Ton TMU, Li J, Ong M, Lu Y, Swaile D, Liu P, Liu J, Nagarajan N. Understanding the microbial basis of body odor in pre-pubescent children and teenagers. Microbiome. 2018 Nov 29;6(1):213. doi: 10.1186/s40168-018-0588-z. PMID: 30497517; PMCID: PMC6267001. Disponible en: https://europepmc.org/article/pmc/pmc6267001
- Gerrett N, Griggs K, Redortier B, Voelcker T, Kondo N, Havenith G. Sweat from gland to skin surface: production, transport, and skin absorption. J Appl Physiol (1985). 2018 Aug 1;125(2):459-469. doi: 10.1152/japplphysiol.00872.2017. Epub 2018 May 10. PMID: 29745799. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29745799/
- Perera E, Sinclair R. Hyperhidrosis and bromhidrosis -- a guide to assessment and management. Aust Fam Physician. 2013 May;42(5):266-9. PMID: 23781522. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23781522/
- Semkova K, Gergovska M, Kazandjieva J, Tsankov N. Hyperhidrosis, bromhidrosis, and chromhidrosis: Fold (intertriginous) dermatoses. Clin Dermatol. 2015 Jul-Aug;33(4):483-91. doi: 10.1016/j.clindermatol.2015.04.013. Epub 2015 Apr 8. PMID: 26051066. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26051066/