7 señales de agotamiento psicológico en los padres

Ser madre puede resultar agotador, pero cuando este cansancio afecta a tu familia y a tu calidad de vida es importante actuar.

ninos nerviosos felices saltan encima del sofa

Ser madre es un trabajo a tiempo completo. Has de alimentar y asear a tus hijos, velar por su salud, llevarlos y traerlos del colegio, ayudarlos con los deberes y pasar tiempo de calidad a su lado. Pero además, tienes un hogar del que ocuparte y un empleo con el que cumplir. Por todo lo anterior, cada vez son más los progenitores que sufren de agotamiento psicológico. ¿Quieres saber en qué consiste? Te lo explicamos.

Señales de agotamiento psicológico en los padres y las madres

Se ha encontrado que cerca del 11,6 % de los hombres y el 12,9 % de las mujeres con hijos sufren de un agotamiento extremo derivado del ejercicio de sus roles.

En lugar de disfrutar de su paternidad o maternidad se ven esclavizados por una rutina física y mentalmente desgastante, que termina por afectar a toda la familia.

El agotamiento psicológico afecta a todas las áreas de la vida de la persona. Por lo mismo, tarde o temprano la situación se vuelve insostenible y el problema sale a la luz de la peor manera. No obstante, si deseas identificarlo a tiempo, estas son las señales a las que debes prestar atención.

1. Alteraciones del sueño

Puede que durante todo el día te sientas agotada y somnolienta y que caigas rendida en el sofá a horas muy tempranas.

Aún así, no disfrutas de un descanso de calidad pues tu sueño es fragmentado e inquieto. Las preocupaciones y las tareas pendientes se agolpan en tu mente cuando estás en la cama y te despiertas antes de que suene el despertador.

Insomnio en adolescentes.

2. Hambre excesiva

La falta de sueño, el estrés y la ansiedad pueden llevarte a comer en exceso. Especialmente, suele surgir una necesidad de ingerir alimentos poco saludables, altos en grasas y en azúcares.

El hambre es un mecanismo que el organismo pone en marcha ante el estrés para disponer de la energía suficiente. Sin embargo, cuando se trata de una situación sostenida en el tiempo, esto resulta muy perjudicial.

3. Dificultades de concentración

Algo tan sencillo y cotidiano como leer un libro puede parecerte imposible cuando sufres agotamiento psicológico extremo. Y es que tus funciones cognitivas se ven afectadas y tu córtex prefrontal no funciona adecuadamente. Así, puede que te cueste seguir una conversación o que sientas una confusión o una niebla mental constante.

4. Problemas de memoria

Se te olvida dónde has dejado las llaves, a qué hora era la cita con el tutor de tu hijo o qué habías ido a comprar en el supermercado. Estos problemas de memoria son comunes cuando la mente se encuentra saturada y no logra procesar todos los asuntos pendientes.

5. Irritabilidad

Si últimamente le gritas a tus hijos más de lo que te gustaría, te enfadas por todo y las discusiones con tu pareja son cada vez más frecuente, es posible que te encuentres mentalmente agotada.

Estar irritable, irascible e impaciente la mayor parte del tiempo es una señal de que necesitas bajar el ritmo.

6. Labilidad emocional

Otro de los signos más claros es la dificultad para regular las emociones. Tu estado de ánimo parece una montaña rusa: pasas de la euforia a la tristeza, del miedo a la culpa, lloras con facilidad y sientes que tus estados internos están fuera de control.

7. Cansancio extremo y apatía

Por último, es muy frecuente que te sientas constantemente cansada, pero con un tipo de cansancio que no remite con una siesta o con una buena noche de sueño.

Es un agotamiento que te afecta a nivel físico, mental y emocional, que arrastras desde hace tiempo y que te impide rendir en tu día a día. Así, no sientes interés ni motivación por ninguna actividad y solo deseas reposar. Sin embargo, no puedes lograrlo porque tu mente está en constante actividad.

Madre agotada tumbada en el sofá.

Reducir el agotamiento emocional para recuperar la calidad de vida

El agotamiento emocional puede afectar a tu rendimiento laboral, a tu vida social y a tu relación de pareja. Además, puede deteriorar el vínculo con tus hijos, ya que incrementa el riesgo de conductas parentales violentas y negligentes.

Si no tomas cartas sobre el asunto esta situación puede incluso derivar en un trastorno psicológico, como la ansiedad o la depresión.

Tu organismo te muestra que estás forzando la máquina, que necesitas bajar el ritmo y cuidarte más. Y para ello, es necesario que delegues.

Tal vez necesites reorganizar la asignación de tareas con tu pareja, pedir ayuda a algún familiar, contratar a algún profesional que te ayude con los niños o simplemente, bajar tu nivel de autoexigencia. La casa no siempre tiene que estar perfecta y no pasa nada si tus hijos realizan una actividad extraescolar menos a la semana.

Los niños necesitan, ante todo, padres y madres felices y capaces de prestarles la atención, el amor y el apoyo que precisan. Y tú, como madre, mereces disfrutar de tu maternidad en lugar de vivirla como una batalla diaria.

Por ello, si sientes que no puedes sola y no sabes cómo canalizar esta situación, no dudes en buscar ayuda profesional.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Roskam, I., Raes, M. E., & Mikolajczak, M. (2017). Exhausted parents: Development and preliminary validation of the parental burnout inventory. Frontiers in psychology8, 163.
  • Mikolajczak, M., Gross, J. J., & Roskam, I. (2019). Parental burnout: What is it, and why does it matter?. Clinical Psychological Science7(6), 1319-1329.
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