¡Felicidades! ¡Tu bebé es tan grande como una alubia! Aunque aún no se te note la barriga, es posible que en la semana 8 del embarazo puedas tener tu primera cita prenatal. ¿Ya preparada? Quizás sea la primera vez que escuches los latidos de su pequeño corazón.
De arándano a alubia, tu futuro hijo en esta semana tiene una longitud aproximada de 0,63 pulgadas. Genial, ¿no es así? Está creciendo a un ritmo asombroso. Descubre qué más está sucediendo en tu semana 8 de embarazo.
¿Cómo se ve el bebé en la semana 8 del embarazo?
Si echas un vistazo en la ecografía, notarás que el embrión está empezando a parecerse a la forma de bebé que conocemos. Aunque los pies y las manos aún continúan palmeadas, o sea, sin distinción clara entre los dedos, es justamente ahora que los espacios digitales comienzan a definirse. También podrás notar que la cola ya casi ha desaparecido.
Su tamaño equivale al de una alubia, de no más de 2 centímetros totales. Unos pequeños y diminutos párpados comenzarán a asomarse, una reducida punta te indicará que ahí se está formando la nariz y hay algo que será el labio superior.
¿El corazón? En este momento el órgano cardíaco de tu futuro bebé tiene un ritmo de 150 a 170 latidos por minuto; más rápido que el tuyo.
Si bien es muy anticipado tocar tu barriga y sentir los movimientos, ya los está haciendo. Se mueve de forma espontánea para estirar sus extremidades y el pequeño tronco. En esta semana, tu útero comenzará a expandirse de manera gradual para que su inquilino se sienta más cómodo.
Los síntomas que tendrás en la semana 8 del embarazo
Es normal que tu cuerpo tenga cambios y que estos te generen dudas. Descubre los síntomas habituales en la semana 8 del embarazo.
Náuseas y vómitos
No te extrañes si aún continuas con las náuseas. Si ingieres jengibre o comidas que lo contengan, como galletas o caramelos, es posible que te ayude a calmar y reducir las molestias. Recuerda que este remedio natural está permitido en el embarazo y se sabe de su seguridad y eficiencia.
No olvides tomar tus vitaminas prenatales entre comidas, ya que con el estómago vacío pueden aumentar las molestias. Muchas de ellas se acompañan de hierro en las presentaciones comerciales, que es un mineral capaz de generar acidez en el tubo digestivo.
Fatiga
Tener un bebé creciendo en tu vientre es un trabajo arduo y continuo para el cuerpo, por lo que es probable que termines más cansada al final de tu rutina diaria. Hay cambios en la circulación de la sangre, lo que explica en parte el agotamiento que se incrementa por el descenso de la presión arterial.
Incremento del flujo vaginal
Esta una defensa natural de tu cuerpo. Con el fin de proteger la salud del embrión y la tuya, se segrega más flujo de lo que habitualmente se haría si no estuvieras embarazada. Esto detiene el avance de microorganismos que pudiesen subir hasta el interior del útero.
La leucorrea, una secreción fina y lechosa propia de la gestación, mantiene en equilibrio el ecosistema de bacterias presentes en la vagina. No trates de lavarte o ducharte con mucha frecuencia durante el día pensando que estás sufriendo un problema. En realidad, si eres excesiva con los lavados o utilizas productos de higiene vaginal con demasiada frecuencia, favorecerás las infecciones.
Gases e hinchazón
Aquí una verdad honesta: en esta semana tendrás flatulencias. Aparte de la hinchazón que ya vienes percibiendo, tu cuerpo estará trabajando para relajar los músculos con la ayuda de la hormona relaxina y con la progesterona. Esto hace que el proceso de digestión se vuelva más lento y se produzcan más gases.
¿Qué podrías hacer? No comas con prisa, mastica todo detenidamente y divide los platos principales en ingestas pequeñas a lo largo del día. ¡Disfruta de tu plato! Si comes apresurada es más probable que formes gases intestinales. Además, estas medidas reducen el reflujo ácido.
Estreñimiento
La solución para esta situación incómoda es un cambio en tu dieta: consume más fibras. Debes consultar con tu médico qué plan nutricional es el más recomendada y saludable para ti en esta etapa.
Los vegetales son productos ricos en fibra dietaria. Las frutas y las verduras admiten variadas preparaciones que regularizan el tránsito intestinal y hacen más llevadero el enlentecimiento del peristaltismo, que es el movimiento natural del tubo digestivo.
Aversiones a algunos alimentos y antojos
Quizás tu comida favorita ya no se sienta tan favorita. Repugnar algunos platos es normal en esta semana y en las siguientes, por lo que debes evitarlos y no obligarte a comerlos. ¿Y los antojos? Si te es posible, disfruta de lo que tu cuerpo está deseando, pero no exageres ni incrementes la cantidad de azúcares añadidos.
Sueños vívidos
Si te lo venías preguntando, resulta que sí, es normal tener sueños vívidos y extraños cuando se está embarazada. Aún no se sabe a ciencia cierta por qué ocurren, pero muchas mujeres confiesan que los experimentan.
La explicación posible para este fenómeno es multicausal, es decir, responde a diferentes factores que confluyen. Se los atribuye a la ansiedad y el estrés por los cambios, así como a las expectativas del futuro inmediato. Seguro que te acuestas imaginando cómo será tu bebé, qué podría significar ese dolor que tuviste a la mañana y si el desarrollo del embarazo en normal.
Es lógico, entonces, que haya sueños vívidos y trastornos del ritmo nocturno. De todas maneras, los estudios que se realizaron al respecto plantean que esta no es una fuente confiable de información sobre el estado psíquico de la madre. Así que no te preocupes por ellos ni les des una importancia mayor.
Consejos para ti en esta semana 8 del embarazo
Puede que en la semana 8 del embarazo necesites algunas sugerencias que te ayuden. Pues bien, estas son las que tenemos para ti.
Con respecto a los ejercicios
Algunas sentadillas podrían ser beneficiosas. Ayudan a fortalecer los muslos para cuando sea el momento del parto y permiten al bebé descender, en su momento, con mayor facilidad. De todos modos, no pueden ser rápidas ni sobrecargadas de peso.
Por otro lado, ten en cuenta que si tienes tiempo que no haces ejercicio, no se recomienda que realices rutinas extremas o explosivas. Si lo haces, puedes provocarte lesiones o el reflejo de las náuseas.
Usa protector solar
Muchas mujeres que están embarazadas empiezan a notar manchas oscuras en la piel y en la cara. Este es el melasma, una discromía que se asocia a las hormonas de la gestación. Algunos estudios afirman que hasta el 50 % de las mujeres encinta lo padecen.
En un futuro cercano es posible que la línea de tu abdomen empiece a oscurecerse, por culpa del mismo fenómeno. Por lo tanto, se recomienda que desde ya uses protector solar con un factor de protección de 30 a 50 antes de salir al aire libre.
Preguntas frecuentes en la semana 8 del embarazo
Es normal que te surjan dudas durante esta semana, así que aquí tienes la respuesta a algunas de ellas.
1. 8 semanas de embarazo: ¿cuántos meses son?
Los médicos utilizan las semanas en vez de los meses para llevar el control de la gesta. Esto se hace con el fin de unificar criterios y mejorar el cuidado de la salud. Cuando cumples 8 semanas de gestación, en realidad tienes 1 mes y medio, ya que la fecundación ocurrió en la semana 2.
2. ¿Es normal estar ansiosa?
Sí, es completamente normal. También los cambios de humor. Los factores son múltiples y se asocian a la experiencia de los sueños vívidos y los cambios en los hábitos nocturnos. Todo cambia y es lógico tener miedos. No dejes que ellos te dominen; encuentra con quien hablar y compartir lo que te pasa.
Semana 8 del embarazo: nueva etapa y nuevas emociones
Es posible que lo más emocionante en esta semana, aparte de saber que tu bebé sigue desarrollándose, es que podrás escuchar los latidos de su pequeño y diminuto corazón si acudes a tu primera cita prenatal.
En esta etapa y en las siguientes mantén una alimentación saludable y balanceada. Recuerda que si no practicas ejercicios desde hace un buen tiempo, no es el momento de retomar rutinas excesivas.
Presta atención a las emociones. Son importantes, pero no pueden alterarte demasiado si se trata de ansiedad o estrés. Pregunta aquello sobre lo que dudas y busca el apoyo de los seres cercanos para tranquilizarte cuando las cosas parecen sobrepasarte.
Bibliografía
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