¿Qué hacer si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?

Si bien los golpes en la cabeza de los bebés son frecuentes, no por eso deben pasarse por alto. Te explicamos cómo identificar síntomas de alarma y a afrontar la situación.
¿Qué hacer si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?
María José Martínez

Revisado y aprobado por la pediatra María José Martínez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 24 octubre, 2023

Los impactos en la zona craneal ocurren con frecuencia durante la infancia temprana. A menor edad, se perciben como más delicados. Por ello, de seguro ya te has preguntado: “¿Qué hago, si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?”

La estructura ósea de la cabeza de los bebés se termina de formar alrededor de los 18-19 meses. Lo normal es que en esta edad se cierre la fontanela anterior, un espacio donde los huesos craneales no se han sellado. Esto hace que los padres extremen los cuidados a edades tempranas.

Aunque existen riesgos, es común que los niños se golpeen en esta zona. El poco dominio corporal suele ser la causa principal de los impactos. Para ayudarte, aquí te explicaremos cómo debes actuar frente a estos sucesos.

¿Cómo determinar si un traumatismo craneal es grave?

El hecho de que la cabeza no se haya cerrado aún no significa que el pequeño esté desprotegido. Esto es algo que debemos entender en primer lugar. Lo segundo es determinar qué es lo que se considera como un factor de riesgo.

Un golpe grave en el cráneo, es aquel que implica un daño cerebral o en la constitución craneal. En este sentido, es cierto que la población más vulnerable son los pequeños menores de un año.

No obstante, no cualquier impacto suele tener la fuerza capaz para generar daños graves. De hecho, casi siempre el traumatismo cerebral en niños o bebés es causado por un descuido de sus cuidadores. Lo común es un chichón o un hematoma.

Tipos de lesiones

De acuerdo con la gravedad, los tipos de lesiones en la cabeza de los bebés que se pueden esperar pueden variar:

  • Leve: hematomas superficiales, sangrado escaso.
  • Moderado: pequeñas fracturas de cráneo, conmociones cerebrales (síntomas reversibles derivados de la «agitación» del cerebro).
  • Grave: contusiones cerebrales (síntomas importantes por lesión directa del cerebro), fracturas craneales extensas, hemorragias dentro y fuera del cerebro, pero no superficiales.


¿Cuáles son los síntomas de alarma?

El traumatismo craneoencefálico (TCE) en bebés es calificado como un problema de salud pública que afecta a la población pediátrica y es causa de alta morbilidad y mortalidad. Los pediatras deben orientar a los padres para prevenirlo.

Los bebés crecen muy rápido y desarrollan capacidades de movimiento de un día para el otro. El simple hecho de dejarlos solos en superficies altas porque creemos que no se darán la vuelta es un grave error. En tal sentido, en caso de que el golpe sea más fuerte de lo usual, te listamos las señales más comunes de que necesitas ir a urgencias:

  • Convulsiones.
  • Dificultad para respirar.
  • Presencia de hematomas alrededor de los ojos, asemejando el «aspecto de un mapache». Esta es una de las manifestaciones clínicas de la fractura de base de cráneo, aunque es más frecuente en otras edades.
  • La herida sangra con profusión.
  • Excesiva somnolencia o ausencia de respuesta a estímulos externos. Por el contrario, también puede mostrar irritabilidad.
  • Salida de sangre o un líquido muy claro por la nariz.
  • Observas una zona del cráneo hundida o muy protuberante.
  • Vómitos sucesivos no relacionados con la ingesta de leche o alimentos.

Algunos de estos síntomas son indicativos de un cuadro clínico conocido como síndrome de hipertensión endocraneal, una situación común a muchas emergencias neurológicas y que requiere un diagnóstico precoz.

El llanto como señal

Como padre o madre, de seguro te preocupas por la intensidad del llanto después de la caída. Pero esto resulta lo más normal del mundo, por lo que no debes preocuparte siempre y cuando el golpe haya sido leve, no presente una irritabilidad excesiva o se acompañe de alguno de los síntomas que hemos mencionado.

La edad del bebé y el impacto del traumatismo

Por términos generales, y ante un traumatismo de igual intensidad, un bebé de menor edad es más susceptible de sufrir lesiones importantes en comparación con uno de mayor edad. Esto quiere decir que la aparición de los signos de alarma pueden ser más frecuentes y, con ello, las secuelas.

Recuerda que el sistema nervioso del bebé se sigue desarrollando inclusive después del nacimiento. Si un traumatismo grave ocurre en los primeros meses de vida, es probable que se afecten de una forma más llamativa sus funciones básicas, tanto a nivel físico como mental. En definitiva, no es lo mismo un evento de este tipo en un recién nacido que en un bebé de 2, 3, 4 o 7 meses.

¿Es cierto que después del golpe el bebé no debe dormir?

Algo hay de cierto en esta práctica ancestral posterior al traumatismo craneal. A nivel médico, el problema no es dormir, sino que el niño demuestre que mantiene su estado de consciencia. Es preferible valorar su actividad durante las primeras horas, y si todo marcha bien, dejarlo tranquilo, pero vigilándolo cada cierto tiempo.

Insistimos de nuevo en el hecho de que, si notas algún síntoma de alarma, no debes tardar en acudir al servicio de urgencias más cercano. Mientras más pase el tiempo, mayores podrían ser las consecuencias.

¿Cómo son los primeros auxilios luego de un golpe en la cabeza?

La atención debe comenzar desde el momento del accidente y tiene que ser cuidadosa. Lo correcto es sujetar la cabeza del bebé y mantenerla recta. Levanta al niño evitando movimientos bruscos en su cuello. Después, acuéstalo en una superficie y evita por todos los medios agitarlo, ya que no sabes si tiene alguna lesión. Mientras tanto, puedes calmarlo y revisar el aspecto de la zona afectada.

Verifica que no haya síntomas propios del daño cerebral durante las primeras 48 horas. Estos son los que mencionamos al principio del artículo.

Si estás vigilando a tu bebé por un golpe leve en la cabeza, asegúrate de aplicar un poco de frío local en la lesión (poco a poco, recuerda que la piel del bebé es sensible) y cubrir la herida con una gasa estéril si hay golpes pequeños (Primero limpia con una solución antiséptica la zona).

Accidentes más comunes

Las caídas domésticas más recurrentes suceden desde la cama de los padres o en el baño. Las alturas y los grados de peligrosidad son variables. Aunque siempre debemos estar alertas, vigilemos de manera especial estos puntos:

  • Se tropieza con los niveles en los pisos, los bordes, las alfombras o los objetos tirados.
  • Resbalones en la bañera.
  • ¡Grave! Cae por las escaleras.
  • Trepa y se escapa de la cuna.
  • Cae o se golpea en un columpio.
  • Cae de la cama o desde el cambiador.
  • Está comenzando a andar y resbala por las medias o se pisa la pijama.

Por cierto, la andadera, en apariencia inocente, tiente una alta estadística de accidentabilidad. De un 12 al 5 0 % de los niños que la usan han sufrido algún tipo de impacto. De hecho, numerosas investigaciones han demostrado que los andadores infantiles son un factor de riesgo para producir un accidente infantil.



¿Qué se puede hacer para prevenir las lesiones?

Teniendo en cuenta los mecanismos más frecuentes por los que se producen golpes en la cabeza de los bebés, es posible aplicar algunas recomendaciones generales en todos los hogares:

  • Asegurar con firmeza al suelo algunos muebles, en especial, lámparas o mesas pequeñas.
  • Coloca alfombras antideslizantes en la ducha.
  • Mantén al bebé fuera de áreas peligrosas como la cocina.
  • Proteger las escaleras con puertas especiales para bebés.

¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de los golpes en la cabeza de los bebés?

La mayoría de los traumatismos craneoencefálicos son leves, por lo que no tienen secuelas significativas. El verdadero problema aparece cuando hay lesiones graves, que pueden poner en peligro la vida del bebé.

Si el bebé sobrevive, las secuelas incluyen distintos grados de discapacidad con manifestaciones físicas o mentales, además del temido estado vegetativo persistente. Por supuesto, esto no solo afecta a los bebés, sino también a los padres y el entorno cercano.

¿Cuándo debo ir al pediatra?

En principio, la presencia de cualquiera de los síntomas antes mencionados aconseja llevar al pequeño a urgencias. En estos casos, no importa la edad del bebé o del niño.

Si presenta alguna enfermedad o condición asociada al funcionamiento cerebral, la visita al médico es obligatoria. Lo mismo ocurre con pequeños con deformaciones o condiciones craneales. Por supuesto, si el niño presenta un corte grande o hematoma importante, urge acudir al especialista.

En el centro médico, luego de la valoración física por parte del pediatra, es probable que se indiquen algunas pruebas complementarias en caso de que se hayan presentado síntomas de alarma. Estas incluyen la tomografía computarizada y algunos análisis sanguíneos.


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