¿Qué hacer si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?
Los impactos en la zona craneal ocurren con frecuencia durante la infancia temprana. A menor edad, se perciben como más delicados. Seguramente ya te has preguntado: “¿Qué hago si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?”
Los doctores dicen que la cabeza de los bebés se termina de formar entre los 8 y los 19 meses. Este es el lapso de tiempo en el que se cierra la parte superior de la cabeza, espacio donde los huesos craneales no se han sellado.
No obstante, y aunque existen riesgos, es común que los niños se golpeen en esta zona. El poco dominio corporal suele ser la causa principal de los impactos. Para ayudarte, aquí te explicaremos cómo debes actuar frente a estos sucesos.
Cómo determinar si un traumatismo craneal es grave
El hecho de que la cabeza no se haya cerrado aún no significa que el pequeño esté desprotegido. Esto es algo que debemos entender en primer lugar. Lo segundo es determinar qué es lo que se considera como un factor de riesgo.
Un golpe grave en el cráneo, es aquel que implica un daño cerebral o en la constitución craneal. En este sentido, ciertamente la población más vulnerable son los pequeños menores de un año.
No obstante, no cualquier impacto suele tener la fuerza capaz para generar daños graves. De hecho, casi siempre el traumatismo cerebral en niños o bebés es causado por descuido de sus cuidadores. Lo común es un chichón o un hematoma.
Descubre más: ¿Qué hacer ante los chichones de los niños?
Síntomas de lesión craneal traumática
Según estudios, el traumatismo encéfalo craneano (TEC) en bebés es calificado como un problema de salud pública que afecta a la población pediátrica y es causa de alta morbilidad y mortalidad. Los pediatras deben orientar a los padres para prevenirlo.
Los bebés crecen muy rápido y desarrollan capacidades de movimiento de un día para el otro. Extremar los cuidados y nunca dejarlo solo en superficies altas porque creemos que no se dará vuelta, es un grave error. En tal sentido, en caso de que el golpe sea más fuerte de lo usual, te listamos las señales más comunes de que necesitas ir a urgencias:
- La herida sangra con profusión.
- Observas una zona del cráneo hundida o muy protuberante.
- Sangramiento o pérdida de un líquido transparente por los oídos o la nariz.
- Vómitos sucesivos.
- Se queda dormido más allá del sueño habitual y no responde a las voces o los llamados cuando parece estar despierto.
- Convulsiona.
- Dificultad para respirar.
- Presencia de hematomas alrededor de lo ojos, asemejando el “aspecto de un mapache”. Según una publicación, este es una de las manifestaciones clínicas de la fractura de base de cráneo, aunque es más frecuente en otras edades.
Algunos de estos síntomas son indicativos se un cuadro clínico conocido como síndrome de hipertensión endocraneal. Según una publicación de la Asociación Española de Pediatría, es una situación común a muchas emergencias neurológicas y que requiere un diagnóstico precoz.
El llanto como señal
Como padre o madre, seguramente te preocupes por la intensidad del llanto después de la caída. Pero por el contrario, que el niño llore es probablemente el mejor de los síntomas. Así está demostrando que está respirando.
El llanto nos hace inferir que el pequeño no ha perdido consciencia durante el golpe. A su vez, este es un síntoma de que posiblemente no exista daño a nivel craneal o cerebral. Pero esto no implica que una vez pasado el susto no debas prestar atención y vigilar la evolución.
¿Es cierto que después del golpe el bebé no debe dormir?
Algo hay de cierto en esta práctica ancestral posterior al traumatismo craneal. A nivel médico, el problema no es dormir, sino que el niño demuestre que mantiene su estado de consciencia. Es así como durante las primeras horas podemos dejar dormir al niño, pero debemos despertarlo cada cierto tiempo. La idea no es que no duerma, sino que cada vez que vuelve a despertar demuestre que está consciente.
Es una especie de prueba. Durante estos periodos verás si su comportamiento es errático o normal. Se espera un tiempo prudencial para descartar vómitos, mareos o convulsiones.
¿Qué hago exactamente si mi bebé se ha dado un golpe en la cabeza?
La atención debe comenzar desde el momento del accidente y tiene que ser cuidadosa. Lo correcto es sujetar la cabeza del bebé y mantenerla recta. Levanta al niño evitando movimientos bruscos en su cuello. Después, acuéstalo en una superficie y evita por todos los medios agitarlo, ya que no sabes si tiene alguna lesión. Mientras puedes calmarlo y revisar el aspecto de la zona afectada.
Verifica que no hay síntomas propios del daño cerebral durante las primeras 48 horas. Estos son los siguientes: vómitos, desorientación notoria, convulsión, desmayos, sangrado en los ojos o la nariz.
Si estás vigilando a tu bebé por un golpe leve en la cabeza, asegúrate de aplicar un poco de frío local en la lesión (poco a poco, recuerda que la piel del bebé es sensible) y cubrir la herida con una gasa estéril si hay golpes pequeños (habiendo limpiado con una solución antiséptica el lugar).
Accidentes más comunes
Las caídas domésticas mas recurrentes suceden desde la cama de los padres o en el baño. Las alturas y los grados de peligrosidad son variables. Aunque siempre debemos estar alertas, vigilemos de manera especial estos puntos:
- Resbalones en la bañera.
- Está comenzando a andar y resbala por las medias o se pisa la pijama.
- Cae de la cama o desde el cambiador.
- Trepa y se escapa de la cuna.
- Se tropieza con los niveles en los pisos, los bordes, las alfombras o los objetos tirados.
- ¡Grave! Cae por las escaleras.
- Cae o se golpea en un columpio.
Por cierto, la aparentemente inocente andadera tiente una alta estadística de accidentabilidad. De un 12 al 5 0 % de los niños que la usan han sufrido algún tipo de impacto. De hecho numerosas investigaciones han demostrado que los andadores infantiles son un factor de riesgo para producir un accidente infantil.
Descubre más: 5 miedos que enfrentan todas las mamás primerizas al bañar a sus bebés por primera vez
Tipos de lesiones
Las leves incluyen hinchazón, alguna protuberancia, un hematoma, pero sin ningún otro síntoma o señal de alarma. Será moderada si la herida sangra o precisa de atención médica, limpieza y sutura, aunque no exista lesión cerebral o de cráneo.
De moderada a severa, si hay fractura de cráneo y con la contusión, el cerebro se lesiona. También si se conmociona porque se agita o sacude o hay sangrado interno. En cualquiera de estos casos, puede aparecer dolor de cabeza, náuseas, vómitos y letargia.
¿Cuándo debo ir al médico?
En principio, la presencia de cualquiera de los síntomas antes mencionados aconseja llevar al pequeño a urgencias. En estos casos, no importa la edad del bebé o del niño.
Si presenta alguna enfermedad o condición asociada al funcionamiento cerebral, la visita al médico es obligatoria. Lo mismo ocurre con pequeños con deformaciones o condiciones craneales. Por supuesto, si el niño presenta un corte grande o hematoma importante urge acudir al especialista.
En el centro médico, luego de la valoración física por parte del pediatra es probable que se indiquen algunas pruebas complementarias en caso de que se hayan presentado síntomas de alarma. Estas incluyen la tomografía computarizada y algunos análisis sanguíneos.
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