Ayuda a tu bebé en el desafío de aprender a caminar

Ayuda a tu bebé en el desafío de aprender a caminar
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 febrero, 2022

Antes de que puedas notarlo, tu pequeño comenzará a dar sus primeros pasos para explorar con más libertad su hogar y el mundo que le rodea. Este hito en su etapa de desarrollo requiere de tu apoyo, atención y cuidado, y también de que tomes algunas precauciones para que este desafío le resulte seguro.

Por lo general, la mayoría de los bebés dan sus primeros pasos entre los 9 y los 12 meses, pero si la experiencia con tu bebé es diferente a este rango, tampoco debes preocuparte, ya que muchos niños no dan sus primeros pasos sino hasta los 16 o 17 meses. No obstante, si crees que tu bebé se está retrasando mucho, coméntalo con tu médico de confianza.

Un perfecto apoyo que puede ayudar a tu niño a desarrollar las funciones motoras es el corral o parque ya que reúne todos los elementos para estimular al niño hasta que dé sus primeros pasos. Algunos constan de una estructura sólida, un espacio libre, un suelo agradable y confortable para todo tipo de movimientos y unas mallas o redes con la consistencia suficiente para que el niño pueda agarrarse y conquistar todas las alturas del corral hasta lograr la fuerza suficiente para estar en la posición de pie.

El proceso de aprender a caminar tiene sus diferentes etapas, la mayoría de los bebés empieza gateando, aunque también hay casos de los que se saltan esta fase y pasan directamente a ponerse de pie y, finalmente, andar.

El desafío de aprender a caminar se consquista paso a paso

Si tu bebé ya es todo un experto gateando, es posible verle intentar actividades más difíciles como subir escaleras gateando. Hay dos cosas principales a resaltar al momento de analizar los pro y contra de cuando el niño comienza a subir y bajar escaleras, el pro es que esto puede ayudar al niño con conceptos como el de la altura y la profundidad y a desarrollar el sentido del equilibrio. Sin embargo, como medida de seguridad resaltamos lo importante de instalar protecciones en los extremos de las escaleras para que no pueda intentar subir o bajar sin que tu estés allí para ayudarlo y auxiliarlo.

Generalmente los bebés más inquietos, por así decirlo, intentan ponerse de pie y dar unos cuantos pasos aferrándose a los muebles. Si notas que tu bebé se siente cada vez más seguro, pronto descubrirá cómo desplazarse por una habitación apoyándose en los muebles para mantener el equilibrio.

Aprender a desplazarse así es la última habilidad física que tu bebé necesita dominar para comenzar a caminar sin ayuda. Anímalo y apóyalo lo suficiente para que se desplace alrededor de los muebles que existan en casa y, luego, para que ande en los alrededores agarrándose a tus manos.

Sugerencias para acompañar a tu hijo en este proceso

Enséñale a doblar las rodillas para sentarse. Si llega hasta su juguete favorito desplazándose por sus propios medios por la habitación, no te olvides de felicitarlo.

También es bueno que sepas que la mayoría de especialistas desaconsejan el uso del andador o tacatá porque podría retrasar la función motora, ya que aunque el niño en realidad se desplace y llegue a mover sus piernas como si estuviera caminando, no está aprendiendo a sostener su cuerpo ni a ejercitar el equilibrio, algo necesario para poder dar los primeros pasos. En todo caso se podría usar pero por un corto espacio de tiempo y considerando el precio y la inversión que representa tener un andador, comparado con el poco uso que se le dará, no vale mucho la pena tal inversión.

Sobre todo porque el uso del andador hace que tu pequeño se salte etapas beneficiosas para su desarrollo. No obstante, si aun así se utiliza, debe plantearse como un entretenimiento más que como un apoyo para ayudarle a caminar, por lo cual es necesario limitar su período de uso.

A medida que tu bebé adquiera movilidad y seguridad, asegúrate de que tu hogar sea un lugar seguro para él. Cuando un bebé se desplaza aferrándose a los muebles o ya anda, puede hacer muchas travesuras así que mejor estar preparada para esto. Además, como tu bebé utiliza las manos, las piernas y los pies para desplazarse, es mucho más probable que se ensucie, que su piel se reseque por la fricción adicional que se produce al caminar y que se haga pequeños cortes o rasguños más fácilmente.


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