El pensamiento simbólico es necesario en el desarrollo infantil porque será el que les ayude a comprender aquellos conceptos más abstractos a los más pequeños. Es importante ayudarles a desarrollarlo porque, de esta manera, tendrán una evolución adecuada a su edad y a las necesidades que tendrán a medida que vayan creciendo.
Como padre o madre, es fácil que hagas un buen seguimiento del desarrollo físico de tu hijo. Sabes cuándo tu hijo gatea o camina, o cuándo mejora en destrezas motrices. Pero el desarrollo mental es diferente. Para los padres, puede resultar más complicado saber si las etapas del desarrollo cognitivo van en buen camino, incluido el pensamiento simbólico.
Como el término implica, el pensamiento simbólico se refiere a la capacidad de representar personas, objetos y eventos, incluso aquellos que no están presentes, mediante el uso de símbolos o imágenes internas.
En su libro La psicología de la inteligencia, el psicólogo del desarrollo Jean Piaget define el pensamiento simbólico como la representación de la realidad mediante el uso de conceptos abstractos. A continuación, vamos a hablar sobre esto de una forma más clara.
¿Qué es el pensamiento simbólico?
El pensamiento simbólico es cuando se representa la realidad mediante el uso de conceptos abstractos como palabras, gestos y números. La evidencia del pensamiento de este tipo, generalmente, está presente en la mayoría de los niños a los 18 meses, cuando los signos y símbolos (significantes) se usan de manera confiable para referirse a objetos, eventos y comportamientos concretos (significados).
El sello es el lenguaje, que utiliza palabras o símbolos para expresar conceptos (madre, familia), referencias abstractas para trascender la realidad concreta (comodidad, futuro) y permite manipular intangibles (símbolos matemáticos).
Según Jean Piaget, la imitación juega un papel importante en este desarrollo porque el niño es capaz de imaginar comportamientos observados en el pasado y recrearlos como comportamientos imitados.
Así, se construye un repertorio de significantes que se conecta a significados a través de la asimilación de eventos y acciones a esos significantes. El desarrollo del lenguaje surge de funciones simbólicas (representar algo por medio de signos o símbolos que sirvan solo para esa representación), lo que, a su vez, facilita el desarrollo del pensamiento simbólico (la capacidad de reproducir mentalmente el entorno conforme a la experiencia propia).
Para potenciar este pensamiento, es necesario que los pequeños disfruten con el juego simbólico desde edades tempranas, como a partir de los 18 meses y durante toda la infancia.
En el juego simbólico
A veces ,verás señales de pensamiento simbólico en el juego de tu hijo a medida que se acerca a la edad preescolar. Cuando un objeto sustituye a otro, eso es pensamiento simbólico en acción. Por ejemplo, un palo se convierte en una espada o una toalla de baño se convierte en la capa de un superhéroe.
Sin embargo, el pensamiento simbólico no se limita a los objetos. A medida que los niños desarrollan la capacidad de pensar simbólicamente, “juegan a fingir” y se imaginan a sí mismos como otras personas o, incluso, como animales u objetos fantásticos.
Comunicación simbólica
El pensamiento simbólico también se manifiesta de formas más concretas. Los niños desarrollan algunas de estas formas desde los 18 meses, cuando utilizan significantes, como sonidos o gestos, para referirse a objetos o personas concretas.
Posteriormente, estos significantes pueden referirse a conceptos u objetos no presentes, como un padre o la idea de familia. Después, cuando los pequeños aprenden a escribir palabras, a hacer dibujos, a actuar en obras de teatro o incluso a cantar canciones, están expresando su capacidad de pensar simbólicamente.
En etapas avanzadas, el pensamiento de este tipo permite a las personas manipular objetos intangibles, lo que entra en juego al resolver una ecuación matemática, por ejemplo.
La importancia del pensamiento simbólico
Además de ayudar a los pequeños a comunicarse, este tipo de pensamiento es un elemento clave para expandir las capacidades imaginativas de un niño. Asimismo, fomenta el desarrollo mediante la estimulación de la autoexpresión, así como de los escenarios imaginarios también ayuda a los niños a desarrollar sus habilidades sociales y creativas.
Dado que el pensamiento simbólico atribuye nociones inmateriales a cosas y eventos concretos, permite a los niños asociar un evento, lugar u objeto determinado con ideas abstractas, como los sentimientos.
Esto ayuda a formar la cosmovisión de una persona y, cuando crece, le permite hacer juicios hipotéticos, determinar valores relativos y expresar emociones de una manera compleja.
En definitiva, como has podido comprobar, es importante tener en cuenta el pensamiento simbólico en el desarrollo infantil. En este sentido, los padres deben prestar atención a la evolución del pensamiento de sus hijos para saber que no tienen ningún tipo de problemas en el desarrollo de su mente.
Bibliografía
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- Piaget, J. (1978) Adaptación vital y psicología de la inteligencia: Selección orgánica y fenocopia. Editorial: Siglo veintiuno de españa editores s.a.
- Ruiz de Velasco Galvez, Á., Abad, J., & GRAÓ, B. (2011). El juego simbólico. Arteterapia: Papeles de arteterapia y educación artística para la inclusión social, 6, 303-304. https://revistas.ucm.es/index.php/ARTE/article/download/38187/36946