Posiciones para amamantar después de una cesárea

Luego de una cesárea se puede amamantar sin problemas. Es necesario tomar algunos recaudos y elegir las posturas más favorables para la mamá y su bebé.

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Todas las mujeres que han cursado un embarazo pueden mantener una lactancia exitosa, sin importar el tipo de parto que hayan tenido. En esta oportunidad, te contaremos las mejores posiciones para amamantar luego de una cesárea.

Tuve una cesárea, ¿puedo dar el pecho desde el principio?

Existen muchos mitos alrededor de la lactancia después de la cesárea. Sin embargo, amamantar en el postoperatorio inmediato es tan viable como luego de un parto vaginal.

Los estímulos generados por la prendida temprana del bebé serán suficientes para que el proceso se desarrolle correctamente, en cualquiera de los dos casos.

No obstante, al tratarse de una intervención quirúrgica es necesario tomar en cuenta algunos recaudos durante las primeras semanas. Sobre todo, para proteger la cicatriz de los traumatismos y favorecer a la recuperación de los tejidos.

La lactancia es un proceso tan natural como amoroso, que requiere del apoyo y la contención de todo el entorno de la mamá y del bebé. Y para que pueda mantenerse en el tiempo, es fundamental que ambos estén tranquilos y confortables durante cada toma.

Posturas recomendadas para amamantar luego de la cesárea

A continuación, te enseñaremos las posturas de lactancia más apropiadas para el postoperatorio. Recuerda que cada mujer es diferente, así que prueba todas las que necesites hasta dar con la que mejor te resulte.

Postura acostada (paralela)

Esta posición es una de las más favorables para las primeras tomas luego de la cirugía. La madre y el bebé deben recostarse de lado, frente a frente y en paralelo.

La madre debe asegurar que el bebé no extienda la cabeza para coger el pecho y que esté a la altura justa. Además, es conveniente que la piel del abdomen del pequeño esté en contacto directo con la piel de su mamá.

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Postura invertida

También conocida como postura de rugby, ya que se asemeja a la toma del balón de ese deporte. No es de las más conocidas, pero es una de las más cómodas. Además, favorece al vaciado de todos los sectores del pecho, lo cual evita la congestión y la mastitis.

La madre debe permanecer sentada, con un almohadón sobre la falda. Encima de este se recuesta al pequeño. Su cabeza debe estar enfrentada al pecho que va a tomar y sus pies, orientados hacia la espalda de la mujer. Con el brazo del mismo lado, la mamá rodea el cuerpo del bebé y sujeta la cabeza con su mano.

La postura acostada y la invertida son las posiciones más recomendables para amamantar luego de una cesárea y durante las primeras semanas de vida del recién nacido.

Postura de cuna (transversal)

Para adoptar esta posición de lactancia, es necesario que la madre esté en condiciones de incorporarse y permanecer sentada durante un rato.

La postura transversal se realiza con la ayuda de un almohadón colocado a la altura del abdomen, para sostener al bebé sin hacer mucho esfuerzo. Además, al usar este elemento se evita el contacto directo del niño con la cicatriz.

El niño se recuesta encima de la almohada, orientado hacia su madre, con la cabeza enfrentada a un pecho y los pies por delante del otro. La mujer rodea su cuerpo con el brazo contrario al pecho que amamanta y sujeta la cabeza con su mano.

Postura a caballito

Esta postura es una buena alternativa para cuando el lactante sufre de reflujo, ya que se lo posiciona sentado sobre la falda de su mamá.

Al igual que en las otras posiciones, es importante que el bebé quede alineado sobre su eje. Es decir, que su cabeza, su cuello y el resto de su cuerpo sigan una línea recta.

Siempre chequear la succión del bebé

La lactancia materna potencia el desarrollo del cerebro en los bebés.

Una de las pautas más importantes a seguir durante las primeras tomas del recién nacido, es evaluar cómo se efectúa el contacto boca-pecho (o acople).

A continuación, te detallamos los requisitos de un acople correcto:

  • Los labios del bebé deben estar evertidos (es decir, hacia afuera) y tomar la mayor parte de la aréola.
  • La nariz y el mentón deben contactar el pecho materno.
  • La lengua del bebé debe quedar por debajo del pezón y hacer movimientos rítmicos durante la toma.

Amamantar luego de la cesárea

Luego de una cesárea, es posible que el encuentro entre el recién nacido y su mamá se demore un poco más que con un parto vaginal. Afortunadamente, cada vez hay más instituciones que fomentan el inicio de la lactancia adentro del quirófano.
Los beneficios de comenzar la lactancia dentro de la primera hora de vida son incontables e irremplazables. Por lo tanto, es importante que las maternidades prioricen que este evento ocurra lo más pronto posible, para garantizar el éxito de la lactancia materna.

El contacto piel a piel (o COPAP) es, sin dudas, el mejor estímulo para el amamantamiento. El COPAP puede ser realizado por la mamá o por el papá, en el caso en el que la mujer todavía no esté en condiciones de hacerlo.

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El apoyo físico y emocional del binomio (mamá y bebé) son fundamentales durante los momentos posteriores al parto, mas aún en el caso de una cesárea. En línea con esto, el asesoramiento de las doulas y las puericultoras puede resultar de gran ayuda para garantizar el éxito de la lactancia.

Bibliografía

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