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Pitiriasis alba: una enfermedad de la piel frecuente en niños

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La pitiriasis alba es una afección frecuente en los niños que presenta manchas blancas en la piel. No contagia, es benigna y suele resolverse de manera espontánea.
Pitiriasis alba: una enfermedad de la piel frecuente en niños
Última actualización: 16 agosto, 2024

La pitiriasis alba es una de las manifestaciones de las alteraciones de la pigmentación más frecuente que se puede observar en la preadolescencia. Se caracteriza por manchas hipocrómicas en el rostro, de manera preferente por las mejillas. Además, es una patología benigna que no contagia y puede resolverse de manera espontánea con el transcurso de los meses o años.

Las máculas hipopigmentadas son mas evidentes en los fototipos oscuros y en las regiones del cuerpo más expuestas a las radiaciones solares.

¿Por qué se genera la pitiriasis alba?

La pitiriasis alba es una enfermedad que se observa en todo el mundo y no presenta predisposición genética. No obstante, existe una alta prevalencia en niños de edad escolar y de estratos sociales bajos.

La afectación en niños tiene predilección por las zonas del rostro, mientras que en personas adultas lo hace de manera diseminada a lo largo de todo el cuerpo.

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Su causa aún es desconocida, pero algunos de los factores que podrían colaborar con la presencia de la pitiriasis alba, de acuerdo a una publicación de Cutis, son los siguientes:

  • Dermatitis atópica.
  • Radiación solar.
  • Xerosis.
  • Deficiencias vitamínicas.

La pitiriasis alba forma parte de los criterios menores para llevar a cabo el diagnóstico de un cuadro de dermatitis atópica. Por ende, los pacientes deben ser tratados como atópicos.

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Síntomas de la pitiriasis alba

Este tipo de patología suele no ser consultada por pasar desapercibida de manera temprana, lo que genera un subregistro de la enfermedad. En consecuencia, las manifestaciones clínicas resuelven de manera espontánea, sin haber recibido tratamiento y sin revestir ninguna gravedad.

La pitiriasis alba se caracteriza por la presencia de placas ovales o redondas con una fina descamación, que no presentan sintomatología. A su vez, sus diámetros oscilan entre 0,5 y 5 cm , con bordes no definidos de forma nítida.

Estas lesiones suelen ser asintomáticas pero, en ocasiones, el paciente puede referir prurito (picor) en esa zona, como concluye una revisión de Pediatric Dermatology.

Se localizan con preferencia en el rostro, pero también pueden observarse en la espalda, tronco y extremidades superiores. Las manchas hipopigmentadas o rosadas, después de ser tratadas o haber resuelto de manera espontánea, no dejan secuelas. Por el contrario, la piel recupera su tonalidad y es imperceptible el rastro de una mancha en ese sector.

Variantes clínicas

Existen variantes en las manifestaciones clínicas de esta enfermedad. Por ende, este polimorfismo la lleva a dividirla en cuatro categorías diferentes:

  1. Hipocrómica: la variante más común.
  2. Eritematosa: comienza con manchas rosadas.
  3. Folicular: alrededor de las placas hipocromáticas se puede observar hiperqueratosis folicular.
  4. Pigmentante: la coloración de las lesiones son azuladas en el centro, con pérdida de pigmentación en la región perilesional.

Diagnósticos diferenciales

El diagnóstico se realiza al momento de la consulta médica con el especialista mediante el examen visual y un correcto interrogatorio. Además, no se requiere biopsia ni examen micológico o el uso de la lámpara de Wood.

Se debe tener en cuenta que las manifestaciones de la pitiriasis alba son similares a otras patologías que involucran la alteración de la pigmentación de la piel. Algunas de estos trastornos son los siguientes:

  • Pitiriasis versicolor (de origen micótico).
  • Vitiligo.
  • Hipopigmentación postinflamatoria.
  • Lepra indeterminada.
  • Micosis fungoide.

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¿Cuál es el tratamiento de la pitiriasis alba?

La pitiriasis alba es una enfermedad que no reviste gravedad, sin embargo, puede afectar la apariencia estética de quien la padece y alterar la calidad de vida.

Humectación diaria

La primera línea de tratamiento es la humectación de la piel, como toda patología asociada a cuadros de dermatitis atópica. Lo ideal es evitar que la piel se encuentre con sequedad, por lo que se recomienda no usar jabones astringentes, duchas extensas y calientes o productos irritantes. A su vez, la humectación con emolientes después de cada baño es una buena práctica de cuidado y prevención, para evitar la xerosis.

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Protección solar

Es indispensable la aplicación de protectores solares adecuados, con su renovación correspondiente cada 2 horas, en la piel. Hoy en día, existen varias presentaciones y colores del mismo que lo hacen un producto más agradable para ser utilizado.

El protector solar debe tener un FPS mayor o igual a 50 y se debe generar el hábito de que, aunque no hayan rayos solares visibles, la piel necesita estar protegida de igual manera. Además, se recomienda el uso de métodos físicos de barrera, como sombreros, sombrillas, anteojos y vestimenta con filtro solar propio.

Cremas recetadas

Los corticoesteroides de baja intensidad son de gran utilidad en las etapas inflamatorias de las lesiones. No obstante, se deben utilizar por lapsos muy breves de tiempo para evitar las complicaciones posteriores, como la atrofia cutánea, entre otras.

Otra de las opciones terapéuticas muy efectivas son los ungüentos de tacrolimus, ya que poseen la misma eficacia que los esteroides, pero sin desencadenar los efectos adversos indeseados.

Ahora que ya conoces más sobre esta afección cutánea, no dudes en acudir a un profesional sanitario si notas cualquiera de los signos de los que acabamos de hablar y para que te resuelva todas las dudas que puedan surgir.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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