Tener un hijo supone un gran hito en la vida de toda persona, ya sea hombre o mujer. Es una experiencia gratificante, pero también muy desafiante, que incluso puede poner en jaque a la pareja. Comúnmente, la madre suele sentirse desbordada por los cambios y obligaciones que surgen tras el nacimiento. Por su parte, el padre puede sentirse apartado o confuso respecto de cómo actuar. Sin embargo, su papel en los primeros meses del bebé tiene una gran importancia.
Tradicionalmente, se ha asignado el cuidado infantil a las mujeres. Ellas han sido las encargadas de alimentar, cuidar y sostener emocionalmente a los bebés en las primeras etapas. Así, muchos padres comienzan a sentirse cómodos en su rol a medida que el niño crece y se vuelve algo más autónomo. Cuando ya habla o camina, disfrutan de jugar con él o dedicarle tiempo, pero pasan por alto esos primeros meses y años tan cruciales.
Es cierto que la relación que se crea entre la madre y el bebé es única y especial. Pero el hecho de que los padres no puedan contribuir o participar en estos momentos iniciales de la vida de sus hijos es solo un mito. De hecho, su presencia y actuación son más que necesarias. Te contamos por qué.
La importancia del padre en los primeros meses del bebé
Uno de los fenómenos de mayor importancia que tienen lugar en los primeros meses es el establecimiento del vínculo de apego. Este determina la confianza que el niño desarrolla en sí mismo y en los demás. Así, moldea la forma en que pensará, sentirá y se comportará a largo plazo. A este respecto, es fundamental establecer un vínculo de apego seguro.
El padre es también una de las principales figuras de referencia del niño y el grado en que se implique en su cuidado será determinante. De hecho, se ha encontrado que los menores cuyos padres se implican adecuadamente, desarrollan un apego seguro y establecen un vínculo más positivo.
Por otro lado, el padre en los primeros meses del bebé también actúa como una importante fuente de estimulación e influye en el desarrollo cognitivo. A este respecto, la investigación ha encontrado que los bebés cuyos padres juegan más a menudo con ellos muestran un mejor desarrollo mental y mayor rendimiento en diversas tareas.
¿En qué consiste el rol del padre en los primeros meses del bebé?
Ahora bien, ¿qué significa exactamente ser un padre implicado? Muchas veces, los hombres no saben bien qué posición adoptar y de qué modo pueden contribuir durante las primeras etapas de vida de sus hijos. A continuación, te contamos algunas de las tareas fundamentales que pueden abordar.
Ser un soporte para la madre
El posparto es un momento complicado y vulnerable para la mujer. Un bebé es sumamente demandante y afrontar los cambios físicos, mentales y emocionales no es sencillo. En este momento, el rol del padre es fundamental, pues es quien puede brindar la contención, el apoyo y el soporte emocional a la mujer. Gracias a esto, ella estará en su centro y en posición de ejercer su maternidad de la mejor forma.
Ofrecer cuidados y atenciones al infante
El papel del padre en los primeros meses del bebé no se limita solo a apoyar a la madre, sino que también ha de empezar a construir un vínculo con su hijo. Para esto, puede participar en todos los cuidados y atenciones básicas, como la higiene, el sueño y el afecto. Incluso, puede participar en la alimentación sin interferir en la lactancia materna al utilizar el método finger-feeder.
Muchos padres sienten que no son capaces de hacerlo tan bien como la madre e incluso algunas mujeres apartan a su pareja por el mismo motivo. Sin embargo, es importante que ambos se ocupen de estos aspectos.
Estimular y compartir actividades y juegos
Padres y madres se relacionan con los infantes desde aproximaciones diferentes. Concretamente, los padres tienden a utilizar el juego, el movimiento y la corporalidad para relacionarse con sus hijos. Es una interacción más activa que la que suele proporcionar la madre y resulta muy enriquecedora y estimulante para el bebé. Por ello, jugar con el niño, compartir actividades y dedicarle tiempo a diario es un gran aporte para su desarrollo.
Implicarse en la crianza
Por último, ya desde el nacimiento, ambos padres deben implicarse y colaborar para establecer un estilo de crianza unificado. Como adultos responsables del hogar, sus actuaciones deben ir en concordancia para generar coherencia y estabilidad en el niño. Así, ambos han de participar a la hora de inculcar valores, establecer rutinas y hábitos o educar emocionalmente. Un padre ausente o que únicamente participa en el juego, crea una importante carencia en sus hijos.
El padre en los primeros meses del bebé es insustituible
En definitiva, es importante acompañar el cambio de paradigma que vivimos, en el que cada vez más padres se implican en el cuidado de sus hijos desde el inicio. Y es que su rol es fundamental y necesario. Lejos de lo que se ha creído tradicionalmente, ellos pueden aportar al desarrollo cognitivo, emocional y social de sus hijos en gran manera.
Además, aquellos hombres que se involucran logran también una mejor relación de pareja y un ambiente más favorable en el hogar. De esa manera, comparten las responsabilidades y actúan como soporte para la madre. Por todo esto, si eres padre, no dudes en asumir tu rol. Y si eres madre, permite y favorece que tu pareja lo haga. El beneficio será notorio.
Bibliografía
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