Onfalitis o infección del ombligo en el recién nacido

La onfalitis puede desencadenar en una sepsis, que es una afección con alta mortalidad. Te contamos cómo prevenir la infección del ombligo.

La onfalitis o infección del ombligo en el recién nacido es una de las preocupaciones más habituales de los padres durante los primeros días de vida. Además, el diagnóstico y tratamiento de forma rápida es importante para evitar complicaciones graves. En este artículo, te contamos las medidas de prevención para poner en práctica, sus manifestaciones clínicas y su manejo terapéutico.

¿Qué es la onfalitis del recién nacido?

La onfalitis es la infección del ombligo o de los tejidos circundantes del recién nacido. Luego del nacimiento, el ombligo de los neonatos se coloniza con diversos tipos de bacterias presentes en el canal del parto y en las manos que lo manipulan. Los tejidos que se encuentran desvitalizados del muñón umbilical estimulan el desarrollo rápido de las bacterias. Además, los vasos sanguíneos trombosados permiten el ingreso a la circulación sanguínea, lo que puede generar una infección sistémica.

Por lo tanto, la onfalitis es una infección polimicrobiana. A su vez, en una publicación de la American Academy of Pediatrics se consideran los siguientes factores de riesgo para el desarrollo de la afección:

  • Bajo peso al nacer.
  • Parto domiciliario (parto no estéril).
  • Rotura de saco amniótico de más de 24 hs previas al parto.
  • Infección materna.
  • Cuidado inadecuado del cordón.
  • Trabajo de parto prolongado.

La atención domiciliaria correcta luego del parto puede disminuir el riesgo de infecciones del ombligo en el recién nacido, por lo tanto, se deben seguir cuidadosamente las indicaciones del médico.

Las infecciones maternas, el bajo peso al nacer o el cuidado inadecuado del cordón umbilical, entre otros factores, puede favorecer el desarrollo de la onfalitis en el recién nacido.

Manifestaciones clínicas de la onfalitis en el recién nacido

Los síntomas suelen iniciar a los 3 días, ya que es una enfermedad del recién nacido que se caracteriza por el enrojecimiento y el dolor a la palpación e induración del ombligo y los tejidos aledaños. En el inicio, se suele observar solo celulitis superficial, pero si no se comienza con un tratamiento adecuado, puede evolucionar de manera desfavorable y afectar a toda la pared abdominal.

Incluso, se puede presentar sangrado o drenaje purulento por el muñón del cordón umbilical. Se debe sospechar de sepsis, junto con un mal pronóstico, ante los siguientes síntomas sistémicos:

  • Fiebre.
  • Mala alimentación.
  • Letargo.
  • Irritabilidad.

La sepsis es una de las complicaciones más comunes de la onfalitis en los recién nacidos y puede evolucionar a un cuadro mucho más dañino y grave, por lo que la detección precoz y el tratamiento es esencial. Además, la infección del ombligo es bastante más frecuente que se presente en los países del tercer mundo debido a la falta de recursos y medios para realizar una correcta higiene.

Opciones terapéuticas de la infección del ombligo

Para determinar el tratamiento más adecuado para la infección del ombligo, el médico toma una muestra con un hisopo del área infectada. Luego, se examina en el laboratorio para identificar el microorganismo exacto que provocó la infección. No obstante, en la mayoría de los casos, el tratamiento requiere de antibióticos intravenosos que sean de amplio espectro (contra organismos tanto gramnegativos como grampositivos).

La duración del tratamiento con antibióticos depende de la respuesta del recién nacido y de las complicaciones que puedan aparecer. Además, los casos más leves pueden ser tratados con medicamentos tópicos. En cambio, en los más graves el manejo debe ser más agresivo, para lo cual se deberá recurrir a antibióticos parenterales.

Para prevenir la infección en el ombligo del recién nacido es importante lavarse las manos, mantener la zona seca y limpiarla correctamente, entre otras medidas.

Medidas de prevención de la onfalitis en el recién nacido

La prevención de la onfalitis requiere de medidas de higiene adecuadas del cordón umbilical. Lo recomendable es el cuidado en seco, que implica mantenerlo sin humedad y exponerlo al aire para contribuir con la ausencia de infecciones. De hecho, de acuerdo con una investigación publicada por la revista Medicine, el cuidado del cordón seco (respecto al uso de algún producto antiséptico) es una forma segura, eficaz y fácil de ayudar a prevenir la onfalitis en recién nacidos sanos.

Algunos consejos para el cuidado del cordón seco incluyen los siguientes:

  • Lavarse correctamente las manos antes de tocar el área del cordón del bebé.
  • Evitar mojar el muñón del ombligo. Por lo tanto, no hay que limpiar el área alrededor del muñón ni realizar baños de esponja hasta que se caiga el cordón.
  • Mantener el pañal doblado hacia abajo en la zona umbilical hasta que se caiga el cordón, en vez de colocar el elástico del pañal sobre el muñón. De ese modo, el aire puede circular y ayuda a secar el área.
  • Limpiar de forma suave con una esponja o una gasa humedecida en agua los restos de orina o materia fecal.

La lactancia también permite transmitir anticuerpos al recién nacido, lo que puede ayudar a que su sistema inmune se desarrolle y fortalezca.

Siempre es mejor la prevención

En conclusión, lo esencial es poner en práctica las medidas necesarias para prevenir la infección del cordón umbilical. No obstante, si de igual modo se presentan los signos o síntomas característicos de la onfalitis, se debe acudir lo más pronto posible al servicio de urgencias para ponerse en manos de especialistas y que sean ellos quienes indiquen el tratamiento a seguir. Por ningún motivo se deben utilizar cremas, medicamentos o remedios caseros para intentar curar la infección

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

Scroll al inicio