Aprende por qué no debes utilizar el chantaje emocional para educar a tus niños

Para muchos papás, la manipulación emocional puede parecer algo sencillo que no le hará ningún daño a los niños. Sin embargo, eso está lejos de ser verdad.

¿Eres consciente del daño que le hace a los niños el chantaje emocional? En muchas ocasiones, los padres utilizan esta técnica de manipulación para hacer que sus hijos les presten atención o realicen lo que ellos quieren. Sin embargo, detrás de esta “inocente” práctica se puede afectar la conducta futura de los niños más de lo que parece. 

La manipulación o chantaje emocional no es algo que solo emplean los niños cuando quieren que se les cumpla un capricho. Es una acción egocéntrica que pretende satisfacer un deseo por encima de los sentimientos de los demás. De ahí la importancia de saber identificar estos comportamientos y evitarlos a toda costa.

¿Qué es el chantaje emocional?

El chantaje emocional es una estrategia, muchas veces intencional, que tiene como objetivo usar sentimientos de culpa, miedo o remordimiento para influir sobre el comportamiento del otro. Y al final, hacer que actúe de determinada manera, según la propia voluntad.

Lastimosamente, es algo muy común y por lo que pasamos la mayoría de las personas en algún momento de la vida. Pero también, es un hábito de la crianza que implementan algunos progenitores para hacer que sus hijos les presten atención.

Y aunque en muchas ocasiones este tipo de comportamientos se ejerzan de manera inocente, representan una forma de maltrato psicológico que puede condicionar el comportamiento de los niños. Pues en un futuro, replicarán esas estrategias con sus amigos o parejas.

Evita utilizar calificativos negativos con tus hijos y estrategias de chantaje emocional para poner límites o redireccionar su conducta. No es saludable.

¿Por qué no debes recurrir a la manipulación?

Puede parecer algo sencillo jugar con los sentimientos de un niño para influir en su personalidad y hacer que actúe como deseamos. A fin de cuentas, es un pequeño que aún no sabe gestionar sus emociones y, por ende, gravitará por naturaleza hacia las decisiones de los adultos. Sin embargo, ¿crees que sea algo correcto?

Emplear el chantaje emocional y las actitudes violentas con frecuencia podrían generar un modelo de “indefensión aprendida” en los niños. A la larga, esto podría provocar que de adultos permanezcan en relaciones de maltrato por no saber afrontar el abuso.

La imposibilidad de controlar la agresión generará una afectación motivacional y dificultades para la resolución de problemas. Al tiempo, el trauma emocional se manifestará en forma de indefensión, de incompetencia, de frustración y de depresión.

Recuerda que este tipo de manipulación emocional es un método tóxico, inadecuado y perjudicial para el desarrollo saludable de los hijos, ya que influye directamente en su fortaleza psicológica. Este tipo de estrategias solo favorece a una baja autoestima, a miles de inseguridades y a la dependencia emocional.

Algunas frases habituales de chantaje emocional

La forma en la que nos comunicamos con nuestros hijos influye directamente en su conducta y en la manera en la que interpretan la información.

Cuando los padres recurren al chantaje emocional para condicionar el comportamiento o las decisiones de sus pequeños, únicamente cultivan en ellos sentimientos de amenaza y de desprotección.

Estas son algunas frases cotidianas y aparentemente inocentes que tienen una alta carga de chantaje emocional sobre los niños:

  • ¿Por qué no haces tal cosa? ¿Acaso ya no me quieres?
  • ¿Te la pasaste bien con tu papá? Yo me la pasé sola en la casa.
  • Dame un abrazo o me voy a poner a llorar por tu culpa.
  • Si no te comes todo, me voy a poner muy triste.
  • Pídele perdón a tu papá o ya no te sonreirá más.
  • Si no te portas bien, les contaré a todos tu secreto.
  • Mamá se pone muy triste cuando te portas mal en el colegio.
  • Por tu culpa mamá y papá están molestos.
  • Si me quisieras de verdad, harías esto de tal manera.

Además, previene actitudes como estas:

  • Dejar de hablar como castigo.
  • Usar un tono de voz agresivo o inadecuado para expresar órdenes.
  • Emplear insultos o calificativos ofensivos, de humillación o descalificación con tus hijos.
  • Recurrir a la violencia física.
Niña con una rabieta en la frutería.
Los niños que utilizan el chantaje emocional para conseguir sus cometidos, probablemente hayan aprendido la estrategia de los adultos que los rodean.

Evita utilizar el chantaje emocional con tus hijos

Tanto las madres como los padres tienen la obligación de cultivar en sus hijos semillas mentales y emocionales llenas de amor y de cariño. Pues a futuro, deben florecer habilidades saludables que les permitan enfrentar sus problemas de manera inteligente y pacífica.

Por eso, evita el chantaje emocional y piensa en el impacto silencioso que tiene sobre los niños. Recuerda que hay otras maneras de criar desde el amor y no desde la culpa.

Bibliografía

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