No existe mirada más pura como la que tienen tus hijos
Cada bebé que llega al mundo es como una hoja en blanco que día a día gana una línea más. Ese lienzo impecable es la pureza con la que carga por naturaleza cada niño y debe saberse cuidar para seguirla apreciando con el pasar de los años. Aquellos pequeños criados por una familia amorosa y responsable tienen más posibilidades de ser en el futuro adultos con inteligencia emocional.
Cuando miras con atención los ojos de tu hijo sabes que se trata de la mirada más pura que pueda existir en la tierra. En ella no existen miedos, rencores o malos pensamientos, pues está repleta de sueños, curiosidad y bondad. Cultivar valores desde la infancia y alejar a los pequeños de malas costumbres es indispensable para salvaguardar su bienestar.
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Sé un ejemplo para tus hijos y conserva su mirada más pura
El ambiente familiar y el ejemplo brindado en el hogar juegan un papel fundamental en toda crianza positiva. Puesto que es necesario que los niños puedan aprender de las buenas costumbres y actitudes de sus padres en el día a día. Conocer lo que está bien y lo que está mal mediante el ejemplo.
Un pequeño que crece en un hogar lleno de carencias afectivas y negatividad no podrá despertar su bondad, su empatía o su generosidad; ya que esa no es la forma en la que ha aprendido a comportarse. Por eso no es de sorprender que la mirada de un niño que ha sido víctima de abusos o de falta de amor sea tan diferente a la de un pequeño que vive rodeado de afecto y de atención.
Recuerda que, tal como lo dice el dicho popular, “los ojos son el espejo del alma”. Esto debido a que no se pueden ocultar los sentimientos de una mirada. Así que si deseas conservar esa pureza, curiosidad y entusiasmo por descubrir el mundo en los ojos de tus hijos enfócate en emplear una crianza positiva y respetuosa.
La mirada más pura la poseen las buenas personas
Todos los papás queremos que nuestros hijos sean niños y futuros adultos llenos de cualidades e inteligencia emocional. No obstante, para lograr dicho cometido es crucial enseñarles a los hijos cómo ser buenas personas de manera innata, buscando siempre el bien por encima del interés.
En la medida en la que los niños aprendan a comprender su valor y a conocerse cada día más a sí mismos, aprenderán que ese valor lo tienen todas las personas. Y mediante los actos de bondad, empatía y solidaridad de sus padres corroborarán que todos merecen respeto a pesar de las diferencias. Así cultivarán lecciones valiosas que les servirán por siempre.
Aprender a desarrollar y controlar las emociones es vital para no herirnos a nosotros mismos ni a los demás. Por tal motivo, también es muy necesario establecer límites en el hogar y enseñarles a los niños a imponerlos cuando estén con sus compañeros. Todos merecemos respeto y la falta de inteligencia emocional de los demás no tiene por qué herir nuestros sentimientos.
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Educa a tu hijo con amor, empatía y bondad
Experimentar las emociones a flor de piel es la única manera que tenemos para conocerlas e intentar comprender lo que nos vienen a enseñar. Debido a esto, la educación emocional en el hogar debe ser uno de los pilares en la crianza de los hijos. Ya que de esta manera los instruimos para que reconozcan sus sentimientos y no los repriman en su interior.
Recuerda que los padres somos las guías de nuestros pequeños en su viaje de crecimiento y exploración personal. Por lo que ser conscientes de la forma en la que los estamos criando y la educación que les brindamos a través del ejemplo es vital para pensar en su bienestar. Los valores se transmiten desde el hogar y les permiten a los hijos cuidar de sí mismos y de los demás.
Así que si deseas que tu pequeño conserve en su mirada la bondad y la pureza que te enamoró desde el primer día que viste sus ojos, procura ser una buena madre o un buen padre para él o ella. Enséñales que más allá de los títulos y las riquezas, lo que nos hace realmente valiosos es ser buenas personas.
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