Parece que es algo habitual enseñar a los niños y niñas pequeños a que se acostumbren a dar besos aunque ellos no quieran hacerlo. Es una costumbre social para mostrar respeto y cercanía a los demás. Pero en ocasiones, los niños y las niñas se niegan a hacerlo y sus padres les obligan a dar besos a los demás, aunque esto signifique que lo hagan en contra de su voluntad. Esto puede resultar peligroso para su futuro.
No dar besos no significa ser mal educado, simplemente es una opción que se debe respetar. En cambio sí puede ser contraproducente que se les obligue a los hijos a dar besos cuando no quieren hacerlo aunque al adulto se le caiga la cara de vergüenza porque piensan que están quedando socialmente mal con personas allegadas. Pero, ¿tú le darías un beso a alguien a quien no quieres hacerlo? Entonces, ¿por qué obligas a tus hijos a que lo hagan?
Tanto en niños como en niñas puede ser bastante peligroso obligarles a que den besos cuando no quieren. Esto puede hacer que se sientan confundidos sobre hasta qué punto son dueños de sus acciones o hasta qué punto deben permitir que otros se acerquen a ellos o a sus cuerpos a pesar de que se sientan incómodos o no quieran. Esto puede ser realmente dañino para su desarrollo e incluso, para sus relaciones interpersonales futuras.
Tus hijos tienen que aprender a decir NO
Los niños y niñas deben aprender a decir ‘no’, a decir ‘basta’, a mostrar abiertamente cuando algo no les gusta. Esto podría salvar su vida en el futuro e incluso a mantenerse a salvo de depredadores emocionales o sexuales. Cuando un niño o una niña es forzado a dar afecto sin querer hacerlo solo para no ofender a otra persona o no hacer daño emocional al otro, se lo estás haciendo a tu propio hijo/a.
‘El respeto comienza con uno mismo’
– Nathaniel Branden-
Además, le estarás enseñando que su cuerpo no le pertenece porque tienen que dejar a un lado sus sentimientos negativos o lo que no les hace sentir bien solo por complacer a otras personas. Se les está anulando la oportunidad de decir que no y también, se le anula la capacidad de pensamiento crítico o de poder mantener unas distancias saludables con otras personas.
Demasiados peligros sociales
Cuando a un niño se le obliga a dar un beso o un abrazo a otras personas (también a desconocidos), es dar un paso a dejar vulnerables a los pequeños ante los temidos pederastas. No se sabe quién puede abusar de un niño pequeño, ya que en muchas ocasiones y por desgracia, pueden ser personas del propio entorno del menor. Por eso, toda precaución es poca y los niños deben aprender a decir ‘no’ siempre que deseen hacerlo.
Que no obligues a tus hijos a dar un beso a otros no significa que los estés malcriando, ni mucho menos. Todo lo contrario, los estás ayudando a construir una fuerte personalidad para tener éxito en el futuro. Además, empezarán a entender de empatía cuando se respeten sus sentimientos y también, a darse cuenta de que su cuerpo es suyo y ellos establecen los límites que los demás deben pasar (o no).
Nunca hay que forzar a los niños a mantener una relación física con otros ya sea en forma de besos o abrazos cuando se niegan a hacerlo o cuando se ven incómodos. Así entenderán también que tienen derechos y que elegir a quién dar afecto es una decisión libre y solo suya. Esto también les podrá ayudar a evitar ser víctimas de abuso escolar o a mantener relaciones insanas con otras personas en cualquier momento de sus vidas.
El respeto es fundamental
Resulta fundamental que los adultos aprendan a respetar a los niños y a entender que sus decisiones también son importantes. Deben aprender a que su cuerpo es suyo y que su libertad de elección debe ser respetada.
Los niños son personas independientes que los padres deben enseñar valores para que puedan desarrollarse adecuadamente en el mundo, sin obligarles a hacer cosas que pueda ser perjudicial para ellos.