¿Los niños pueden comer sushi?

El sushi es una preparación que está de moda y que cada vez se consume en más países. Cuenta con muchas formas de preparación diferentes, y según cómo se elabore, podría llegar a considerarse un plato saludable. Ahora bien, muchas madres se preguntan si los niños pueden comer sushi por el hecho de que cuentan con pescado crudo en su interior. Por eso hoy vamos a aclarar esta duda.

Antes de comenzar hay que destacar que una dieta saludable es aquella que resulta variada y equilibrada desde el punto de vista energético. Es fundamental que aparezcan muchos alimentos diferentes en el plato para evitar déficits de nutrientes esenciales, que condicionen el buen funcionamiento del organismo.

Sushi en la dieta de los niños

Hasta los 12 años no se recomienda la inclusión del sushi en la dieta de los niños. Esto se debe, principalmente, a la presencia de pescado crudo en la preparación, lo que conlleva cierto riesgo microbiológico. Una intoxicación alimentaria en la infancia podría poner en riesgo la salud y además, alterar la composición de su microbiota. 

Es importante tener en cuenta que los pescados crudos pueden contener microorganismos patógenos para el ser humano. Normalmente, cuando se prepara sushi, se sigue una serie de procesos para limitar la presencia de los mismos, pero se los limita al 100 %. Recién cuando se somete al alimento a temperaturas superiores a los 65 grados en su interior se suele garantizar su salubridad.

Consejos de seguridad a la hora de consumir sushi

A pesar de que el niño tenga más de 12 años, puede ser preciso tener en cuenta una serie de consejos a la hora de incluir el sushi en su dieta de manera regular.

En primer lugar, es crucial que el pequeño esté vacunado contra el virus de la hepatitis A, ya que podría infectarse a partir del consumo de pescado crudo. Esta patología pone en riesgo en buen funcionamiento del hígado, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Gastroenterology Clinics of North America. 

Por otra parte, es clave evitar aquel sushi elaborado a partir de pescados grandes, pues estos concentran una mayor cantidad de mercurio. Este metal pesado se puede acumular en el tejido adiposo del niño, pasar a la circulación sanguínea de forma sostenida en el tiempo y causar una intoxicación grave. Se ha demostrado que el consumo regular de dicho elemento aumenta la incidencia de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.

Finalmente, hay que tener especial cuidado con el sushi que se prepara con mariscos y crustáceos, ya que estos pueden estar contaminados con diversos gérmenes y transmitir enfermedades. En estos casos, conviene extremar aún más las medidas higiénicas para evitar problemas graves.

Beneficios del sushi

A pesar de lo comentado anteriormente, el sushi puede encuadrarse dentro del grupo de las comidas saludables. Se trata de un plato que concentra una cantidad significativa de ácidos grasos de la serie omega-3, elementos que consiguen modular los niveles de inflamación en el organismo. Gracias a dicho efecto, se reduce el riesgo de desarrollar algunas patologías crónicas.

Por otra parte, hablamos de una preparación energética que combina carbohidratos complejos con proteínas de alto valor biológico. Puede resultar bastante positiva para aquellas personas que hacen deporte con regularidad, pues les ayuda a satisfacer los requerimientos diarios de dichos nutrientes.

Para terminar, hay que destacar que ciertos tipos de sushi pueden contener azúcares simples en su interior. Con esto hay que tener cuidado, ya que podrían afectar negativamente a la salud metabólica a medio plazo si se consumen en exceso.

Los niños pequeños no pueden comer sushi

Como has visto, no es recomendable incluir el sushi en la dieta de los niños menores de 12 años. Se trata de una preparación completa desde el punto de vista nutricional, pero de elevado riesgo microbiológico por contener pescado crudo. El organismo de los pequeños no está del todo preparado para consumir esta clase de preparaciones.

Asimismo, cuando el sushi se elabora de manera casera, es determinante mantener unas buenas prácticas higiénicas para evitar problemas posteriores. Por ejemplo, asegurar que el pescado elegido sea de buena calidad y que esté fresco. Incluso, que haya superado también un proceso de congelación previo.