¿Mi hijo tiene TDAH o altas capacidades?

¿TDAH o altas capacidades? ¿No sabes qué tiene tu hijo y quieres averiguarlo? Aquí te ofrecemos unas pautas para ello, relacionadas con las similitudes y diferencias entre ambos fenómenos.

Niña con TDAH saltando en el sofá.

¿No sabes si tu hijo tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o altas capacidades? Lo más importante en estos casos es acudir a un profesional especializado para que pueda realizar un buen diagnóstico diferencial. Sin embargo, conocer las diferencias entre ambos trastornos y las razones por las que suelen confundirse nos permitirá hacer una primera aproximación al tema de lo más completa.

En las siguientes líneas veremos en qué consiste cada uno de estos fenómenos (qué síntomas presentan los niños con TDAH y los que tienen altas capacidades) y cuáles son las diferencias de comportamiento entre ambos, divididas en áreas específicas.

Conocer qué se esconde tras los comportamientos de nuestro hijo nos puede ayudar a potenciar sus aprendizajes y a mejorar su calidad de vida, tanto en la escuela como en casa.

¿Mi hijo tiene TDAH o altas capacidades?

¿TDAH o altas capacidades? Se trata de dos fenómenos altamente diferenciados, aunque en algunos casos aparecen conjuntamente. Antes de nada, vamos a describir de qué hablamos en cada caso.Niño distraído con TDAH o altas capacidades.

¿Cómo es un niño con TDAH?

En el caso del TDAH, este se considera un trastorno del neurodesarrollo. Se clasifica como tal en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales) y hace referencia a síntomas de tres tipos:

  • Impulsividad.
  • Inatención.
  • Hiperactividad.

Dependiendo del síntoma que predomine, el TDAH puede ser de diferentes tipos: con predominio de déficit de atención (o desatención), con predominio de hiperactividad y finalmente el tipo combinado. Para poder diagnosticarse, los síntomas deben durar como mínimo seis meses y presentarse con una intensidad desadaptativa en relación al nivel de desarrollo del niño.

Por otro lado, los síntomas deben estar presentes antes de los doce años, interferir en el funcionamiento del niño y presentarse en dos o más contextos (por ejemplo, en la escuela y en casa). Así, dependiendo del subtipo de TDAH, los chicos con este trastorno pueden ser niños muy movidos (como si llevaran un motor dentro), altamente impulsivos y presentar dificultades para concentrarse (déficit en la atención sostenida).

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Las altas capacidades

En cambio, las altas capacidades hacen alusión, más que al comportamiento, a la inteligencia y al aprendizaje. Dicho concepto incluye, a su vez, tres términos diferentes: la superdotación, el talento y la precocidad. Así, los niños con altas capacidades constituyen un grupo muy heterogéneo caracterizado por lo siguiente:

  • Puntuaciones significativamente superiores a la media en los test psicométricos estandarizados de inteligencia general. Es decir, al menos dos desviaciones típicas por encima de la media.
  • Puntuaciones superiores a la media en pruebas de aptitudes.

El concepto de altas capacidades engloba muchos tipos de alumnos. Por un lado, los superdotados que, son niños muy inteligentes, creativos, originales y con la motivación suficiente para garantizar la materialización de su potencial (implicación en la tarea).

También están los niños con talento, es decir, aquellos que muestran un elevado rendimiento en una o varias áreas de conocimiento específicas, como la verbal, creativa, lógica, matemática… O sea, destacan mucho en una materia o campo.

Por otro lado están los denominados “genios“, un término más social que hace referencia a aquellos niños con una elevada inteligencia (superdotados) que, además, aportan algo muy valioso a la sociedad, por ejemplo, en el arte, en las ciencias…

¿Hijo con TDAH o altas capacidades?

TDAH o altas capacidades, esa es la cuestión. Aunque son conceptos diferentes, a menudo pueden confundirse en los niños y podemos encontrarnos con dificultades para saber qué tiene exactamente nuestro hijo.

Esto es así porque tanto los niños con TDAH como los que tienen altas capacidades pueden mostrarse distraídos, aburridos en clase, absortos en sus pensamientos, con necesidad de cambiar rápidamente de una tarea a otra, molestando a los compañeros e interfiriendo en el ritmo de la clase, con una energía desbordante, etc.

Es decir, la sintomatología puede ser la misma; sin embargo, las causas, como hemos visto, tienen un origen muy diferente. ¿Cómo detectar un caso u otro? Más allá de realizar un buen diagnóstico (y de centrarse en el diagnóstico diferencial, emitido por un profesional especializado), podemos observar ciertas diferencias en el comportamiento en ambos casos, las cuales enumeraremos a continuación.

Diferencias en TDAH y altas capacidades

Para saber si se trata de TDAH o altas capacidades, podemos atender a una serie de comportamientos de tu hijo, que difieren en un caso y otro. Vamos a ver algunos ejemplos:

  • Problemas de atención: en el TDAH aparecen a la hora de terminar las tareas y seguir las instrucciones, mientras que en las altas capacidades se dan en situaciones específicas en las que se aburren.
  • Esfuerzo mental: en el TDAH el niño se agota con facilidad ante tareas que requieren un esfuerzo mental prolongado; en cambio, en las altas capacidades existe una gran capacidad de abstracción y concentración si la tarea les atrae.Niño con TDAH en terapia junto a su madre para que les expliquen las diferencias de género.
  • Hiperactividad: en el TDAH el niño salta, trepa, corre en situaciones inapropiadas… Y en las altas capacidades el control conductual es mucho mayor.
  • Impulsividad: el niño con TDAH tiende a interrumpir conversaciones y le cuesta respetar el turno de juego o palabra; en las altas capacidades, en cambio, son muy buenos oyentes.
  • Consciencia del peligro: baja en el TDAH y alta en las altas capacidades.
  • Problemas de conducta: frecuentes en el TDAH; en las altas capacidades solo aparecen en situaciones específicas.
  • Rendimiento y motivación: el rendimiento es inconsistente en el TDAH y la motivación, baja (si no se trata). En los niños con altas capacidades aparece una mayor motivación, especialmente en sus áreas de interés.
  • Concentración: dificultades para recuperarla en el TDAH y vuelta al trabajo con facilidad en las altas capacidades.
  • Periodos de concentración: cortos en el TDAH, prolongados en las altas capacidades.

“La educación no es la preparación para la vida. La educación es la vida en sí misma”.

-John Dewey-

Otras diferencias

Entre sus pares, el niño con altas capacidades disminuye las conductas inapropiadas, lo mismo sucede en un contexto académico adecuado y en un currículo adaptado a sus necesidades. En ninguna de las estas situaciones, el niño con TDAH mejora su comportamiento.

Un niño con altas capacidades no manifiesta conductas inapropiadas si la tarea o proyecto es de su interés, pero el que tiene TDAH no ajusta su comportamiento al interés o desinterés con respecto a la tarea o proyecto. Es más, puede pasar de una tarea a otra, parecer despistado y no repetir instrucciones.

El niño con altas capacidades, aunque parezca despistado, sigue las instrucciones, y si presenta mal comportamiento se deberá a desinterés puntual en un tema o materia o porque no se siente comprometido con el estilo de enseñanza del docente.

En conclusión

El TDAH y las altas capacidades consisten en trastornos altamente diferenciados. Sin embargo, hay niños con altas capacidades que presentan también TDAH (aunque no es una condición necesaria).

Conocer sus diferencias nos permitirá potenciar el desarrollo de nuestro hijo (o nuestro alumno), adecuándonos a sus intereses, motivaciones, habilidades cognitivas, puntos fuertes y débiles, y comportamiento.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • American Psychiatric Association -APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid. Panamericana.
  • Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill.
  • Caballo, V. y Simón, M. A. (2002). Manual de Psicopatología Clínica Infantil y del adolescente. Trastornos generales. Pirámide: Madrid.
  • GÓMEZ, N. G. (2014) DIAGNÓSTICO DEL TDAH EN NIÑOS CON SUPERDOTACIÓN INTELECTUAL. https://www.centrohuertadelrey.com/documentos/revistas/revista35.pdf
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