Los problemas emocionales en los niños pueden afectar a sus relaciones con los demás, su conducta y su estado de ánimo. Los padres deben ser capaces de detectar estas anomalías y solucionarlas lo más rápido posible, ya que perjudican el desarrollo del niño en varios aspectos.
Este tipo de problemas no son exclusividad de los adultos. Por diferentes circunstancias, ya sea internas o del entorno, los niños se ven afectados por coyunturas perjudiciales para su salud emocional.
Estos aparecen cuando las emociones negativas tienen un impacto desmedido en la vida del pequeño. Aunque esto no quiere decir que se deba subestimar su importancia.
Las emociones negativas son sumamente relevantes para las personas. Es mediante el miedo como nos protegemos de amenazas, con el enfado nos defendemos ante ataques de otros y con la adrenalina aumentamos nuestras capacidades cuando es necesario.
Los problemas emocionales en los niños pueden ser muy malos para su bienestar físico y psicológico. A continuación, veremos cómo detectarlos y qué hacer para solucionarlos.
Problemas emocionales más frecuentes en la niñez
Los trastornos emocionales que se presentan con mayor asiduidad en los niños son:
- Falta de empatía: en estos casos los niños no son capaces de reconocer las emociones de las otras personas. Por lo tanto, no notan si alguien está triste, contento o enfadado. Además, son incapaces de comprender por qué se sienten así.
- Depresión: puede ser causada por diversos factores. Altera en gran medida la conducta de los niños, así como su estado de ánimo, su rendimiento escolar, su respuesta frente a estímulos externos y su relación con los demás.
- Ansiedad: si bien se trata de un mecanismo de defensa ante una amenaza o peligro, la ansiedad desmedida o en situaciones injustificadas puede provocar irritabilidad, nervios e inquietud. Además, también suele ser origen de otros trastornos físicos, algunos muy serios.
- Intolerancia a la frustración: se trata de la imposibilidad de aceptar reglas, normas o situaciones que no les resulten convenientes. Generalmente se expresa mediante el enfado y una conducta agresiva.
- Fobias: son miedos excesivos. Algunos, además, pueden estar relacionados con cosas cotidianas (como la lluvia, por ejemplo). Provocan grandes complicaciones que afectan a la estabilidad mental y a la vida social.
- Trastorno de pánico: son cuadros de miedo intenso, acompañado por síntomas físicos verdaderamente angustiantes para quien lo padece.
Causas más comunes de los problemas emocionales en los niños
Tal y como fue mencionado previamente, hay dos tipos de desencadenantes para los problemas emocionales en los niños:
Internos
Estos están ligados a la regulación emocional propia de cada ser humano.
Algunos factores que pueden determinar una tendencia a sufrir problemas emocionales son: tener un carácter excesivamente fuerte, ser altamente introvertido, sufrir déficits de atención, inseguridad o fallos en el procesamiento de la información.
“La vida es 10% lo que experimentas y 90% cómo respondes a ello”
Externos
El ambiente en el que un niño crece determinará en gran medida este desarrollo. Si forma parte de una familia donde hay violencia, agresividad y negatividad, su estabilidad emocional se verá perjudicada.
Asimismo, el ambiente escolar es igual de importante, ya que es su primer contacto con sus pares en el mundo exterior.
Es importante, por ende, que no existan situaciones de abuso u hostigamiento. También pueden influir las malas relaciones con los profesores, el no sentirse un miembro valorado en la comunidad educativa y el mal rendimiento académico.
¿Cómo detectar problemas emocionales en los niños?
Lo primero que debemos considerar es que nunca un niño vendrá y nos dirá: “Estoy sufriendo de baja autoestima por las críticas de mis compañeros”. Por eso debemos estar atentos a su conducta, que será el medio por el cual canalizará todos los sentimientos reprimidos.
Si el niño manifiesta actos de nerviosisimo, como morderse las uñas, gritar, romper objetos o ser agresivo, esto puede ser un indicador. También algunos síntomas físicos, como las taquicardias, las náuseas o la tensión muscular.
Asimismo, prestemos atención también a aquello que no manifiesta. Si notamos que no confía en sus aptitudes, que encara los problemas con actitud negativa o que tiene una dificultad anormal para relacionarse con los demás, debemos intentar indagar qué está pasando por su cabeza.
Consejos para tratar los problemas emocionales en los niños
La recomendación más atinada ante un caso de trastorno emocional en un niño es acudir a un profesional.
Un psicólogo o un psiquiatra, por ejemplo, podrían diagramar un plan de educación emocional para enseñarle a controlar los diversos sentimientos que afloran según las situaciones. La inteligencia emocional es el arma clave para combatir este tipo de trastornos.
Asimismo, debemos estar presentes a lo largo de su infancia. La mejor manera de ayudarlos es siendo comprensivos, abiertos, estando dispuestos a transmitir enseñanzas y valores en todo momento y, sobre todo, demostrándoles que estamos a su disposición cuando sientan que algo no va bien.
Bibliografía
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