Legrado, ¿enemigo de un futuro embarazo?

Este procedimiento consiste en eliminar tejido del útero mediante raspado. Descubre más a continuación.
Legrado, ¿enemigo de un futuro embarazo?
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 22 enero, 2022

El legrado o curetaje es un procedimiento quirúrgico menor que se realiza con anestesia general o local. Por lo general, no supone ninguna complicación y siempre se lleva a cabo cuando se sospecha que una mujer padece de algún tipo de alteración uterina o que ha sufrido un aborto.

El objetivo de este procedimiento es limpiar el útero o recoger tejido de la zona. Durante este proceso, el canal vaginal se mantiene abierto mediante el empleo de unos instrumentos quirúrgicos que ayudan a dilatar la entrada al cérvix. Y si bien puede resultar muy invasivo, se realiza con la finalidad de cuidar de la salud de la mujer. 

¿Cómo se realiza un legrado?

Un legrado uterino puede realizarse por múltiples razones, siendo el aborto incompleto una de las más frecuentes. En estos casos se busca extraer todos los restos del feto del vientre maternos para evitar la aparición de complicaciones. No obstante, esta cirugía también se puede indicar cuando existen restos placentarios posterior al parto o ante ciertos problemas endometriales.

Por su parte, el legrado es un procedimiento muy sencillo que no requiere gran preparación previa. En términos generales, el legrado se realiza en varios pasos muy sencillos, los cuales vienen a ser los siguientes:

  • Primero se coloca la anestesia, la cual puede variar mucho dependiendo de cada caso en particular.
  • Luego, se acuesta a la mujer boca arriba con los pies colocados en unos estribos especiales. Esta posición se conoce en el ámbito médico como posición ginecológica.
  • Se introduce un espéculo en la vagina para lograr un ensanchamiento de la misma y así poder observar el cuello uterino.
  • Después de visualizar el cuello uterino, se utiliza un dilatador y se ensancha. Este proceso puede ser lento, ya que se introducen múltiples varillas de un grosor diferente para dilatar el cuello uterino.
  • Finalmente, se introduce una cureta (instrumento con forma de cuchara con un borde cortante) hacia el cuello uterino para la extracción. También puede emplearse un dispositivo de succión para realizar el procedimeinto.
legrado

El tiempo para volver a quedar embarazada

Tras un aborto, a veces, es necesario practicar un legrado para limpiar el útero, siempre y cuando el aborto se produzca en las semanas iniciales. Esta es una dura experiencia a partir de la que surgen numerosas dudas como: ¿me podré quedar embarazada de nuevo? Y si lo hago, ¿sufriré de nuevo otro aborto?

En el aspecto físico, las secuelas de esta cirugía no suelen derivar en molestias mayores que dolor a nivel de la pelvis o la espalda.  Además, las mujeres también pueden presentar sangrados leves en los días posteriores al procedimiento quirúrgico.

El dolor en ambas zonas del cuerpo puede tratarse con analgésicos de uso común (recetados por el médico) y el sangrado desaparece por sí solo. En este sentido, a excepción de que existan complicaciones como desgarros o punzamientos, la mujer puede hacer vida normal casi de manera inmediata tras un legrado.

No obstante, en cuanto al interrogante sobre un nuevo embarazo, se recomienda esperar al menos unos 90 días para mantener relaciones sexuales, ya que este acto puede promover la aparición de infecciones. También es recomendable permitir a la menstruación regularse naturalmente y a nuestro cuerpo realizar al menos dos ciclos completos.

Permitir al útero reposar durante 90 días es muy importante tanto para garantizar la cicatrización adecuada como la regulación hormonal necesaria. Pasado este tiempo o el que el médico aconseje a cada caso particular, una mujer tras un legrado tiene las mismas posibilidades de quedarse embarazada que otra mujer.

¿Cuándo un legrado afecta la fertilidad?

Existen muy pocos casos en los que un legrado uterino puede afectar la capacidad de las mujeres para quedar embarazadas en el futuro. Todos estos casos están asociados a dos complicaciones poco frecuentes, las cuales son el síndrome de Asherman y la incompetencia cervical.

El síndrome de Asherman no es más que la aparición tejido cicatrizal en el útero, el cual se observa en forma de adherencias o sinequias. Este se manifiesta a través de múltiples alteraciones menstruales y puede llegar a afectar la fertilidad en los casos más severos. Por fortuna, estudios demuestran que existen tratamientos capaces de reducir la probabilidad de presentar esta alteración.

Por otro lado, la incompetencia cervical hace referencia a la dilatación prematura del cuello uterino, dando como resultado la expulsión de un feto vivo en el segundo trimestre de embarazo. Múltiples estudios han demostrado que el cerclaje es una técnica que puede ayudar a la culminación del embarazo enn la mayoría de los casos.

Gracias a los avances en las técnicas quirúrgicas, la aparición de estas complicaciones ha disminuido de forma significativa. Además, los métodos diagnóstico permiten detectar la alteración y tomar las medidas pertinentes a tiempo.

El tiempo necesario para las emociones

Sin embargo, si bien las heridas físicas curan rápidamente, las emocionales necesitan de otro tiempo y otro ritmo. Esto tiene sus complicaciones, pues dado que no es algo visible, puede llevarse en el entorno con cierta incomprensión, así como con impaciencia y extrañeza.

Las mujeres que se deben someter a un legrado sienten que se quedan ‘vacías’, por lo que es necesario realizar un gran esfuerzo para recuperarse y retomar la ilusión por la vida. Sobre todo porque, tras el legrado consecuente al aborto, una mujer tiene muy presente la idea de que ha perdido para siempre una oportunidad para ser feliz y realizarse. Esto no es siempre comprensible y fuera de un entorno apaciguador puede ser aún más doloroso.

Mujer triste sentada en una ventana

¿Cómo debe ser la ayuda?

Ciertamente, nadie está preparado para perder un hijo, por lo que es muy importante que el duelo por esta pérdida no se conduzca en soledad ni se trate de ocultar o minimizar. Démonos cuenta de que, resulta muy difícil aceptar que, de la noche a la mañana, hay un proyecto de vida que no se cristaliza.

Debemos ser conscientes de que las consecuencias emocionales del legrado tras un aborto hacen necesario un trabajo especial sobre los sentimientos de:

  • Culpa.
  • Apatía.
  • Tristeza.
  • Disminución de la autoestima, pérdida del amor propio y la autoconfianza, entre otros.

A partir del primer momento en que ocurre esta dificultad, lo más importante es brindar apoyo de una manera dulce y delicada a la mujer, para que, poco a poco, se abra y se desahogue. La experiencia de un legrado nunca es fácil de ‘digerir’ y puede costar más o menos, según la persona y sus herramientas. Sin embargo, en todos los casos es necesario acudir a un psicólogo para conversar al respecto y salir adelante.

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  • Alarcón Nivia, M. A. (2007). El legrado uterino, indicaciones, beneficios y riesgos. Médicas Uis.
  • Menéndez-Velázquez, J. F. (2003). El manejo del aborto y sus complicaciones. Gaceta Médica de México.
  • Nivia, M. Á. A. (2007). El legrado uterino, indicaciones, beneficios y riesgos. Revista Médicas UIS, 20(2).

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