¿Alguna vez tu hijo se ha quedado ronco? La laringitis en niños es muy frecuente. Te contamos todo acerca de ella: causas, síntomas y, sobre todo, qué puedes hacer para combatirla.
La laringitis es una irritación de la laringe. Pero… ¿dónde está la laringe? La laringe se sitúa en la garganta, muy cerca de las cuerdas vocales. Es por esto que uno de los síntomas más conocidos de la laringitis es la pérdida de la voz.
La infección de la laringe produce problemas en las vías respiratorias. Cuando esta infección afecta a niños pequeños o bebés, puede complicarse provocando enfermedades respiratorias más graves. Si la laringitis dura, como mucho, tres semanas, se denomina laringitis aguda, que suele ser la más frecuente. Si la dolencia se mantiene durante más tiempo, hablaríamos de laringitis crónica, y en este caso el pronóstico es más grave.
Síntomas de la laringitis en niños
Los síntomas más frecuentes de la laringitis en niños son los que te presentamos a continuación, aunque no todos tienen por qué manifestarse.
- Ronquera. La ronquera es esa voz susurrada, no clara, que impide hablar con claridad.
- Disfonía. Pérdida parcial de la voz.
- Afonía. Pérdida total de la voz. Sin embargo, la afonía en niños no es muy frecuente.
- Dolor de garganta. La propia irritación produce malestar, irritación y dolor en la zona.
- Tos. La irritación de la laringe produce ese picor característico que despierta el impulso de toser.
- Rinorrea. La emisión de secreción mucosa abundante suele acompañar a la laringitis en niños.
- Ganglios linfáticos inflamados. Si palpamos el cuello del niño, normalmente observaremos que los ganglios han aumentado de tamaño debido a la infección.
Esta patología pulmonar caracterizada por inflamación y obstrucción de la vía aérea respiratoria superior es también conocida como crup o laringitis estridulosa. Se acompaña de un ruido denominado estridor, que aumenta cuando el niño se agita o llora. Si se complica, puede llegar a provocar dificultad para respirar, que se observa al marcarse las costillas o hundirse el pecho.
La tos perruna, la ronquera o afonía son suficientes para emitir el diagnóstico y la auscultación del pediatra determinará la gravedad.
En el caso de la laringitis en niños pequeños, se deben añadir los siguientes síntomas:
- Falta de apetito. Que tu hijo no tenga ganas de comer es una señal clara de que algo le pasa.
- Ruido respiratorio. Es un pequeño silbido que se oye al respirar.
- Mocos. La mucosidad aparece antes de la aparición del resto de síntomas, lo que muchas veces incrementa la tos.
- Tos irritativa. Es habitual que se manifieste por la noche, debido a la postura horizontal que adquiere el niño al dormir.
Ante cualquier síntoma de los mencionados, así como la sospecha de la aparición de la laringitis, debes acudir al pediatra para que te indique de qué manera debes tratarla.
Causas de la laringitis
A continuación, te informamos de algunas causas que pueden provocar la laringitis en niños.
- Infección por virus en vías respiratorias. Esta causa es la más común de la denominada laringitis aguda. Virus como la gripe pueden desembocar fácilmente en laringitis.
- Laringotraqueobronquitis aguda. Es la laringitis aguda propia de los niños, a la que se añaden los problemas respiratorios. También tiene causa vírica, es decir, es consecuencia de una infección producida por un virus.
- Gases tóxicos. Cualquier exposición a gases como el humo del tabaco que puedan irritar la laringe y provocar la laringitis.
- Fármacos. Algunos fármacos producirían la irritación de la laringe.
- Forzar en exceso la voz. En casos graves, el forzar el aparato fonador puede provocar una inflamación e irritación de la zona.
Remedios contra la laringitis en niños
- Descanso de la voz. Aconseja a tu hijo que intente no hablar durante ese periodo. Como es prácticamente imposible, dile que procure susurrar en lugar de forzar la voz para que se le oiga. Anímale a que tenga paciencia, se trata solo de unos días.
- Beber mucho líquido. El agua o los zumos pueden ayudar a eliminar la mucosidad. Eso sí, intenta evitar los refrescos y las bebidas muy frías.
- Humedad ambiental. Utiliza vaporizadores en la habitación de tu hijo. En ellos puedes echar aceites de eucalipto o laurel para ayudar a abrir las vías respiratorias. También puedes aplicarle a tu hijo baños de vapor, le permitirán respirar mejor.
- Ajo. El ajo es un antibiótico natural muy potente. En niños muy pequeños o bebés no es recomendable, pero a niños con una cierta edad ya podrás añadírselo en las comidas. Si es crudo, mejor.
- Cebolla. Una cebolla cortada y dispuesta en el dormitorio cerca de la cama, ayudará a despejar las vías respiratorias.
- Miel con limón. Antes de acostarse, un poco de miel mezclada con limón le ayudará a despejar las vías respiratorias, bajar la irritación de laringe y suavizar los ataques de tos.
Aunque el pediatra de tu hijo te recomendará medicación que, sin duda, aliviará los síntomas de la laringitis, poner en práctica los remedios caseros descritos anteriormente disminuirá el malestar de tu hijo y lo ayudará a enfrentarse a ella de la mejor manera.
Hay que ir al médico si el niño empeora, esto es:
- Cuando el niño está tranquilo, pero hay estridor.
- Si respira con dificultad y la piel se torna blanca o azul alrededor de la boca.
- En caso de que no pueda tragar.
- Si hay hipersalivación.
La laringitis se previene reduciendo los factores de contagio evitando el contacto con personas con infecciones respiratorias, y con lavado frecuente de manos.
Bibliografía
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