A partir de la eyaculación, los espermatozoides inician su lucha por la supervivencia. Cerca de 200 millones de estas células, deben incorporarse a la carrera hacia los óvulos femeninos, y así, lograr fecundarlos. A continuación, se detalla el recorrido de este evento fascinante.
Aunque no lo parezca, la fecundación es uno de los procesos más complejos y estudiados dentro de la biología.
¿Por qué la supervivencia de los espermatozoides?
Los espermatozoides son células diferenciadas, por lo tanto, cada uno de ellos es único. Esto quiere decir, además, que dentro del tracto femenino, los espermatozoide no pueden regenerarse y están obligados a luchar por su supervivencia.
Y es que, tras la eyaculación, las contracciones uterinas y el sistema inmune del organismo de la mujer, provocan un estrés oxidativo que daña a estas células. Este es el primer obstáculo que deben enfrentar. Por supuesto, existen muchos otros obstáculos que deben sortear para poder fecundar. Pero, ¿cómo es este camino? ¿Qué tiene de peculiar?
Los espermatozoides en el aparato reproductor femenino
Una vez en el tracto femenino, los espermatozoides deben recorrer una distancia de 15-18 cm hasta alcanzar el óvulo. Una vez detectada la presencia de espermatozoides en la vagina, se ponen en marcha ciertos mecanismos de control.
Durante el tiempo que se tarda en recorrer dicha distancia, el cuerpo de la futura madre genera una especie de reacción. Dicha reacción del cuerpo femenino está destinada a modular la ruta de los gametos masculinos hasta llegar al óvulo.
Los primeros obstáculos que se encuentran los espermatozoides
La primera barrera se relaciona con el pH vaginal de la mujer. Al ser un pH ácido (alrededor de 5), causa una merma en los espermatozoides. Otro de los obstáculos tiene que ver con el sistema inmune femenino. Al ser un órgano conectado al exterior, la vagina cuenta con defensas antimicrobianas que también pueden afectar a los gametos masculinos.
Los glóbulos blancos detectan la presencia de células extrañas y fagocitan o destruyen a los espermatozoides.
Mecanismos de neutralización
Para contrarrestar estas barreras y pasar por la vagina, el plasma seminal pone en marcha ciertas protecciones. Esto quiere decir que se segrega sustancias que inhiben la fagocitosis. El pH del plasma seminal es mayor al vaginal. Al unirse, ambos pH se neutralizan y evitan la destrucción de los gametos masculinos.
El cérvix
Llega la segunda fase. Los espermatozoides deben ahora atravesar el cérvix. Llegada esta etapa, la mayoría ha quedado en el camino. No obstante, para facilitar este tránsito, el cérvix segrega un mucus hidratado con un 96% de agua, haciendo posible la penetrabilidad.
Las criptas cervicales
La anatomía cervical se compone de criptas. En ellas pueden quedar atrapados los espermatozoides, convirtiéndose en un obstáculo para su avance. No obstante, estas criptas son también un lugar de almacenamiento. Allí los espermatozoides pueden sobrevivir hasta 5 días posteriores al coito. Después podrán salir y fecundar.
Avance de los espermatozoides por el útero
Antes de llegar al útero, el esperma debe atravesar el mucus que recubre el cuello uterino. Si la ovulación ya se produjo, éste será más líquido y más fácil de penetrar. Los espermatozoides pueden atravesar la cavidad uterina en 10 minutos. Ello se produce porque el útero y las trompas producen una contracción que los succiona y facilita la llegada al óvulo.
Las trompas de Falopio
Llegados a este punto, los gametos deberán atravesar el conducto hacia las trompas, la unión uterotubárica. Es la parte más estrecha del recorrido.
Para continuar su camino hacia el óvulo, se producen dos cambios en el esperma. En primer lugar, se vuelven hiperactivos, es decir, se mueven a mayor velocidad. En segundo lugar, la membrana plasmática del gameto cambia: para atravesar las capas de protección del óvulo.
Proximidad al ovocito
La hiperactivación será crucial para que el espermatozoide logre cruzar la membrana que recubre el ovocito. Además de esto, en las trompas se activa un sistema de guía que conduce el gameto hacia el óvulo.
Últimas fases
De los millones que ingresaron al tracto femenino, solo sobreviven decenas en esta etapa. La siguiente barrera es traspasar la zona pelúcida, esto es, las células que protegen al óvulo. Tan pronto esto se logra, uno de los espermatozoides libera una enzima y se activa la reacción acrosómica.
Inmediatamente, el óvulo genera una coraza a su alrededor para que ningún otro espermatozoide lo fecunde. Ello garantiza el desarrollo posterior del embrión.
Este es el recorrido que ha debido realizar el espermatozoide para lograr fecundar al óvulo. Un camino de supervivencia donde, de los millones que penetran, solo uno llega a la meta. El resto de los espermatozoides muere por agotamiento, morfología anómala o fagocitado por los sistemas inmunes de la mujer.