La responsabilidad educativa de los padres
La responsabilidad educativa de los padres en la escuela forma parte de los pilares básicos de una educación de calidad. Para que se genere educación como tal es fundamental una acción coordinada entre escuela y familia.
Si la escuela y los padres están en sintonía, la confianza siempre será mucho más fluida. Padres, madres y profesores saben que están en espacios diferentes, pero se demostrará que son complementarios.
Relación familia y escuela: responsabilidad educativa de los padres
En el libro La Participación De Los Padres En La Escuela, de Pulpillo Ruiz y Ambrosio J. (1982) se establecía que en la relación familia-escuela se estaba produciendo un gran cambio. Los cambios producidos en este ámbito son evidentes.
La relación padres y escuela es una relación que siempre ha existido y ha ido evolucionando constantemente. En un principio, los padres dejaban todas las responsabilidades educativas de sus hijos a las escuelas. Es decir, se preocupaban poco por cómo se llevaba a la práctica.
Poco a poco, los padres cambian su actitud y empiezan a preocuparse por cómo se va a educar a sus hijos en la escuela. Antes de la LODE, los padres accedían a los colegios solo de forma individual. Hoy en día, los mismos participan en la gestión del centro también como colectivo. Son, incluso, representantes en el mismo, ya que son elegidos por un colectivo de otros padres.
Responsabilidad educativa de los padres y su importancia
Es fundamental que familia y escuela se relacionen, ya que hay muchos motivos para fomentar la participación de padres en la vida escolar. Dicha participación provoca efectos como estos:
- Autoestima más alta en los niños.
- Relaciones familiares más positivas.
- Rendimiento escolar más alto.
- Actitudes de padres y madres más vitalistas hacia la escuela.
Por su parte, los docentes, al encontrarse con esta participación de los padres, también obtienen una repercusión positiva:
- Informan mejor de los objetivos que pretenden conseguir.
- Los métodos que se utilizan se dan a conocer mejor.
- El modelo en el que se desarrolla cada proceso formativo es más transparente.
Mientras más participen los padres en la toma de decisiones, más eficaz será la decisión tomada. Se trata, por tanto, de una colaboración continua de los padres con los profesores sin olvidar sus responsabilidades propias.
En líneas generales, la incorporación de los padres a la educación marca un punto vital en el proceso de aprendizaje. De igual forma, el aprendizaje es más efectivo cuando es trasmitido en un entorno donde prevalece la afectividad. En este sentido, los padres tienen el deber de brindar contención y confianza a sus hijos dentro del ámbito académico.
El apoyo de los padres permite desarrollar potencialidades, fortalecer expectativas de crecimiento y estimular la seguridad de acción de los hijos ante nuevos retos. No obstante, esto va más allá de fijar metas académicas y ser espectador del estudiante. Para ello, los padres deben sentirse parte del proceso de aprendizaje e invertir tiempo en ello.
Responsabilidad educativa de los padres compartida con los profesores
Los padres deben compartir con los profesores responsabilidades como la transmisión de normas, valores, costumbres, etc. Con los padres empieza la socialización de los niños, por eso es importante que la transmisión de valores de todo tipo sea algo muy cercano para ellos.
- El desarrollo de habilidades sociales de autonomía. Es tarea de los padres enseñar al niño estrategias para ser independiente, habilidades relacionadas con aseo, comida o ropa. Pero también habilidades emocionales, como la autoafirmación.
- Enseñanza de conocimientos o estrategias educativas. Los padres pueden enseñar a los niños estrategias para ampliar sus conocimientos. Por ejemplo, pueden enseñarlos a estudiar.
- Respecto a normas y responsabilidades familiares. La tarea de dar a conocer estas normas forma parte de la responsabilidad educativa de los padres. Eso sí, no hay que olvidar que estos deben compartir esto con los docentes de una forma cercana y sencilla.
En los niños más pequeños, los padres deben compartir e ir dosificando la responsabilidad académica hasta el estudiante cree un hábito de estudio. Por su parte, en los adolescentes es de mayor importancia brindar apoyo y contención emocional, así como guiar en la resolución de problemas con asertividad.
Área colectiva: el AMPA
La figura del AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) sirve, en muchos centros, para que las familias puedan participar activamente. Así, se garantiza la intervención de los padres en las escuelas.
Los padres que forman parte las AMPAs suelen tener un fin fundamental: lograr objetivos comunes de propuestas y alternativas para enriquecer la educación de sus hijos. Las familias deben tener en cuenta que participar en las escuelas con las AMPAs debe servir de ayuda para lograr el desarrollo integral de los niños.
Otra de las tareas interesantes de esta asociación es la de formar a las familias en criterios educativos y evolución de sus hijos. Normalmente el AMPA intenta involucrar a los padres y madres en lo relativo a la educación de los alumnos, así como en sus responsabilidades educativas.
Encuentros entre padres y profesores
Estos encuentros padre-profesor deberían servir para ayudar a la educación global de los niños. Muchos docentes sienten que los padres tienden a realizar un papel de control en las reuniones. Es fundamental, por parte de ambos, olvidar esa intención de control y buscar, sobre todo, la colaboración sincera.
Las dos partes, profesores y padres, deberían ver la realidad educativa como un camino en el que compartir acciones cooperativas y buscar una finalidad común: la formación integral del alumno.
Como conclusión, los padres no deberían abandonar sus responsabilidades educativas. No deben pensar que en el centro escolar los profesores se encargarán del 100 % de la educación de los niños. En definitiva: su tarea es tan importante como la de los profesores.
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