La historia de Sadie, la niña con síndrome de Down y el perro que cuida de ella

Existen historias capaces de tocar nuestros corazones e inspirarnos. A continuación te presentamos una conmovedora historia de una niña con síndrome de Down y su cachorro.

Sadie tiene 4 años y es una niña preciosa con Síndrome de Down que vive siempre pegada a un ángel de 4 patas. La pequeña sufre diabetes tipo 1 y este perro, vela a cada instante por su salud y por su seguridad. Desde que está junto a ella, las visitas de urgencia al hospital se han reducido y sus papás, viven mucho más tranquilos.


Tener un niño con síndrome de Down no es fácil. No lo es por una razón muy concreta: son criaturas con muchos problemas de salud y si hay algo por lo que se preocupan las familias es por darles siempre la mejor atención, por velar por su bienestar y porque sus increíble sonrisas, no se borren nunca de sus rostros.

Sadie Brooks vino al mundo en el 2012 tras un parto complicado y muchos días en una incubadora. A día de hoy, padece problemas respiratorios y una diabetes que mantenía a sus padres hasta no hace mucho, en un vilo constante. Temían un pánico horrible a perderla en cualquier momento, a que su enfermedad se la arrancara de sus vidas de forma injusta, de forma trágica.

Sin embargo, sus vidas dieron un giro de 180º cuando Hero, este hermoso labrador de mirada sabia y actitud paciente, llegó hasta ellos para cuidar aquello que más aman: su pequeña Sadie. Te contamos su historia a continuación.

El miedo de perder a un hijo

Estamos seguros de que muchas mamás y papás entenderán esta misma situación. Cuando nuestros niños llegan al mundo con una enfermedad lo más común es sentir rabia y decepción en un principio. ¿Por qué nos ha tocado a nosotros? Se preguntan algunos.

Asumir una dolencia o una anormalidad genética hace que muchos padres se vean obligados a vivir primero un duelo.

Más tarde, llega esa aceptación y al poco, sobre sus corazones se funde una maravillosa armadura que solo tiene un propósito: amar a esa criatura y darlo todo por ella, hacer que su vida sea increíble, intensa, maravillosa y todo lo especial que uno pueda conseguir.

Sadie tiene a los mejores padres que se pueda desear, pero durante un tiempo temieron perderla. Temían que esos cambios en sus niveles de azúcar se la llevaran de un momento a otro y por ello, se decidieron a dar el paso, a buscar ayuda.

La llegada de un cachorro y un amor a primera vista

Michelle y Greg, los padres de Sadie,  encontraron un grupo en Facebook de perros de alerta para diabéticos.  Solo unos días después, presentaron al pequeño Hero a la pequeña Sadie, y el flechazo fue inmediato. Tal y como ellos explican, entre la niña y el perro se estableció un vínculo de cariño instantáneo.

Hero, sabía cuál era su papel: atender a esa niña y Sadie, por su parte, lejos de ver a un animal o a un simple perro, vio a un amigo. Después, y a lo largo de 6 meses, el cachorro finalizó su formación y empezó a detectar en todo momento tanto las subidas como las bajadas de azúcar de la niña.

  • Para los perros, un nivel de azúcar elevado es parecido al olor de la fruta podrida.
  • Un nivel bajo se parece al olor del metal.

Los pinchazos continuos disminuyeron: Sadie tenía ya calidad de vida

Al principio los padres de la niña seguían pinchando a la pequeña de forma regular para evitar los picos de azúcar. Sabían que una bajada o una subida implicaba ir de urgencias y preguntarse si la niña iba a poder superarlo o no.

Vivían con un pánico constante, de hecho, hasta hacían turnos por la noche por si la niña les necesitaba. Hasta que poco a poco, Hero les demostró que su olfato no fallaba NUNCA.

La forma en que este labrador alerta a los padres es sencillamente asombrosa: se acerca hasta ellos directamente y les coloca la pata izquierda sobre sus manos o les da empujones con el hocico si Greg o Michelle están de pie. Entonces, basta con reaccionar. Y lo hacen con tranquilidad, porque Hero está ahí y nunca falla.

Su ángel guardián hasta en la distancia

Esta noticia salió publicada en diversos medios, en especial en revistas especializadas sobre diabetes. En diciembre del 2015, cuando Sadie estaba en su colegio y a casi 6 km de distancia de Hero, el perro empezó a ponerse nervioso y a llamar la atención de Michelle.

Asustada, acabó llamando al colegio para preguntar por la niña y para pedirles si por favor, podían hacerle una prueba de azúcar a Sadie. En efecto, por curioso, extraño y asombroso que parezca, sus niveles habían caído y necesitaba su medicina.

Hero lo había vuelto a hacer. Sin importar la distancia. Este héroe de 4 patas velará por la salud de su hermanita humana durante mucho, mucho tiempo. Nos alegramos de ello.

Bibliografía

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