La lateralidad es el uso espontáneo de los órganos correspondientes al lado derecho o al lado izquierdo del cuerpo. Se puede estimular a través de juegos y actividades donde los niños trabajen sus distintas capacidades físicas mientras aprenden a relacionarse con su entorno.
Para ello, será necesario que empiecen a reconocer algunos conceptos abstractos ligados a la orientación espacial, en la que intervienen la construcción del esquema corporal, que es la conciencia que cada quien tiene de su propio cuerpo, y la motricidad.
En la mayoría de los casos, prevalece la lateralidad homogénea, esto es, cuando es claramente diestra o zurda. Pero no es la única, existe también la condición ambidiestra, la lateralidad cruzada, sin definir o mal asentada.
¿Cuál es el objetivo de los juegos de lateralidad?
La actividad física que se propone con estos juegos contribuye al descubrimiento de características y potencialidades en los niños, con respecto a la práctica de un deporte en especial o a la ejecución de instrumentos musicales.
De igual modo, estos juegos realizados en edades tempranas, buscan consolidar la fase de automatización, la última en el proceso de establecimiento de la lateralidad, la cual ocurre entre los 4 y 7 años de edad.
En un artículo de la revista Timisoara Physical Education and Rehabilitation Journal, se afirma que la lateralidad es un componente esencial en los comportamientos y estructuras perceptivas y motoras. Esto no solo influye en la eficacia de la motricidad, sino también en el proceso de aprendizaje.
Por todo lo anterior, la labor como padres y madres se centra en conocer cada actividad del juego de lateralidad seleccionado, comprenderla y supervisarla. Incluso si la llevara a cabo un maestro o un instructor.
¿Cuáles son los juegos para estimular la lateralidad en los niños?
Los juegos para estimular la lateralidad son aquellos que fortalecen la estructura temporal y espacial de los niños, así como también, la interacción con los objetos. Esto con el fin de lograr un desarrollo corporal lo más armónico posible para contrarrestar la hiperlateralización.
Es decir, que el lado derecho o izquierdo superen un excesivo dominio y acompañen los movimientos, ejercicios y desplazamientos con ahorro de energía, eficacia y precisión. Pues, desde una visión anatómica, aunque los seres humanos tienen dos partes simétricas, existen diferencias que se manifiestan en la dominancia de oídos, ojos, manos y pies.
Lo ideal es que estas actividades de lateralidad estén bien planificadas en cuanto a la duración, los materiales necesarios y el lugar en el que se llevarán a cabo. Acá te ofrecemos una selección con diferentes grados de complejidad según la edad de los niños.
1. Azul o rojo
Es una actividad para los más pequeños, así que amerita de tu total dedicación para producirla. En esta etapa aún están aprendiendo a distinguir entre derecha e izquierda. Necesitas dos cartulinas, una azul y otra roja, para dibujar dos grandes manos, una de cada color.
Otra opción si prefieres no dibujar, es hacer con las cartulinas dos brazaletes y colocarlos en las muñecas: azul para la izquierda, rojo para la derecha. Luego, en una hoja o pizarra escribirás seis órdenes a realizar con una u otra mano y le asignarás según el color un número del 1 al 6.
Debes tener además un dado para que cada niño lo lance, leerás la orden que le toque en suerte, y acto seguido la cumplirá. Una orden podría ser: toca tu nariz con la mano derecha (roja), otra, toca tu frente con la mano izquierda (azul).
2. Manzana o pera
El juego de ‘manzana o pera’ puede recibir el nombre de cualesquiera otras frutas, todo depende de tu imaginación o de la elección que hagas. Requiere de concentración, así como de conocimientos básicos por parte de los niños participantes.
La manzana representa el brazo izquierdo, mientras que la pera representa el derecho. Una vez que menciones algunas de las frutas, los pequeños tendrán que levantar el brazo correspondiente.
Por ejemplo: dices ‘manzana’ y de inmediato los niños levantan el brazo izquierdo y el que se equivoca debe realizar una penitencia asignada por los demás niños.
Conoce más sobre: ¿Cómo se desarrolla la lateralidad en los niños?
3. Clasificación de animales
Las actividades de clasificación animal se basan en las características biológicas o físicas de las especies. Sin embargo, el criterio de este juego toma en cuenta la posición del rostro, respecto a la dirección hacia la que apuntan los ojos.
Para hacer la clasificación, los niños deben trazar una línea vertical sobre una hoja en blanco: al lado izquierdo escriben la palabra ‘izquierda’ y ‘derecha’ para el lado derecho.
Una vez trazada esta división, cada niño contará con un número determinado de figuras con una sola cara, las cuales se dirigen a la derecha o a la izquierda. El objetivo de los niños será clasificar cada animal de acuerdo a la orientación del rostro.
4. Viceversa
El juego de la ‘Viceversa’ se recomienda para niños de mayor edad o para aquellos que han automatizado la lateralidad. Para llevarlo a cabo se aconseja reunir un grupo de niños (al menos 5), los cuales se distribuyen al azar por el lugar, pero mirando en dirección de quien los guíe. En este caso puedes ser tú el líder del juego.
A continuación, dirige el juego de diversas maneras. La primera de ellas será oral y así, les dirás que levanten la mano derecha y ellos tendrán que levantar la izquierda. También puedes darles órdenes de desplazamiento, las cuales tendrán que llevarse a cabo de forma contraria.
La segunda opción para guiar el juego es de manera visual. En este caso, realiza movimientos relacionados con la lateralidad y los niños deben hacer justo lo contrario. Los beneficios no se limitan a estimular la lateralidad, sino la capacidad de reacción, la atención y la coordinación.
5. Todo al revés
Este juego es una versión del anterior. Ahora se trata de hacer un círculo entre todos los participantes. Para hacerlo más divertido, cada uno puede llevar un aro de hula-hula que pondrá en el piso y se ubicará dentro de él para comenzar.
El guía del juego irá dando instrucciones y cada jugador debe realizarla al revés. Cuando diga adentro, deben salirse del aro. Si dice arriba, deben agacharse. Un paso adelante es un paso hacia atrás y así en lo sucesivo. Se descarta del grupo a quien se equivoque.
6. Lanzamientos a mano cambiada
Las actividades de lanzamientos incentivan diversas capacidades físicas de los niños, incluida la lateralidad. En este caso, el objetivo se basa en efectuar diferentes lanzamientos con ambas manos, una pelota a la vez.
Consigue pelotas de un tamaño adecuado a las manos de los niños, con el fin de que no presenten dificultad a la hora de agarrarlas. Luego, ubica a los niños a una distancia aproximada de 1 o 2 metros respecto de una canasta.
La actividad consiste en lanzar las pelotas y encestarlas en la canasta, primero con la mano derecha y después con la izquierda. Con la pelota en el aire, incentiva a que los niños opten por golpearla con una u otra mano y las alternen según una secuencia definida.
7. Lanzamientos de zapatos
La estimulación de la lateralidad no debe enfocarse solo en las extremidades superiores. En ese sentido, las piernas y los pies también deben ser estimulados. Para ello, te aconsejamos este juego denominado ‘Lanzamientos de zapatos’, que se lleva a cabo con los pies.
Todo lo que necesitas es contar con el calzado habitual de los niños. Cada uno lanzará el zapato derecho con el pie derecho hasta que este caiga al revés. De la misma manera, debe realizarse con el pie izquierdo.
8. Conos apilados
Esta vez trabajarás con conos, cada niño necesitará 3, uno para cada fila. Los niños estarán en la fila del medio y cada uno tendrá un cono adelante, otro a la izquierda, y, otro a la derecha. Tú como guía les dirás izquierda o derecha para marcar el inicio y los niños deben correr hacia ese lado, tomar el cono e insertarlo en el cono del medio.
Después deben correr hacia el otro lado y volver a la meta, que será el cono de la fila donde comenzaron. El primero que termine de apilar los 3 gana. Es un juego especial para trabajar al aire libre, en una cancha, un parque o un amplio patio para que puedan correr con facilidad.
La importancia del juego para afianzar la lateralidad
Tal como ocurre con la lateralidad, el esquema corporal también se desarrolla de manera progresiva a través de las experiencias motrices. Por lo tanto, practicar los juegos descritos fortalece en los niños ambos procesos.
Esas experiencias lúdicas sirven de referencia para tomar conciencia de las posibilidades y limitaciones que tiene el cuerpo, con respecto a los movimientos y a la coordinación de músculos y articulaciones.
Dicho esto, no dudes en hacer uso de este recurso y promueve en los niños un rato de entretenimiento para afianzar su lateralidad. Lo que conformará la base de una adecuada orientación y estructuración espacial.
Bibliografía
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