¿Por qué es importante no ir en ayunas al colegio?

Es muy importante no ir en ayunas al colegio, ya que así se evitan problemas de concentración y aprendizaje. Además, el desayuno también es fundamental para contar con los nutrientes necesarios que permitan realizar todas las actividades cotidianas.

No ir en ayunas al colegio permitirá una mayor concentración en las tareas, una mejor predisposición al aprendizaje e incluso un comportamiento ejemplar.

Algunos niños se levantan muy sobre la hora y deben salir de casa apresurados; otros, en tanto, no están acostumbrados a desayunar y hasta afirman que les sienta mal en el estómago comer tan temprano. Sin embargo, es importante no ir en ayunas al colegio. 

La importancia de no ir en ayunas al colegio

Seguramente lo hayas leído o escuchado en algún sitio: el desayuno es la comida más importante del día. Y no solo para los adultos, ¡sobre todo para los niños!

Comer bien por las mañanas nos permite ‘cortar’ con todas esas horas en las que el cuerpo no ha recibido alimentos mientras dormimos. Además, nos da el combustible necesario para realizar muchas de nuestras actividades cotidianas, sobre todo las de las primeras horas del día.

Si bien nadie debería saltearse esta comida, en el caso de los niños en edad escolar es todavía más importante. El fundamento es que su falta puede afectar su salud y su rendimiento cognitivo.

No ir en ayunas al colegio permitirá una mayor concentración en las tareas, una mejor predisposición al aprendizaje e incluso un comportamiento ejemplar. Con el estómago lleno es más fácil estar de buen humor y tener energía para jugar, correr, hacer ejercicio y todo lo que una jornada educativa demanda.

Por el contrario, no desayunar trae como consecuencia irritación, sensibilidad, cansancio, problemas de atención, apatía, dificultades para retener información o para cumplir con órdenes sencillas. Sí, todo eso puede ocurrir por no acostumbrar a un niño a comer antes de salir de casa.

La falta de desayuno no tiene que ver únicamente con una cuestión financiera —hay países en los cuales, lamentablemente, la falta de recursos es la razón por la que los niños no desayunan—, sino también con los hábitos y las costumbres de la familia.

Si como padres no desayunamos en casa, o si, en caso de hacerlo, esto es sinónimo de beber un café mientras nos cambiamos y preparamos las cosas del día, entonces es ‘comprensible’ que el niño no tenga la costumbre de sentarse y comer bien antes de salir.

El desayuno es fundamental para acelerar nuestro metabolismo.

Cómo hacer que el niño desayune

Como primera medida, los padres deben predicar con el ejemplo y tomarse el tiempo para preparar y disfrutar de un desayuno con todas las letras. Con levantarse 20 minutos antes —o no postergar la alarma varias veces— es suficiente.

Al principio, este hábito generará algunas ‘rebeldías’ por parte de los hijos, sin importar la edad que tengan. Sin embargo, de a poco se podrán cambiar los hábitos.

No hace falta que en los primeros días se atiborre al pequeño de comida, porque su cuerpo tampoco lo tolerará. En cambio, si cada semana añadimos un alimento más, al cabo de uno o dos meses disfrutarán de un desayuno completo y nutritivo.

“No ir en ayunas al colegio permitirá una mayor concentración en las tareas, una mejor predisposición al aprendizaje e incluso un comportamiento ejemplar”

¿Qué requisitos debe cumplir este primer alimento diario? Ha de contar con todos los nutrientes necesarios para afrontar el día. Es decir que no pueden faltar los cereales, las frutas y los lácteos. Podemos armar diferentes menús para no aburrirnos; además, es mejor que las raciones sean pequeñas y repetir en caso de que se desee.

Un desayuno completo típico comprende una taza de leche —con té o con cacao—, un zumo de frutas —natural, no de caja o botella— y dos rebanadas de pan con mermelada, mantequilla o queso. No parece ser tan complicado, ni tampoco se requiere de mucho tiempo para prepararlo.

Para disfrutar de un desayuno nutritivo este debe hacerse con tiempo y en familia.

Momento de compartir

Algo que no podemos dejar de lado es que no ir en ayunas al colegio implica también un momento de unión en la familia. Esos minutos —pueden ser solo 15 y aún así ser suficientes— en que todos los integrantes del hogar se sientan a la mesa y comparten los alimentos.

En la actualidad, todos tienen muchas actividades y no están casi nada juntos; esto podría ser una excelente manera de fortalecer el vínculo familiar. Aunque no lo creas, además de los nutrientes que le estás ofreciendo a tus hijos, le inculcas hábitos y valores. La familia, la conversación y el tiempo compartido en esta etapa de la vida de los niños es fundamental.

En definitiva, es realmente importante no ir en ayunas al colegio. Esto es así en varios sentidos, desde lo estrictamente biológico hasta lo cognitivo, pasando por lo emocional y lo conductual.

Si en tu familia no tienen el hábito de desayunar juntos, puedes comenzar el fin de semana, cuando todos están más relajados, y luego continuar los días de semana. ¡Verás los efectos positivos en poco tiempo!

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