Todo sobre la hospitalización psiquiátrica en adolescentes

La hospitalización psiquiátrica en adolescentes es un tema de vital importancia que merece una atención especial. En la etapa de la adolescencia, los jóvenes experimentan una serie de cambios físicos, emocionales y sociales que los pueden llevar a afrontar desafíos significativos con respecto a su salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 7 jóvenes de 10 a 19 años tiene algún trastorno mental. A esa cifra, agrega otro dato alarmante: el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Sin embargo, la salud mental de los adolescentes no siempre recibe la importancia que amerita. En muchos casos, la hospitalización psiquiátrica es necesaria, pero aún existen muchos tabúes y prejuicios. Esto impide implementar medidas que permitan acompañar y proteger a los jóvenes. Conozcamos un poco más del tema.

La salud mental en los adolescentes

Las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes se vinculan con la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento. En la mayoría de los casos, empiezan como un malestar silencioso, disimulado.

Mientras que pasa el tiempo y el adolescente no obtiene la atención adecuada, empiezan a hacerse visibles algunos signos de que «algo pasa». Lamentablemente, a veces esas señales llegan tarde, pues aún prima un estigma sobre la salud mental.

A esto se suma un contexto vertiginoso, en donde muchas veces resulta difícil entender y detectar qué sucede. En otros casos, nos encontramos con situaciones de vulnerabilidad y de negación.

A veces, la familia «convive» durante meses con ese adolescente que sufre. En el mejor de los casos, intentan acercarse, hablar, motivar e incluso iniciar una terapia. Pero no siempre es suficiente. El desánimo los «come» por dentro y es allí cuando la hospitalización psiquiátrica – tras varios intentos sin éxito – deja de ser la última opción para pasar a ser una prioridad, casi una urgencia.

Hospitalización psiquiátrica en adolescentes: ¿de qué se trata?

En primer lugar, respecto a las internaciones psiquiátricas, siempre se deben tener en cuenta los derechos humanos de los afectados. En este sentido, muchos países cuentan con alguna ley o regulación vinculada a la salud mental. Más allá de su situación, la persona sigue teniendo derechos y merece ser respetada.

También es importante considerar el contexto. Es decir, frente a situaciones complejas, como consumo problemático de sustancias o riesgo de suicidio, la familia no suele estar preparada para abordar o contener la situación. En especial, en cuadros vinculados con autolesiones, depresión o trastornos de la alimentación.

En la mayoría de los casos, la hospitalización psiquiátrica suele decidirse cuando ya se agotaron instancias previas. Por ejemplo, en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como en la anorexia, la familia intenta convencer al adolescente para que coma.

Sin embargo, con el correr de los meses, la pérdida de peso es tan significativa que se vuelve peligrosa e inmanejable. Llegados a ese punto, la intervención de un equipo de profesionales es decisiva.

Se recomienda que las hospitalizaciones psiquiátricas de los adolescentes tengan estas características

• Que sean breves. Que no se extiendan más allá de lo necesario. Incluso, una vez que el estado del adolescente mejora, se pueden combinar con tratamientos ambulatorios.
• Que consideren el caso singular. No se debe aplicar como regla general, sino que se debe evaluar qué es lo mejor para el paciente. En este sentido, se debe analizar con criterio y reconstruir la historia clínica de la persona.
• Que impliquen un seguimiento y un trabajo interdisciplinario para aumentar las probabilidades de efectividad, así como lo explica un estudio publicado en la Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría.
• Que cuenten con el consentimiento de la persona. Se desaconsejan las internaciones involuntarias. Por supuesto, este criterio se revisa cuando se valora que existe peligro y riesgo para la propia persona o para terceros.
• Que permitan y fomenten el apoyo y participación de la familia, así como también la relación con la comunidad.
• Que no sea la finalidad ni la primera medida. Deben facilitarse distintos tipos de tratamiento y abordajes. La hospitalización suele implementar un régimen restrictivo que, sostenido en el tiempo, puede resultar perjudicial.

Algunas recomendaciones sobre la hospitalización psiquiátrica

A continuación, algunas ideas respecto a la hospitalización psiquiátrica en adolescentes y las posibles reacciones ante las distintas fases antes, durante y después de la internación.

Hablar con el adolescente

Es importante poder explicar que hospitalización no significa «bajar los brazos», «perder la confianza en su recuperación» y mucho menos, abandono. Significa una apuesta por el bienestar, un reconocimiento de que la familia y el adolescente necesitan ayuda.

También es necesario abordar las emociones, ayudar al adolescente a que no se sienta culpable, apoyarlo en la búsqueda del sentido de recuperarse, un «para qué» que lo motive a mejorar. En otras palabras, promover la resiliencia.

Prestar atención al clima familiar

Es lógico que la atención se concentre en la persona que necesita ayuda. Sin embargo, no hay que descuidar al resto de los miembros de la familia. Siempre es bueno detenerse a preguntarles cómo se siente cada uno y qué necesita para atravesar este momento.

A su vez, si hay hermanos de distintas edades, es necesario poder hablar sobre sus miedos e interrogantes, ya que a cada uno le puede preocupar o afectar algo distinto.

Preparar la salida

Por supuesto, una vez que la hospitalización concluye, es importante acompañar al adolescente y a la familia a esta «nueva» vieja realidad. Hay que trabajar las emociones, los miedos y las inseguridades.

Generar un espacio de diálogo en donde todos puedan expresarse y puedan sacarse las dudas sobre lo que va a pasar y cómo sigue todo. Se trata también de pensar en términos de etapas, ya que con una internación no termina todo, no acaba el tratamiento. Por el contrario, se ingresa a una nueva fase.

Proteger los derechos es proteger la salud

En cuanto a las internaciones psiquiátricas, es importante entender que deben seguir ciertos principios basados en los Derechos Humanos y en las recomendaciones de las distintas organizaciones de salud.

Estos principios buscan evitar que las internaciones se conviertan en un aislamiento total y en un lugar cerrado. En cambio, se trata de proteger los derechos de las personas y limitar solo aquellos que sean necesarios para garantizar su bienestar.

Para finalizar, es posible pensar en una analogía. Algo que, como sociedad mundial, nos tocó vivir a todos. ¿Recuerdas en la pandemia cuando tenías la circulación restringida y hubo semanas enteras en que no podías salir de tu casa? Piensa en cómo eso ha afectado tu estado de ánimo. Incluso, si ya experimentabas alguna dificultad, quizás se haya acentuado.

Ahora bien, cuando el encierro es prolongado, es muy fácil empezar a sentirse así, perder el sentido, sentirse alejado de todo. Por eso, la hospitalización psiquiátrica en adolescentes puede ser un puntapié para estabilizar ciertos aspectos, poner orden, organizar una rutina. En definitiva, para iniciar un tratamiento.