Mi hijo me llama por mi nombre: por qué y qué hacer

Llamar a mamá o papá por su nombre es algo transitorio. ¡No te preocupes! En este artículo te contamos por qué sucede.

Siempre das por sentado que tu peque va a llamarte ‘mamá’ o ‘papá’, pero un día escuchas algo diferente y te desorientas por completo: ¡mi hijo me llama por mi nombre!

¿Qué ha pasado? ¿Por qué no me dice mamá?

Lo primero que debes saber es que este es un hecho frecuente y que ocurre en muchas familias. En la mayoría de los casos es una ocurrencia pasajera de los niños, pero en un bajo porcentaje de los mismos puede estar relacionado a un problema emocional o de conducta.

A continuación, te explicamos mejor de qué se trata y qué hacer si tu peque te sorprende con esta forma de llamarte.

¿Por qué mi hijo me llama por mi nombre?

No existe un único motivo por el cual el niño decide llamarte por tu nombre, sino que pueden coincidir diversos factores. ¡Vamos a conocerlos!

Tu niño copia a otros miembros de la familia

Los niños aprenden por imitación. De esta forma adquieren habilidades, se desarrollan y crecen. Una de ellas es el habla, el cual se aprende por la repetición de los sonidos y de las palabras que el niño capta del ambiente.

Como el peque escucha que otros miembros de la familia te llaman por tu nombre, es posible que copie esto y que él mismo comience a hacerlo. No tiene ninguna intención de desconocer tu rol, sino que simplemente explora el uso del lenguaje cotidiano.

Es necesario remarcar que el niño aún no comprende qué significa la palabra ‘mamá’, sólo comprende que las personas te llaman de otra manera y las imita.

Usas tu nombre para hablar de ti con el niño

Derivado de lo anterior, si cuando interactúas con tu hijo, usas tu nombre para referirte a ti mismo, el niño hará lo mismo.

Enséñale a tu niño a enunciar las palabras “mamá” o “papá”, utiliza juegos para incentivarlo y verás que poco a poco corregirá esta situación.

Tu pequeño siente un distanciamiento emocional contigo o con tu pareja

Si el niño tiene un cuidador que reemplaza a sus padres, es probable que elija llamar ‘mamá’ o ‘papá’ a esa persona. Esto ocurre cuando los padres se ausentan muchas por su trabajo y su rol es asumido por algún abuelo, abuela o niñera.

También ocurre en el caso de los divorcios, cuando los niños se sienten enojados con uno o con ambos padres.

En estos casos, si tu hijo ha decidido llamarte por tu nombre, es aconsejable comenzar a brindarle mayor tiempo de calidad: pasar tiempo juntos, estar presente cuando te necesita y explicarle que de ningún modo vas a distanciarte de él. Todo esto ayudará al niño a resolver su problema emocional, el cual pone en evidencia a través de esa actitud que marca el distanciamiento.

Tu adolescente manifiesta rebeldía o está en la búsqueda de su identidad

Cuando tu hijo adolescente decide llamarte por tu nombre, ¡no te alarmes! Solo es una forma de descubrir su identidad y de aprender que, si bien forma parte de una familia, es un individuo con características y gustos propios.

Además, muchas veces los jóvenes prueban a ver qué pasa si transgreden las reglas no escritas, como llamar ‘mamá’ a su mamá y reconocer cariñosamente su rol.

¿Qué hacer cuando tu niño te llama por tu nombre?

Las reacciones ante esta situación son variadas y dependen de la dinámica de cada familia. Si te ocurre a ti y te sientes incómoda con la situación, es recomendable que hagas lo siguiente:

• No te rías ni festejes la gracia del niño, pero tampoco te enfades.
• Explícale con paciencia y amor que eres su mamá y que así prefieres que te llame.
• No respondas cuando te llame por tu nombre y hazlo cuando te diga mamá o papá.
• No apoyes su capricho con regalos o dándole sus gustos para que te llame como tu quieres.

Presencia, cariño y tiempo de calidad

Como hemos visto en este artículo, la pregunta ¿por qué mi hijo me llama por mi nombre? tiene varias respuestas.

Pero independientemente de las situaciones expuestas, la clave para que esto no se transforme en un problema es que tu estés presente y siempre disponible para explicarles con cariño el por qué de las cosas.

En los modelos educativos antiguos, cuando los niños preguntaban ‘¿por qué?’ la respuesta era simple: porque sí. Afortunadamente, esos tiempos se han terminado y hoy se educa con la escucha, la interacción, el tiempo compartido entre padres e hijos y con explicaciones respetuosas y amorosas.