Escritura y lectura son instrumentos y herramientas para acceder y producir lenguaje escrito. Pero leer y escribir son tareas independientes. A continuación, nos centraremos en la escritura. Veremos las diferentes etapas en la adquisición del lenguaje escrito por las que pasan los niños antes de manejar a la perfección la escritura convencional.
Sin embargo, no todos los niños pasan por estas etapas a la misma edad. Como bien sabemos, cada niño es único y tiene su propio ritmo de desarrollo y aprendizaje. Por lo tanto, debemos validar y felicitar cada pequeño logro.
¿Cuándo comienzan los niños el aprendizaje de la escritura?
Tradicionalmente, la lectura y la escritura han sido consideradas como algo que debía enseñarse sistemáticamente en la escuela. Sin embargo, para Ana Teberoski y Emilia Ferreiro, “las actividades de interpretación y de producción de escritura comienzan antes de la escolarización, como parte de la actividad propia de la edad preescolar”.
Estas dos autoras hacen esta afirmación con base en una serie de investigaciones que realizaron con niños de diferentes países y de distintas clases sociales. Así pues, los estudios de Ferreiro y Teberosky nos dicen que el niño comienza su aprendizaje de la escritura mucho antes de que el adulto inicie una enseñanza sistemática de la misma.
Asimismo, señalan que el pequeño trata de entender desde muy temprano toda la información que el ambiente alfabetizado le proporciona, como rótulos, anuncios, textos en envases, periódicos, revistas, televisión, etc.
Aunque existan unas etapas predeterminadas en la adquisición del lenguaje escrito, no todos los niños tienen por qué pasar por ellas a la misma edad. Al igual que otros aprendizajes, cada infante tiene su ritmo individual.
Por otro lado, el aprendizaje de la escritura, al igual que el de la lectura, está condicionado por varios factores, entre ellos:
- Interacciones ricas y variadas del niño en distintos contextos alfabetizados.
- Interés y la motivación ante la propuesta escrita.
- Autonomía emocional para resolver actos de escritura y lectura.
Etapas en la adquisición del lenguaje escrito
Los niños, para aprender a leer y escribir, tal y como sucede con cualquier aprendizaje cognitivo, pasan por diferentes etapas. Durante dichas etapas, ellos mismos son capaces de formular distintas hipótesis respecto a cómo se escribe, van poniendo a prueba sus suposiciones para ir mejorando y se enfrentan a distintos conflictos cognitivos.
Desde que el pequeño no conoce nada sobre la escritura hasta que la utiliza de forma convencional, pasará por varias fases. Según Teberosky estas se categorizan de la siguiente manera.
Escritura presilábica indiferenciada.
Este nivel se divide en dos fases:
- Indiferenciación gráfica de dibujo y escritura.
Para el niño, su primera forma de escritura es el dibujo; no distingue entre el dibujo y la escritura. Durante esta etapa, es característico que los niños “lean” lo que dibujan, aunque varíen su lectura cada vez que se les pregunta. Lo importante de este hecho es que el infante asigna un propósito a su dibujo y lo considera como si fuera escritura.
Pero esta indiferenciación gráfica no dura mucho. En poco tiempo pasará a la etapa de la diferenciación, donde ya son capaces de reconocer gráficamente entre dibujo y escritura. Sin embargo, todavía incluyen los dibujos en las grafías, de forma que el dibujo apoya a la escritura para darle significado.
- Etapa diferenciada.
En esta fase, el niño ya es capaz de diferenciar el dibujo de las grafías. Ahora bien, realiza las mismas para cualquier palabra u oración.
Las grafías que utilizan los niños se diferencian en tres tipos de códigos gráficos:
- Un solo carácter que puede atribuirse a un objeto o a un enunciado verbal.
- Culebrillas que se basan en grafismos unidos entre sí que forman una línea ondulada.
- Grafismos independientes formados por líneas curvas y rectas, o la mezcla de ambas.
Aunque para los adultos estos códigos o garabatos no signifiquen nada, al igual que en la etapa anterior, los niños pueden “leer” lo que escriben. Además, en esta etapa, escriben con un propósito. Pueden escribir una carta, un cuento, la lista de la compra…, ya que son capaces de reconocer que existen distintos formatos de escritura.
Escritura presilábica diferenciada
Durante esta etapa, los niños aprenderán a hacer trazos cada vez más precisos y parecidos a las letras. De la misma manera, comienzan a ser más conscientes sobre la escritura convencional. Esto se aprecia en el esfuerzo que hacen en integrar las letras de verdad con sus “letras” inventadas.
En un principio, los pequeños escriben letras sin correspondencia a los sonidos. Otra veces, pueden ser patrones de letras y, en otras ocasiones, pueden copiar palabras sin entender el significado. También, descubren que, para descifrar algo, las letras deben ser diferentes y que deben tener más de una grafía que no sea repetida.
Etapa de fonetización
Es aquí cuando se observa una fonetización de la escritura. Es decir, el niño es capaz de producir la correspondencia entre lo que suena y cómo se escribe. A su vez, los trazos son más firmes y seguros, aunque presenta errores ortográficos. En esta etapa pueden aparecer diferentes niveles de escritura.
- Nivel silábico. En este nivel, el niño representa cada unidad de sonido con una grafía. Así, cada sílaba se corresponde con una letra. O A E (TO MA TE).
- Nivel silábico alfabético. Aquí, los niños escriben tanto con vocales como con consonantes. Algunas letras ocupan el valor de sílaba, pero otras se corresponden con fonemas. CA A ME LO (CA RA ME LO).
- Nivel alfabético. El niño ya domina cuál es el fin y el valor de las sílabas y las letras. Tiene un claro concepto de palabra. Es capaz de hacer la correspondencia entre fonema-grafema, aunque todavía no es capaz de dominar la ortografía específica, como mayúsculas y minúsculas, espacios en blanco, cambios entre letras (b-v, c_z, m-n), signos de puntuación…
Sin embargo, estos errores no tienen importancia, pues el niño irá aprendiendo y corrigiendo a medida que interactúe con la lengua escrita.
Otra característica que se puede observar en esta etapa es la ortografía inventada que utilizan algunos niños. Ferreiro y Teberosky nos dicen que esta etapa no es el final del desarrollo de la alfabetización, sino el punto de partida de nuevas etapas que traerán consigo nuevos problemas cognitivos.
De la alfabética a la caligráfica
Los niveles anteriores quedan englobados y dan pie a un proceso propiamente caligráfico, que parte aproximadamente de los seis años de edad. Hablamos de las etapas para la adquisición del lenguaje escrito:
- Precaligráfica. En esta los trazos aún no están controlados. Al escribir el niño baja la cabeza para mirar bien de cerca. Torso y antebrazo parecen tumbarse sobre la mesa y la muñeca permanece ligeramente levantada. Se fatiga muy rápido y expresa inquietud.
- Caligráfica infantil: Acá ya hay dominio del grafismo, la caligrafía es regular y evidencia dominio de la motricidad fina. En cuanto a la producción escrita son usuales errores como rotaciones, inversiones, omisiones, adiciones, sustituciones o escritura en espejo, amén de confusión entre grafemas y fonemas, entre otros. Pero todo ello solo indica el franco avance de una actividad muy compleja que requiere adiestramiento constante.
- Poscaligráfica: En esta etapa la caligrafía se distorsiona y personaliza por la necesidad de copiar con rapidez. Al respecto dice María Crus Pérez Sans: “A partir de los 12 años (fase poscaligráfica), el escribiente entra en una etapa de la vida en que el deseo de singularidad y de manifestación de la misma se hace más y más patente. A él se unen las exigencias de velocidad que la vida académica conlleva”
“…sólo la automatización de la escritura manuscrita, como técnica instrumental básica, permitirá que el niño desplace su atención hacia otros aspectos de la respuesta escrita tales como la ortografía, la gramática, la sintaxis e incluso el contenido…”
María C. Pérez
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A tener en cuenta sobre la adquisición del lenguaje escrito
Cada etapa por la que pasa el niño en el proceso de adquisición del lenguaje escrito es muy importante. Por ello, padres y educadores debemos validar, felicitar y reforzar positivamente lo que “escriben” los niños.
Es bueno hacerles preguntas como: “¿Qué escribiste?, ¿para quién escribiste?, ¿por qué lo escribiste?”. A los pequeños les produce alegría y satisfacción. Además, se sentirán motivados y con ganas de aprender cada vez más palabras.
Bibliografía
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- Pérez Sanz, M. C. (1993). La escritura como apariencia: la aceptabilidad de la escritura. Didáctica (lengua y literatura). https://redined.educacion.gob.es/xmlui/handle/11162/181586
- Teberosky, A., & FERREIRO, E. (1979). Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Madrid.
- Vissani, L. E., Scherman, P., & Fantini, N. D. (2017). Emilia Ferreiro y Ana Teberosky. Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. In IX Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXIV Jornadas de Investigación XIII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires. https://www.aacademica.org/000-067/173.pdf