El problema del acoso escolar en el recreo

En los últimos años han aumentado los casos de bullying en los patios de los colegios. A continuación, te explicamos más sobre el problema del acoso escolar en el recreo.

Niño con la frase "stop bullying" escrita en la mano.

El bullying, o acoso escolar, es un problema que se puede dar en cualquier espacio del centro escolar. Por ello, es fundamental tener todas las zonas del recinto controladas, incluido el patio, puesto que es muy común el acoso escolar en el recreo.

No hay que olvidar que el patio es un espacio educativo, tan importante o más que el aula. En él, los niños se relacionan de una forma lúdica con sus compañeros durante una parte significativa de la jornada escolar.

El problema del acoso escolar en el recreo

El aula y el patio son los lugares en los que suelen llevarse a cabo actos violentos.De hecho, en el III Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying, realizado por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, los porcentajes muestran que el 70,7 % de los casos de bullying se dan en las clases, y el 67,8 % en los recreos.

Esto es realmente muy preocupante, ya que estas cifras han aumentado significativamente con respecto a los resultados obtenidos en 2015, siendo hace unos años del 57 % en las aulas y del 38,2 % en los recreos.Niño sufriendo acoso escolar en el recreo.

Además, en los patios de cualquier colegio, con frecuencia, se puede observar a niños que están solos o apartados del grupo. También es bastante común ver a estudiantes que permanecen cerca del profesor durante este tiempo de descanso escolar. En estas situaciones se puede sospechar de la existencia de un problema de acoso escolar.

Por tanto, resulta evidente la relevancia de actuar de forma preventiva ante el bullying en este contexto, siendo un lugar ideal para fomentar la convivencia y las relaciones sociales positivas entre los estudiantes.

La organización del patio para prevenir el bullying

Para prevenir el problema del acoso escolar en el recreo, es necesario organizar el patio con actividades dirigidas en las que el profesorado debe establecer y poner en práctica juegos para que participe todo el alumnado. Con este tipo de actividades se fomenta, en el recreo, el desarrollo de:

  • La personalidad.
  • Las habilidades sociales.
  • La inclusión.
  • La convivencia.

Así, los patios de recreo se convierten en espacios de relación positiva, con una vigilancia adecuada y juegos cooperativos. De este modo, se pretende evitar el aislamiento o rechazo que sufren determinados estudiantes, no pudiendo participar en el juego con otros compañeros.

En este sentido, para una buena organización del patio, hay que proponer:

  • Actividades deportivas. 
  • Dinámicas de grupo.

Por tanto, el patio tiene que ser un espacio supervisado por el profesorado en el que estos, además de vigilar las actividades deportivas y juegos, se encarguen de realizar dinámicas de grupo, como las que se plantean en el Manual de Dinámicas para todos y todas de Ramírez.Niña sufriendo acoso escolar por parte de un compañero que le grita en el recreo.

Otras actividades para crear un recreo dirigido

También, se pueden llevar a cabo otras actividades que tengan el objetivo de conocer, atender y aceptar la diversidad. Por ejemplo, se puede proponer un circuito dividido en diferentes partes en las que los niños tienen que ir con los ojos vendados, desplazarse en una silla de ruedas, comunicarse mediante signos, etc.

El primer recorrido deben hacerlo solos. Y, la segunda vez, pueden pedir ayuda a sus compañeros. De esta manera se pretende concienciar al alumnado sobre la importancia de los apoyos para superar las limitaciones. Con ello, aprenden a colaborar juntos y a no excluir a determinados niños por sus diferencias.

Por otro lado, se pueden proponer actividades que, de algún modo, involucren a las familias. Como plantear que el alumnado realice la tarea de preguntar a sus padres acerca de los juegos a los que jugaban es su infancia. Cada niño debe seleccionar uno de estos y, en clase, entre todos los estudiantes, se elige un juego para poner en práctica durante el tiempo del recreo.

En cuanto a la organización de las actividades en el patio, lo ideal es que el alumnado se divida por edades. Aunque, que esto se pueda hacer así o no, va a depender de las características de cada colegio (del número de alumnos, del espacio disponible, etc.).

Pero, más allá de la estructuración que se decida, lo esencial es llevar a cabo un recreo dinámico y dirigido en el que se fomenten las habilidades de relación positiva y de cooperación, sin excluir a ningún niño. De este modo, se puede reducir el problema del acoso escolar en el recreo.

Bibliografía

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  • Burción, S. (2015). El recreo libre y el recreo dirigido. Comparación de conductas del alumnado para la mejora de la convivencia. (Trabajo de Fin de Grado). Universidad de Valladolid, España.
  • Cerezo, F. (2009). Bullying: análisis de la situación en las aulas españolas. Revista Internacional de Psicología y Terapia Psicológica9(3), 383-394.
  • FEVAS Plena Inclusión. (2010). Guía de materiales para la inclusión educativa: discapacidad intelectual y del desarrollo. Educación Primaria. Bilbao: Federación Vasca de Asociaciones en favor a las personas con discapacidad intelectual.
  • Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña. (2018). Acoso Escolar: III estudio sobre el bullying según los afectados y líneas de actuación. Informe del teléfono ANAR.
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