El fracaso escolar y su poca relación con la inteligencia

El fracaso escolar se relaciona muchas veces con la presencia de una inteligencia limitada. Pero este es un pensamiento muy simplista y desacertado.
El fracaso escolar y su poca relación con la inteligencia
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 05 agosto, 2019

El fracaso escolar afecta a multitud de niños y adolescentes de todo el mundo. De hecho, es considerado uno de los grandes problemas del sistema educativo actual.

Dicho fenómeno suele relacionarse con los estudiantes que presentan un bajo nivel intelectual. Pero este pensamiento es completamente erróneo, ya que, como veremos a continuación, las causas del fracaso escolar son muy diversas y no siempre están vinculadas con las dificultades de aprendizaje.

El problema del fracaso escolar

El fracaso escolar hace referencia a las dificultades para alcanzar los objetivos académicos establecidos por el sistema educativo. Lo cual, puede manifestarse de las siguientes formas:

  • Obtener malas calificaciones.
  • Abandonar los estudios. 
  • Tener un rendimiento académico muy por debajo del potencial de las capacidades intelectuales.

Desgraciadamente, es frecuente observar la presencia de alguna de estas conductas en los colegios e institutos.

Así, según datos oficiales correspondientes a la tasa de fracaso escolar en España, un 19 % de los jóvenes que tienen entre 18 y 24 años abandona los estudios antes de obtener el graduado en la Educación Secundaria Obligatoria. Esto es muy preocupante, puesto que la educación es responsabilidad de toda la sociedad y, en este sentido, es obvio que algo está fallando y se está haciendo mal.

Niña apoyada en la pizarra incapaz de resolver las operaciones matemática.

“Cuando un niño presenta fracaso escolar, no es el niño el que fracasa, sino que fracasamos todos los adultos que estamos a su alrededor”.

– Anónimo –

¿Qué es la inteligencia y qué relación tiene con los estudios?

Según el psicólogo Howard Gardner, la inteligencia implica las capacidades cognitivas necesarias para resolver un problema o para elaborar productos que son importantes en un contexto cultural. Por lo tanto, se puede decir que existen múltiples inteligencias que nos ayudan a ser competentes en diferentes disciplinas.

Así, cada persona tiene una serie de límites y de potenciales en las distintas áreas del conocimiento. Pero el sistema educativo suele evaluar únicamente habilidades intelectuales relacionadas con la lingüística y la lógica-matemática. Por tanto, hay muchos niños que se ven frustrados ante las demandas académicas del colegio, pues también tienen la necesidad de desarrollar otras competencias cognitivas.

Además, cabe destacar que un alumno con un buen rendimiento escolar no tiene por qué contar con un gran coeficiente intelectual, ya que sus calificaciones pueden ser debido a:

  • Dedicar mucho tiempo al estudio.
  • Esforzarse para sacar buenos resultados.
  • Tener una gran motivación escolar.
  • Mostrar mucho interés en las materias.

“En el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan sólo un 20 % de los factores determinantes del éxito”.

– Daniel Goleman –

El fracaso escolar y su poca relación con la inteligencia

Una vez se comprende el concepto de inteligencia, es fácil entender que el fracaso escolar tiene poca relación con el nivel intelectual. Aunque la inteligencia influye en el rendimiento académico de los estudiantes, existen otros factores internos y externos que determinan el éxito o el fracaso en el aprendizaje.

Niño con examen suspenso de la mano tras fracaso escolar.

Así, el fracaso escolar puede aparecer por diferentes motivos, como:

  • Mostrar un bajo nivel de atención y concentración en clase.
  • Tener una memoria a corto plazo limitada.
  • Presentar una clara desmotivación ante el aprendizaje.
  • Manifestar aburrimiento en clase.
  • Contar con una falta de apoyo y de estímulos, tanto en el colegio como en casa.
  • Vivir en un contexto familiar y sociocultural pobre y disfuncional.
  • Presentar estrés, depresión o ansiedad.
  • Contar con algún tipo de necesidad específica de apoyo educativo.

Todo ello puede impedir que el alumno desarrolle sus cualidades de manera correcta, lo que supone el fracaso escolar del niño.

En definitiva, y como conclusión principal, se puede decir que el fracaso escolar puede darse en cualquier niño, independientemente de su edad y su capacidad intelectual. Por tanto, el sistema educativo tiene el deber de observar atentamente a todo el alumnado y ayudar a aquellos que muestran un bajo rendimiento escolar.

Para ello hay que identificar las causas y poner en práctica diversas medidas en función de las necesidades de cada estudiante, pues todos los niños tienen el derecho de recibir una educación de calidad y, así, poder triunfar en los estudios y en la vida.


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  • Gardner, H. (1998). Inteligencias múltiples. Barcelona: Paidós.
  • Sánchez-Ávila, A. (2010). El fracaso escolar: definición, causas, diagnóstico, prevención y tratamiento. Revista digital para profesionales de la enseñanza, (11). 
  • Tierno Jiménez, B. (1984). El fracaso escolar. Barcelona: Plaza y Janés.

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