¿A quién no se le hincha un poco el pecho cuando recibe una felicitación? ¿Quién no siente cierta alegría y un «subidón» cuando recibe elogios y reconocimientos? Esto es lo que representa el refuerzo positivo, una estrategia eficaz para aplicar en la crianza y orientar a los niños hacia el desarrollo de buenos comportamientos.
El refuerzo positivo válido implica apoyo y reconocimiento; es un estímulo para la autoestima. Por lo tanto, crea las condiciones ideales para el proceso de aprendizaje. A continuación, explicaremos qué es el refuerzo positivo, al tiempo que encontrarás ejemplos concretos para aplicar.
¿Qué es el refuerzo positivo?
En psicología, el refuerzo positivo se relaciona con el condicionamiento operante, cuyo objetivo principal es aprender a promover o evitar ciertos comportamientos debido a sus resultados.
El refuerzo positivo, en este contexto, se refiere a lo que motiva a repetir una conducta. Por ejemplo, si alguien recibe agradecimiento o reconocimiento por ayudar a un compañero a completar una tarea, es probable que desee hacerlo nuevamente. Cuando un niño se siente bien al hacer algo, tiende a actuar de manera coherente.
Existen diferentes tipos de refuerzo positivo:
- Refuerzo social: como el reconocimiento, agradecimiento o felicitaciones.
- Refuerzo tangible: como un premio o un regalo.
- Refuerzo intrínseco o basado en la actividad: se otorga según el desempeño en una actividad específica.
La noción de refuerzo positivo no se limita al conductismo, sino que se ha extendido a otras corrientes y prácticas, como la crianza y la disciplina positiva. El refuerzo positivo ayuda a los niños a ganar confianza, sentirse capaces y los motiva a mejorar y superarse. En lugar de enfocarse constantemente en sus errores, se les brinda atención positiva, lo que es beneficioso en muchos hogares.
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Ejemplos de refuerzo positivo para niños
El refuerzo positivo ayuda a poner el foco en aquello que está bien, en lo que quieres que se repita y se mantenga. De este modo, al aplicarlo en la crianza, le indicas a tu hijo cuál es la dirección correcta a seguir. Algunos ejemplos de refuerzo positivo que puedes aplicar son los siguientes.
1. Felicita a tu hijo cuando cumpla con sus compromisos
Por ejemplo, «¡Qué bueno que hayas finalizado las tareas temprano!», o también «¡Te agradezco que hayas ordenado tus juguetes sin que te lo haya tenido que pedir!». Esto le hará entender que lo que ha hecho está bien y probablemente querrá volverlo a hacer.
2. Reconoce el esfuerzo de tu hijo
Esto aun cuando no haya logrado el resultado esperado. Por ejemplo, si repitió las tablas de multiplicar y tuvo algunas equivocaciones, señálale cuánto ha avanzado y cómo ha mejorado. Así también lo estarás animando a superarse. «¡Ya casi eres un experto en multiplicaciones, has hecho un gran progreso en estos días de práctica!».
3. Ofrece ciertos «permisos o libertades» que se vivan como refuerzo positivo
Por ejemplo, si tu hijo se comportó bien durante la visita al médico, puedes decirle que se ha ganado elegir qué plan hacer en el día. «¡Como te portaste bien, hoy puedes elegir el plan que te apetezca para que hagamos juntos!».
4. Empatiza con sus emociones
Cuando veas que tu hijo lo está intentando y está siendo difícil, comparte con él cómo te sientes en una situación similar. Esta es otra forma de validarlo y reconocerlo. Dile algo como: «Entiendo que es difícil hacer tantas tareas, es normal sentirse cansado. Se nota mucho tu esfuerzo y ya verás lo bien que te sientes cuando termines».
Algunas observaciones sobre el uso del refuerzo positivo
Hay quienes llaman la atención sobre el uso indebido o desmesurado del refuerzo positivo como estrategia. Sin embargo, aquí conviene hacer ciertas aclaraciones.
No hay que entender al refuerzo positivo como un regalo o un bien material que debe otorgarse siempre
Esto puede ser una trampa, ya que el refuerzo, para que sea efectivo, debe volverse cada vez más atractivo. Sin embargo, expresiones como «gracias por tu ayuda», «valoro tu esfuerzo» y «siento orgullo por tus intentos» no tienen por qué resultar perjudiciales. Por el contrario, son comentarios poderosos que demuestran reconocimiento y empatía hacia la otra persona.
No se trata de adular por agradar
El reconocimiento tiene que ser genuino y no complaciente. Un niño que siente que lo engañan al felicitarlo se sentirá desanimado y desconfiado.
El refuerzo positivo debe ser individual, relativo al niño
Cada uno merece que reconozcan su individualidad. No hay que aplicar las felicitaciones «de talle único» con todos los niños de la familia, pues sentirá que lo que hizo es «algo más del montón».
El refuerzo positivo se plantea como una mejor alternativa al castigo
Dado que el castigo tiende a deteriorar la relación, su efecto es temporal y, a largo plazo, el niño interioriza el siguiente mensaje: «debo comportarme bien para evitar el castigo», en lugar de aprender a comportarse bien porque es beneficioso y conduce a una buena conducta.
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Los logros también requieren de tiempo compartido
No es insignificante destacar que el aprendizaje de un niño requiere de un adulto disponible, atento y sensible a sus necesidades. No todos los niños aprenden de la misma manera ni al mismo ritmo. Los adultos deben estar presentes para explicar, paso a paso, cómo se deben hacer ciertas cosas, como por ejemplo, lavarse los dientes.
De esta manera, se asegura de que el niño comprenda lo que debe hacer y también se le ayuda a mejorar. Además del refuerzo positivo, se trata de compartir tiempo y de ayudarlos en sus primeros pasos en la aventura de descubrir el mundo.
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