Derrames oculares en niños

Los derrames oculares en niños pueden aparecer por diferentes motivos y en la mayoría de los casos se reabsorben a la semana sin efectos colaterales.

Los derrames oculares en niños son frecuentes

Los derrames oculares en niños son una situación bastante frecuente. También se les conoce con el nombre de hemorragia subconjuntival, y se consideran benignos en la mayoría de los casos.

Sin embargo, en algunas ocasiones podrían corresponderse con problemas de la coagulación u otros trastornos no diagnosticados. De aquí viene la importancia de valorar las lesiones cuando se presentan y acudir al pediatra de forma oportuna.

¿Qué es un derrame ocular?

Antes de hablar de los derrames oculares en niños es necesario comprender un poco la anatomía de los ojos, y más precisamente de la conjuntiva (donde se produce el sangrado). Se trata de una membrana que recubre el ojo y su principal función es protegerlo y lubricarlo.
Un derrame ocular o hiposfagma se produce por la rotura de un vaso sanguíneo o capilar ubicado en la zona del ojo. La sangre que vemos como “mancha” se aloja en la parte anterior de la conjuntiva ocular y no atraviesa el limbo corneal.

No existen signos que nos puedan prevenir de la aparición de un derrame ocular y hay varios factores que pueden desencadenarlo. El principal de ellos es un aumento en la presión sanguínea ocular, aunque también, sobre todo en el caso de los niños, puede deberse a un golpe o un accidente. Otras causas de derrames oculares son las siguientes:

¿Debo preocuparme por los derrames oculares en niños?

Los derrames oculares en niños pueden requerir evaluación
En casos muy específicos los derrames oculares deben ser evaluados por un profesional de la salud ocular.

Si la mancha de sangre es pequeña y ha aparecido después de un golpe o accidente, puede que se desvanezca al día siguiente o en las horas posteriores.

Sin embargo, cuando el sangrado es muy grande o sucede en varias ocasiones, entonces sí se recomienda la visita a un médico con el fin de que pueda realizar un diagnóstico certero e indicar el tratamiento que considere adecuado.

Pero, en la mayoría de los casos, los derrames oculares en niños no son peligrosos y no existen tratamientos específicos para que se disuelva la mancha. En el lapso de una semana se debería reabsorber la sangre sin ninguna secuela ni dolor.

Ahora bien, cuando, junto al derrame ocular, vemos que además el ojo del niño está irritado o lloroso, quizás convenga llevarlo a la consulta oftalmológica.

¿Derrame ocular u ojo rojo?

Los derrames oculares en niños se confunden
La presencia de sangrado subconjuntival puede confundirse con el enrojecimiento de la conjuntiva propio de algunas enfermedades infecciosas.

Es posible que muchos padres confundan los síntomas de una hemorragia subconjuntival con los de un síndrome del ojo rojo. En este último caso toda la conjuntiva aparece enrojecida, pudiéndose apreciar el recorrido de diminutos vasos sanguíneos, como si hubiese un proceso inflamatorio.

En este último caso es necesaria una valoración médica (por el pediatra inicialmente, quien puede referir al oftalmólogo). La mayor parte de los niños afectados presentan conjuntivitis como causa de los síntomas.

Descubre más:: Ojos llorosos en los bebés

Protege la vista de tus hijos

Las lesiones en los ojos son más habituales de lo que creemos debido a que esta zona es bastante sensible y suele ser el blanco de accidentes y golpes. Un mal uso de los juguetes, la falta de seguridad en el hogar, el acceso a ciertas herramientas u objetos o una atención deficiente por parte de los adultos puede derivar en un derrame ocular.

Pero también este aparece mientras los padres lo están observando o el niño es cuidadoso con sus juguetes. Los accidentes hogareños (o donde quiera que estemos) se encuentran a la orden del día, como se dice popularmente. Entonces, ¿es posible evitar las lesiones oculares? No en su totalidad, pero sí en gran parte. Algunos consejos:

  1. No dejes ningún objeto punzante o peligroso a la altura de los niños (en la mesa, en el borde de la encimera de la cocina, en el suelo).
  2. Cómprale gafas de sol o protectoras cuando realiza deporte.
  3. Ofrécele juguetes acordes a su edad y evita aquellos que puedan usarse como proyectiles.
  4. Coloca barreras de seguridad o trabas para que no pueda caer por las escaleras ni golpearse en la cabeza con ciertos muebles.

Una condición frecuente pero benigna

Los derrames oculares en niños son bastante comunes y pueden aparecer por diferentes motivos. Por ello, cuando surgen, no debemos perder la calma ni medicar al pequeño con aspirinas o cualquier otro medicamento que pueda derivar en una hemorragia peor.

Intenta que durante algunos días no realice actividades físicas muy bruscas y que descanse lo suficiente por las noches y tardes. Si notas que el niño se frota mucho el ojo, opta por colocarle una venda (o jueguen a los piratas para que se la deje durante más tiempo).

Finalmente, si los derrames son habituales (más de dos al mes), el pequeño expresa dolor o indica que no puede ver bien, entonces llévalo al médico de inmediato.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Arias-Díaz, A., Bernal-Reyes, N., Pérez-Martinto, P. C., Correa-Madrigal, O., & Méndez-Sánchez, T. de J. (2013). Medición de agudeza visual estereoscópica en una población infantil sana. Revista Mexicana de Oftalmologia.
  • Clement A, et al. Ojo rojo en pediatría. Pediatr Integral 2013; XVII(7): 477-482. Disponible en: https://www.pediatriaintegral.es/wp-content/uploads/2013/xvii07/02/477-482%20Ojo%20rojo.pdf.
  • Mejía Salas Héctor. Coqueluche en niños. Rev. bol. ped. [Internet]. 2013 [citado 2022 Nov 04] ; 52( 1 ): 22-26. Disponible en: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-06752013000100007&lng=es.
Scroll al inicio