Uno de los comentarios más comunes entre los padres es “mi hijo adolescente duerme mucho”. Otra queja común es que los jóvenes duermen de día y se quedan despiertos por las noches. Por eso, en este artículo te contaremos por qué no es el único al que le sucede eso… ¡Es algo común a cierta edad!
Mi hijo adolescente duerme mucho: ¿por qué?
“No puedo despertarlo pronto para que vaya a la escuela”, “El fin de semana se lo pasa durmiendo”, “Se duerme en cualquier lado” o “Siempre parece que está cansado”; todas estas son frases muy habituales entre los padres de adolescentes.
Algunos pueden decir que se trata de simple ‘rebeldía’, pero lo cierto es que a cierta edad es más común que tengan sueño continuamente. Para comprender un poco el por qué, debemos hablar del reloj interno que todos poseemos. Este se encarga de regular la temperatura corporal, los cambios hormonales, el apetito y también el sueño.
Asimismo, es normal que el fin de semana o en las vacaciones duerma más, ya que de alguna manera, el cuerpo está ‘recuperando’ todas las horas de sueño perdidas. Lo mismo sucede cuando se lo ve somnoliento a toda hora o se puede dormir en el autobús, el coche, una fiesta o donde sea.
Los adolescentes necesitan dormir unas nueve horas por noche para poder rendir bien durante todo el día. No hay que olvidar que en esta etapa las actividades y obligaciones son mayores que cuando eran niños pequeños. ¡Tienen demasiadas tareas que hacer a diario!
La falta de sueño en un joven puede parecer algo sin importancia, justamente porque es joven. No obstante, tiene muchas consecuencias negativas: cambios de humor, problemas de conducta, dificultades para aprender o concentrarse, entre otras.
El sueño en la pubertad
La pubertad influye en dicho reloj biológico y modifica los tiempos de descanso. De esta manera, quizás el joven se acueste a las 10 de la noche, pero se duerma a las 3 de la madrugada. Entonces, cuando suena el despertador a las 7 al otro día, es imposible que se levante como si nada.
De hecho, un estudio publicado en la Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia establece que existe una tendencia inherente al adolescente a dormir menos horas de las recomendadas para su edad. Lo que explicaría la somnolencia diurna y la tendencia a quedarse dormido.
En general lo que está ocurriendo es un cambio de patrón del sueño de la infancia al sueño de adulto. Los niveles de melatonina, la hormona que induce el sueño y que es influenciada por la oscuridad de la noche, son más altos de 1 a 5 años de edad, alcanzan el máximo de los 8 a los 10 años y con la pubertad descienden bruscamente.
La melatonina es un regulador cronobiótico, por lo que resulta muy sensible a los horarios nocturnos de los adolescentes que se van a la cama cada vez más tarde por asuntos escolares, entretenimiento o socialización.
A lo que se suma que, en los adolescentes ocurre un retraso derivado de influencias hormonales, de hasta dos horas en el inicio del sueño nocturno y la hora de despertar.
Visto así, los adolescentes necesitan dormir más de lo que realmente duermen. En efecto, lo que se produce por los diversos factores que trastornan el ritmo circadiano, como el uso nocturno de internet, es un aumento de la tendencia diurna del sueño, caracterizada por cansancio y somnolencia.
¿Qué hacer si mi hijo duerme en exceso?
Como padres, es normal preocuparse cuando algo no funciona bien en nuestros hijos, tengan la edad que tengan. En el caso de que esté atravesando la adolescencia y notes que duerme demasiado —o que a ti te parece mucho—, te recomendamos lo siguiente:
1. Cumplir con una rutina de sueño
Es fundamental tener horarios para todo, ya que el cuerpo se acostumbra a los hábitos y rutinas. Por eso, determina la hora en la que debe estar en la cama y cuándo se debe levantar. Esto incluye también los fines de semana y las vacaciones: no permitas un retraso mayor a las dos horas que en los días de semana.
Si a diario se acuestan a las 10 de la noche y se levantan a las 7 de la mañana, por ejemplo, puede haber algunas excepciones los viernes o sábados, pero no más de las 12 de la noche y 9 de la mañana. Lógicamente, es posible hacer una excepción de vez en cuando.
“Los adolescentes necesitan dormir unas nueve horas por noche para poder rendir bien durante todo el día”
2. No consumir cafeína
Muchos padres evitan que sus hijos beban café, pero sí permiten la ingesta de refrescos que también contienen cafeína. Ten mucho cuidado con lo que come y bebe tu hijo, sobre todo por las noches.
También presta atención a lo que consume durante el día; quizás necesita ajustar algunas ingestas y añadir más frutas, hidratos de carbono o grasas saludables a su dieta para tener más energía. Consulta con un nutricionista.
3. Adiós a las largas siestas
Si cuando tu hijo llega del colegio al mediodía o primeras horas de la tarde duerme una siesta de dos horas o más, es probable que después tenga problemas para conciliar el sueño a la noche. Por lo tanto, una siesta de 30 minutos debe ser suficiente para recargar las energías y continuar la jornada.
4. Reducir la tecnología
Otro motivo por el cual los adolescentes tienen problemas para dormir es el uso de la tecnología. El brillo de las pantallas en los dispositivos afecta el ritmo circadiano y los mantiene en estado de alerta. Por ende, mejor si no usan aparatos tecnológicos por las noches antes de dormir.
5. Tener una habitación que incentive a dormir
Parece contraproducente tener una habitación que estimule al sueño si te preocupa que tu hijo adolescente duerme mucho. Sin embargo, este hecho puede facilitar que el menor duerma durante toda la noche las 9 horas correspondientes. De esta manera, no tendrá sueño durante el día y se normalizará su ritmo circadiano.
Lo ideal es tener una habitación con cortinas que impidan la entrada de luz, sin televisor, computadora u otros aparatos electrónicos. Los tonos suaves también promueven el sueño, por lo que es una buena idea utilizarlos en las paredes y las sábanas.
6. Evitar sobrecargar al adolescente
Mantener un itinerario de actividades extra académicas puede resultar beneficioso para tu hijo. No obstante, es importante no sobrecargarlo de tareas, ya que puede generar estrés y por consiguiente, trastornos del sueño.
Entonces, ¿en qué momento preocuparme si mi hijo adolescente duerme mucho? Cuando esa necesidad de descansar no le permite hacer ninguna otra actividad, cuando se queda dormido en la escuela, si solo quiere acostarse y presenta ojeras, piel pálida y cambios rotundos en su conducta, lo mejor será consultar con un médico.
Bibliografía
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