Criar a los hijos con amenazas: es peligroso y no funciona

Criar a los hijos con amenazas no es bueno y tampoco eficaz. Por eso, es importante que los padres busquemos otros recursos para educarles.
Criar a los hijos con amenazas: es peligroso y no funciona
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 19 abril, 2023

Todos los que somos padres sabemos lo complicado que resulta educar a los niños. Sin embargo, criar a los hijos con amenazas es peligroso y además no funciona. Si estas se utilizan de una forma constante y repetida en el tiempo, podemos hablar de violencia psicológica. A veces, las intimidaciones se utilizan para que los pequeños obedezcan cuando no tenemos otro recurso, pero no ayudan en nada.

Aunque criar a los niños sea una tarea complicada, cuando vemos a nuestros hijos bien educados tenemos una gran recompensa. Es verdad que, a veces, los padres no pueden hacerlo como les gustaría. Unas veces por el cansancio del trabajo y otras porque no tienen tiempo o por el carácter del niño. Los motivos pueden ser diversos, pero hay que tener en claro que no se debe caer en las amenazas. A continuación, te contamos más al respecto.

El peligro de criar a los hijos con amenazas

Seguro que muchos de nosotros alguna vez hemos recurrido a las amenazas para conseguir que nuestro niño obedezca con frases de este tipo:

  • «Si no recoges tus juguetes ahora mismo, los tiro todos».
  • «Como no te comas la comida, no vamos al parque».
  • «Si no haces los deberes, no verás la tele».
  • «Si vuelves a gritar, no iremos de cumpleaños».

Estas son algunas de las frases comunes que puede que en algún momento hayamos utilizado, pero que a fin de cuentas son amenazas. Pensamos que con ellas nuestro mensaje les va a quedar más claro, pero en esto nos equivocamos.

Cuando los padres lanzamos amenazas que luego no cumplimos, nuestros hijos aprenden que no hacemos lo que decimos.

No cumplimos con los que decimos

¿Cuántas veces por no comer no hemos ido al parque? ¿Has tirado los juguetes cuando no los ha recogido? Pues, esta es una de las razones por las que no funcionan las amenazas: porque no las cumplimos. Por lo general, cuando estamos enfadados, nos sale la amenaza con un castigo desproporcionado a la acción. Luego, cuando nos enfriamos, no somos capaces de llevarlo a cabo.

Por muy enfadados que nos vean y por muchas advertencias que les digamos, los niños saben que si no comen igual irán al parque y que si no recogen los juguetes, nunca se los tiraremos. Más bien acabaremos por recogerlos con ellos.

Por qué no debemos criar a los hijos con amenazas

Cuando intentamos educar a nuestros hijos con amenazas, basamos su educación en el miedo para conseguir obtener de ellos una determinada conducta. Entonces, ¿por qué no debemos educarlos bajo amenazas?

  • Si no somos coherentes entre lo que decimos y hacemos, nuestros hijos no nos tendrán respeto.
  • Las amenazas no favorecen en absoluto a que en casa haya un ambiente seguro y de confianza entre la familia.
  • Si usamos la estrategia de la amenaza para que nuestros hijos nos hagan caso, tenemos un modelo de educación con muchas carencias. Por eso, debemos encontrar otros recursos más positivos y menos autoritarios.
  • Cuanto más usemos las amenazas y los castigos, más inútil será.

Consecuencias en los niños

Las amenazas, además de no ser un recurso efectivo, pueden provocar consecuencias en nuestros hijos, tales como las siguientes:

  • La palabra de los padres pierde credibilidad y autoridad para los hijos tras las constantes amenazas y el incumplimiento de las mismas.
  • Las amenazas continuas causan estrés y miedo en el niño, lo cual es perjudicial para su desarrollo.
  • Al amenazar, no conseguiremos que los niños se hagan responsables de sus acciones, sino que actuarán para evitar la consecuencia.
  • A través del ejemplo de sus padres, los niños aprenderán a utilizar también las amenazas con sus amigos, conocidos o familiares.
  • La autoestima de los niños criados bajo amenazas también sufre un deterioro significativo, ya que no se sienten valorados por sus padres. Incluso, pueden llegar a desafiar la autoridad y a revelarse.
Debemos tener claro que criar a los hijos bajo amenazas es educarles con el miedo, lo cual a largo plazo no es bueno. Conforme los menores crecen, conseguiremos justo lo contrario: que sean rebeldes y que se revelen.

Recomendaciones para criar a los hijos sin amenazas

Como hemos visto, utilizar las amenazas como recurso educativo conlleva consecuencias negativas. Por lo tanto, debemos encontrar otras alternativas para ayudar a los niños a que aprendan de una forma sana. Por ejemplo, puedes realizar lo siguiente:

  • Dar explicaciones válidas: debemos razonar las cosas y explicárselas al niño con calma. Solo de esta manera podrá comprender y arreglar lo que no está bien.
  • Generar respeto: un niño criado con amenazas puede que obedezca, pero cuando crezca y el miedo desaparezca no tendrá ningún respeto hacia sus padres. Por eso, es importante que sepan que los adultos son la autoridad, pero siempre desde el respeto en ambas direcciones.
  • Hablarles de forma positiva: debemos cambiar el contexto de las palabras.
  • Ponernos en su lugar: los niños no ven las cosas desde el punto de vista de los adultos, por eso hay que intentar ponerse en su lugar para entender su postura.
  • Permitirles que participen en las decisiones: los niños tienen que sentir que su opinión también es importante. Por eso, podemos darles varias alternativas para que pueda decidir.

Buscar recursos educativos positivos

Si has llegado hasta aquí, seguro que ya has entendido que criar a los hijos con amenazas no es bueno ni eficaz. Por eso, es importante que los padres tengan recursos educativos suficientes para evitar este tipo de método. Las intimidaciones no son buenas, dañan a los niños y les hacen crecer con miedo en un ambiente en el que no confían.

Si te has dado cuenta de que alguna vez amenazas a tu hijo y has creído que esto era algo inofensivo, te equivocas. Afortunadamente, nunca es tarde para cambiar este comportamiento. También, de ser necesario, puedes acudir a la ayuda profesional.


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  • Bacus, A. (2014). 100 ideas para que tus hijos te obedezcan. Ediciones Oniro.
  • Seitún, M. (2011). Criar hijos confiados, motivados y seguros: Hacia una paternidad responsable y feliz. GRIJALBO.
  • González, Ó. (2021). Educar y ser felices: Una guía práctica para disfrutar de la educación de los hijos y crecer con ellos. B DE BOLSILLO.

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