4 consejos para cocinar en familia
Cocinar en familia puede resultar una experiencia muy enriquecedora para todos. Es importante integrar a los niños en estas tareas para que adquieran los conocimientos que pondrán en práctica más adelante. Además, elaborar la comida forma parte de la educación alimentaria, la cual puede llevarse a cabo desde edades tempranas.
Ahora bien, cocinar en familia puede no resultar tan sencillo a veces. Por este motivo, es determinante proponer estas actividades cuando hay suficiente tiempo, ya que las prisas pueden jugar una mala pasada.
A continuación, vamos a darte una serie de consejos para que logres disfrutar al máximo de este momento único. ¡Manos a la obra!
Cocinar en familia, una experiencia imperdible
¿Tus hijos le han tomado el gusto a la cocina luego de ver un programa de televisión? Entonces, no pierdas la oportunidad y aprovecha la iniciativa para adentrarlos en el mundo culinario. Sigue estas recomendaciones para disfrutar al máximo de la experiencia.
1. Prepara platos sencillos
Cuando el objetivo es cocinar en familia hay que asegurarse de que todos puedan participar de la elaboración de las preparaciones. Por este motivo, es fundamental escoger recetas sencillas, sin técnicas demasiado complejas y que sean aptas para todos los públicos.
Una buena forma de comenzar es repartir las tareas, para que cada uno se haga cargo de una parte del proceso y se asegure de hacerlo de la manera correcta. De este modo, se consigue un buen resultado final y todos quedan contentos.
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2. Utiliza siempre alimentos frescos
Es muy importante educar a los niños acerca de cómo manipular y consumir los alimentos frescos, los cuales cuentan con una calidad muy superior a la de los ultraprocesados. Estos últimos contienen grandes cantidades de azúcares y de aditivos, que han demostrado ser bastante nocivos para la salud.
Otra recomendación es la inclusión de especias culinarias en las recetas, sobre todo cúrcuma o curry. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Molecules, estos elementos contienen numerosos fitonutrientes antioxidantes que contribuyen a la prevención de algunas patologías complejas.
3. No olvides incorporar verduras en la receta
Uno de los principales problemas de la alimentación infantil es el consumo insuficiente de verduras. Por este motivo, es preciso incorporarlas en las recetas cuando cocinan en familia. De esta forma, los niños se acostumbran a su textura, se familiarizan con ellas y así se evita el rechazo posterior.
Ten en cuenta que la mejor opción para iniciarlos en el consumo de vegetales suele ser el camuflaje en las distintas preparaciones. Si se disimula su sabor o sus texturas, es más fácil introducir estos alimentos en la dieta. Las cremas de verduras, por ejemplo, suelen ser bien aceptadas durante las primeras etapas de la vida, cuando existe cierta aversión por algunos alimentos.
4. Elabora algún postre saludable
Los platos preferidos de los niños suelen ser los postres, pero este tipo de preparaciones no son aptas para el consumo diario. Sin embargo, se pueden elaborar en momentos puntuales, como cuando se celebra una ocasión especial.
Cuando se trata de preparar postres el entusiasmo de los niños por participar suele ser máximo, así que puedes aprovechar esta iniciativa para despertarles el interés por la cocina. Además, puedes mostrarles distintas formas de preparar platos ricos y un poco más saludables.
Los incontables beneficios de cocinar en familia
Mantener el hábito de cocinar en familia resultará muy positivo para la salud de los más pequeños. Además, conseguirás que participen activamente de las tareas domésticas diarias, para generar una mayor conciencia y solidaridad con el resto de los convivientes.
Eso si, debes tener algunas precauciones cuando lo lleves a cabo, ya que la cocina es un lugar poco seguro para los niños. No permitas que manipulen los alimentos crudos, ni que usen elementos peligrosos, como las cuchillas y los productos de limpieza.
Ten en cuenta que si los acostumbras a cocinar desde pequeños, será mucho más sencillo acostumbrarles a llevar una buena dieta de mayores. Además, se generarán menos rechazos alimentarios y su pauta será mucho más variada.
A la larga, esto se traducirá en un mejor estado de salud y en una menor incidencia de patologías complejas y crónicas.
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