En los últimos años, se ha compartido una amplia variedad de recomendaciones para cuidar la piel respetando el medio ambiente. Una parte importante de la industria cosmética se ha revolucionado y ha adaptado sus productos a un formato que disminuye en gran medida la contaminación. Asimismo, ha crecido el interés por la cosmética natural y por la aplicación de tips de belleza «ecológicos». ¿Qué puedes hacer para unirte a esta tendencia? ¿Cómo empezar a implementarlo en tu día a día? Pues bien, basta con revisar un poco la rutina y cambiar las decisiones al elegir los productos de cuidado diario. A continuación, detallamos los consejos.
Cuidar la piel respetando el medio ambiente: 4 recomendaciones
Ahora más que nunca es posible cuidar la piel respetando el medio ambiente. Debido a la necesidad de reducir los residuos, ahorrar agua y mitigar las emisiones de CO₂, muchas compañías de la industria cosmética han hecho toda una revolución con sus productos. De este modo, puedes encontrar la mejor oferta de productos de belleza a base de ingredientes naturales, empacados en envases más ecológicos y cuyas técnicas de producción son catalogadas como «eco-friendly». ¿Qué debes considerar al adquirirlos?
1. Etiquetado y almacenamiento
Ahora mismo, muchos de los productos para el cuidado facial y corporal están envasados en recipientes reciclables o reutilizables, sean de vidrio o de plástico. De hecho, algunos están hechos de sustancias compostables, como las hojas de maíz o de cáñamo. ¿Te fijas en esto al elegir tus productos? ¡Es hora de hacerlo! También son buenas opciones las botellas de perfume rellenables o los envases elaborados con plástico recuperado del océano. Seguro podrás verificar este detalle en la etiqueta.
2. Ingredientes naturales
Apostar por lo natural es una de las mejores decisiones para tener una rutina de belleza amigable con el medio ambiente. Los productos a base de extractos de frutas y vegetales, aceites esenciales, hierbas, etcétera, son perfectos para iniciarse en esta tendencia. ¿Lo mejor? No suelen ser tan agresivos como algunos químicos y proporcionan un plus de vitaminas, minerales y antioxidantes. ¡Pero ojo! Que sean naturales no quiere decir que estén exentos de provocar reacciones indeseadas. Es importante emplearlos con precaución y hacer una prueba de sensibilidad antes de aplicarlos en su totalidad. Para ello, frota una pequeña cantidad en una zona de la piel y déjala actuar por varias horas. Si no hay signos de efectos adversos puedes usarlos sin problema. De igual manera, ten cuidado con la aplicación de recetas caseras. Si bien muchas son inofensivas y tradicionales, otras pueden derivar problemas cutáneos. Por regla general, evita aplicar soluciones con zumo de limón, vinagre de manzana, mayonesa o mantecas vegetales. Mejor opta por los productos de origen natural dermatológicamente probados.
3. Complementos faciales reutilizables
Los pañitos húmedos y los discos de algodón para desmaquillar son bastante utilizados a la hora de aplicar una rutina de cuidado facial. No obstante, estos suelen generar residuos que acaban perjudicando al medio ambiente. ¿Cuál es la solución ecológica? ¡Simple! Su versión en materiales reutilizables. En el mercado se han incorporado muchas marcas de toallitas y paños de microfibras vegetales que tienen una duración de meses a años. Simplemente, debes lavarlos al finalizar su uso.
4. Productos libres de envases
Aunque elegir envases ecológicos es una opción, una decisión más eco friendly es optar por aquellos productos que no tienen envases. Por ejemplo, el champú y el acondicionador en formato sólido, que pueden venir envueltos en materiales compostables o biodegradables. También hay otros cosméticos en estas presentaciones, como hidratantes, jabones, exfoliantes y protectores solares. A menudo, vienen en pequeñas bolsitas de tela que se pueden reutilizar.
¿Te animas a hacer estos cambios en tu rutina de belleza?
Tener una rutina de cuidado de la piel amable con el medio ambiente no es difícil y tiene muchos beneficios. Basta con indagar un poco en la amplia oferta de productos naturales y ecológicos que hay en el mercado. Además, es cuestión de dedicar un poco de tiempo a conocer más sobre sus envases, procesos de fabricación y materias primas. Estas pequeñas acciones pueden, sin duda, hacer la diferencia.