Cómo crear el deseo de aprender en los alumnos

Que un alumno sienta el deseo de aprender es muy importante para el correcto desarrollo de su aprendizaje.

Profesora fomentando el deseo de aprender en sus alumnos, que están todos con las manos levantadas.

Cuando hablamos de los alumnos y de su aprendizaje, estamos hablando implícitamente de la necesidad de que tengan lo que se conoce como deseo de aprender en los alumnos. No hablamos de memorizar o de ir acumulando conocimientos.

Un alumno, por ejemplo, puede conocer perfectamente un hecho histórico, puede saber quiénes participaron en este hecho, la fecha en la que se desarrolló y su desarrollo paso a paso, pero puede suceder que no lo comprenda bien del todo de forma profunda.

El ‘no saber’, normalmente, no se equipara con tener curiosidad, con tener deseo de aprender en los alumnos. El no saber es algo que puede evolucionar en la necesidad de aprender o no. Porque es difícil llegar a sentir curiosidad por algo que no sabemos que no sabemos, por lo desconocido para nosotros totalmente.

Si no tenemos esta curiosidad por aprender, será difícil que logremos, por ejemplo, realizar preguntas necesarias, pensar en temas para posibles trabajos de desarrollo de contenido o realizar un aprendizaje más profundo.

Si llega un momento en el que un alumno llega a no tolerar que no sabe algo, en el que se despierte su curiosidad, esta curiosidad se convierte en la base principal de su experiencia enseñanza-aprendizaje.

Para lograr esta motivación, esta necesidad de aprender, podemos llevar a cabo algunas estrategias con los alumnos. Vamos a repasarlas.Niños en clase con un gran deseo de aprender gracias a la profesora.

Refuerzo positivo

Pensemos, para empezar, que un alumno sin motivación llega incluso a no poder seguir el ritmo de la clase, se desilusiona, sus calificaciones no van mejorando, él lo sabe y no avanza.Para ayudar a solucionar este caso y motivar a los alumnos, podemos utilizar el refuerzo positivo.

Se trata de apoyar de forma positiva todas las actitudes que puedan reforzarse, como esos momentos en los que demuestran interés, e intentar ir valorando esto más que los resultados. Así, los estaremos animando a que lo sigan intentando, a no rendirse, a buscar soluciones.

Mostrar el propio interés para crear el deseo de aprender en los alumnos

El deseo de aprender es algo que se contagia, así que, algo que siempre funciona muy bien es expresar el interés propio por algo. Si los alumnos observan que estamos hablando de algo que nos gusta, que nos apasiona, probablemente se interesarán más en el tema. La desgana es un enemigo a la hora de enseñar.

Los intereses del alumno

Hay que buscar y llegar a conocer lo que les guste a los alumnos. No solo hablamos de un tema concreto que les guste, podemos descubrir más cosas, centrarnos en cada pequeño detalle que les haga ilusionarse. Todo esto terminará despertando la motivación, las ganas de aprender.

Es importante, para ello, conocer a los alumnos, hablar con ellos, escuchar lo que nos dicen. Centrándonos en la teoría de las inteligencias múltiples podremos hacer esto de una forma un poco más sencilla. Nos enfocaremos en la inteligencia que cada alumno tenga más desarrollada y trabajaremos con ella.

Aprender es descubrir

La idea de aprender cada día en el aula debe ser algo ilusionante. Se trata de motivar a los alumnos para que tengan ganas de estar en clase, de ser activos en el aula. Para ello, podemos empezar por crear expectativas, hacer que se sientan implicados en todo proceso de aprendizaje.Alumnos con las manos levantadas con ganas de aprender.

Una buena opción para esto que suele funcionar es utilizar el aprendizaje por proyectos, colaborar con los compañeros, investigar juntos, descubrir cosas… Todo esto aumenta la motivación particular y grupal de los alumnos. Podemos, incluso, fijar un tanto por ciento de tiempo en cada sesión para que los alumnos realicen esos proyectos. Todos esperarán con ganas a que llegue ese momento en cada sesión.

TIC como aliadas para crear el deseo de aprender en los alumnos

Las TIC llaman siempre la atención de los alumnos. Este interés se puede aprovechar para hacer que se impliquen en lo que estamos viendo en ese momento en el aula. De este modo, recordarán mejor lo que han visto ese día en el que se utilizaron las TIC y lo aprendido se afianzará de una forma más sólida.

Podemos hacer presentaciones de los contenidos utilizando las TIC o animarlos a que ellos las utilicen, por ejemplo, ampliando contenidos sobre una lección ya vista en clase.

En definitiva, para conseguir que los estudiantes se interesen por las clases y despertar el deseo de aprender en los alumnos, debemos buscar que suceda de una forma intrínseca. Debemos alcanzar ese punto en el que los alumnos quieran aprender de verdad.

Bibliografía

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  • Urdan, Tim, y Erin Schoenfelder. (2006). Classroom effects on student motivation: Goal structures, social relationships, and competence beliefs. Journal of school psychology.
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