Claves para enseñar a poner límites a nuestros hijos

Si queremos criar niños fuertes y seguros, es importante enseñarles que poner límites no te hace un egoísta ni una mala persona. Poner límites es un acto de amor propio.

Niño muy serio poniendo límites.

Como padres, todos nos esforzamos por enseñar a los niños a aceptar límites, pero a veces se nos olvida que es igual de importante que aprendan a ponerlos. Enseñar a poner límites a nuestros hijos desde una temprana edad les ayudará a contar con una buena autoestima y unas relaciones sanas.

¿Qué significa poner límites?

Los límites nos ayudan a estructurar nuestra identidad. Desde el momento en que desarrollamos la autoconciencia y nos percibimos como seres individuales y separados de los demás, los límites marcan nuestra forma de relacionarnos.

Para poder hacerlo de una forma adecuada, debemos ser capaces de conocer nuestras necesidades y hacerlas respetar y, por ende, respetarnos a nosotros mismos. Cuando no somos capaces de poner límites, nos dejamos llevar por la vida y por las demás personas, algo que nos deja una gran sensación de descontrol.

Por tanto, marcar límites implica tomar las riendas de nuestra vida. Saber distinguir lo que quiero y lo que no quiero, y ser capaz de expresarlo. Implica ser capaz de pedir lo que deseo o necesito y de decir “no” ante una petición que va en contra de mis principios. Significa saber con certeza que, como ser humano, merezco respeto y no tener miedo en hacérselo saber al otro.Madre con su hijo enseñándole a poner límites.

Sobre todo, poner límites implica no ceder ante las peticiones o sugerencias ajenas, aún sabiendo que esto puede acarrear consecuencias. Con frecuencia, decir no, provocará un conflicto con la otra persona, que puede sentirse herida o recurrir al chantaje emocional y la culpa para hacernos cambiar de opinión.

Es precisamente por este motivo por el que a muchas personas les cuesta poner límites con sus seres queridos o figuras de autoridad.

La imagen del niño bueno

La infancia tiene mucha influencia en el origen de este miedo a decir que no. Cuando somos pequeños, somos vulnerables y dependientes, necesitamos de los adultos para sobrevivir y satisfacer nuestras necesidades. Por tanto, nuestra prioridad es que ellos nos atiendan.

Sin embargo, con frecuencia, transmitimos a los niños la idea de que para ser ‘un niño bueno’ ha de ser dócil, obediente y no oponer resistencia. En ocasiones, cuando el infante expresa enfado o desacuerdo, cuando grita o llora, recibe rechazo o caras de insatisfacción por parte de sus adultos.

El niño entiende que ese comportamiento molesta y desagrada y, como su prioridad es mantener al adulto contento porque depende de él, su respuesta es reprimirse. Aprende a anular su opinión y su desacuerdo porque no desea decepcionar, entristecer o enfadar a los adultos.

De este modo, al ir creciendo, la conducta continúa y cada vez resulta más difícil darse cuenta de que estamos renunciando a nosotros mismos para complacer a los demás.

Enseñar a poner límites a nuestros hijos

Por tanto, la infancia es la etapa ideal para enseñar a los más pequeños que poner límites no significa ser egoísta ni ser mala persona. Significa amarse y respetarse a uno mismo para poder amar y respetar a los demás.Niño poniendo límites.

Si enseñas a tu pequeño a poner límites, le ayudarás a conocerse mejor a si mismo, a saber qué desea y a mejorar su autoestima. Esto le ayudará a establecer relaciones sanas y armónicas, donde ninguna de las partes se sienta invadida. Además, logrará la enorme libertad de ser capaz de mostrarse tal y como es, sin miedo a decepcionar a nadie.

Claves para enseñar a poner límites a nuestros hijos

  • Permítele expresar sus opiniones con respeto, aunque no coincidan con las tuyas. No le hagas sentir que si ‘se rebela’ pierde tu amor, demuéstrale que su opinión importa y es valiente expresarla.
  • Explícale que todas las personas somos valiosas y merecemos amor y respeto. Y que no hay que aceptar que nadie nos humille o nos haga daño.
  • Recuérdale que, aunque quiera mucho a una persona, no tiene por qué estar siempre de acuerdo con ella. Él puede expresar su opinión, puede incluso negarse a peticiones de la otra persona, y eso no significa que la relación se vaya a terminar.
  • Transmítele que la persona más importante de su vida ha de ser él mismo, y que no es bueno hacer cosas que no desea solo por lograr la aprobación o la amistad de los demás.
Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Carranza, M. L. (1998). Conflictos emocionales del niño. DIGITAL PUBLICATIONS, INC..
  • Fensterheim, H., & Baer, J. (2017). No diga sí cuando quiera decir no: aprenda a comunicarse de forma asertiva. Debols! llo.
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