Los daños del apego ambivalente

El niño depende de su figura de apego para sobrevivir. Cuando esta responde de forma incoherente y arbitraria a sus necesidades, el pequeño se sume en una constante angustia. Descubre más sobre el apego ambivalente y sus consecuencias.
Los daños del apego ambivalente
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 14 agosto, 2019

Imagina que cada vez que acudes a tus seres queridos en busca de apoyo obtienes una respuesta diferente. En ocasiones son comprensivos y amorosos contigo, otras veces te ignoran y a veces se enfadan porque les has pedido ayuda. ¿Imaginas lo solo, perdido y confuso que te sentirías? Estos son los daños del apego ambivalente al que muchos niños se enfrentan.

¿Qué es el apego?

El apego es el vínculo que se establece entre el bebé y la madre (o principal figura de apego) destinado a garantizar la supervivencia del niño. Ya que los bebés humanos son indefensos y totalmente dependientes, el vínculo con el cuidador les ayuda a sobrevivir y desarrollarse adecuadamente.

El apego se establece los primeros tres meses de vida y forja en el niño una representación inconsciente de las relaciones afectivas. De estos tempranos aprendizajes dependerá la calidad de las interacciones sociales que el niño establezca.

Además, el patrón de conducta interiorizado se trasladará a las relaciones sociales adolescentes y adultas, afectando a la persona durante toda su vida.

Mamá con su bebé proporcionándole un apego seguro.

Los patrones de apego

Mary Ainsworth, una de las figuras más destacadas en el estudio de los patrones de apego infantiles, realizó un esclarecedor experimento en el que observaba la conducta de los bebés en relación a sus figuras de apego.

Durante la prueba se observó el grado de exploración del entorno que ponía en marcha los niños cuando las madres estaban presentes, así como su conducta cuando estas se marchaban de la escena y volvían.

Con base en los datos recogidos, pudieron establecerse cuatro tipos de apego diferentes: seguro, evitativo, ambivalente y desorganizado. Cada uno de ellos es consecuencia del modo en que la madre responde a las necesidades del bebé. Según la disponibilidad emocional de la madre, el niño aprende a reaccionar de una manera u otra.

El apego ambivalente

Durante el experimento, los niños mostraron los daños del apego ambivalente mediante algunos signos muy característicos:

  • Los niños mostraban una elevada angustia incluso cuando su madre estaba presente. Apenas exploraban el entorno y se mantenían en constante estado de alerta, pendientes siempre de su madre.
  • Cuando la madre salía de la sala, los bebés lloraban y la buscaban desesperadamente. No se dejaban consolar por ninguna otra persona.
  • Cuando la madre volvía, los niños corrían a ella buscando consuelo pero, inmediatamente, la rechazaban.

Se descubrió que las madres de estos niños ejercen un patrón totalmente inestable e impredecible de respuesta. En ocasiones, actúan de forma cálida, cercana y maternal, mientras que otras veces se muestran insensibles e impasibles ante las demandas del niño.

Su disponibilidad emocional es totalmente variable y arbitraria. Muchas veces, la respuesta que le ofrece al bebé depende de su propio estado de ánimo y de su conveniencia, y no de las necesidades del niño. Esta falta de fiabilidad sume al pequeño en un estado de angustia constante.

La principal causa de este comportamiento materno es el conflicto interno de la propia madre. Ante el llanto del bebé, esta siente una mezcla de rechazo, hostilidad y amor por el pequeño. No tiene claro si las demandas del niño son reales o si le está ‘tomando el pelo.

Tampoco tiene claro si lo correcto es acudir o no a consolarle, pues quizá alguien cercano le haya dicho que eso lo malcría. Ante esta indecisión, se siente desbordada y comienza un comportamiento errático y variable.

Madre intentando dar el biberón a su bebé que llora por el apego ambivalente que recibe.

Daños del apego ambivalente

  • El bebé con apego ambivalente sentirá constante ansiedad. Manifestará una intensa necesidad y un gran rechazo por su madre, y será incapaz de explorar el medio con soltura. Es posible que exagere sus llantos y demandas para intentar que sean atendidas.
  • Cuando crezca, será un niño con baja autoestima y desconfianza. Ha aprendido que no siempre es digno de ser amado, que solo le aprecian cuando no molesta y que no puede confiar en los cuidados de nadie. Crecerá con un inmenso miedo al abandono y la ambivalencia de sentimientos hacia su madre continuará.
  • De adulto, establecerá un patrón de dependencia en sus relaciones. Demandará afecto y atención constantes, buscará la fusión con el otro y sentirá pánico ante cualquier signo de alejamiento por parte de su pareja. Puede volverse celoso y desconfiado.
  • Será una persona con un terrible miedo al abandono y una gran necesidad de aprobación.

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  • Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. N. (2015). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Psychology Press.
  • Castelló, J. (2000). Análisis del concepto dependencia emocional. In I Congreso Virtual de Psiquiatría (Vol. 5, No. 8).

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