Claustrofobia en niños: ¿cómo saber si tu hijo padece este trastorno?

La claustrofobia en niños es una fobia a los espacios cerrados, sobre todo si están oscuros o son pequeños. Este trastorno puede interferir de manera notable en la vida diaria del niño, por lo que es necesario que los padres sepan cómo actuar al respecto.

La claustrofobia en niños puede generarles temor desmedido a estar encerrados.

Muchas personas piensan que las fobias solamente afectan a las personas adultas. Sin embargo, no es así, ya que los niños a temprana edad también pueden padecerlas: una de ellas es la claustrofobia en niños.

Se trata de una fobia o miedo psicológico muy intenso a permanecer encerrado en lugares muy pequeños en donde no hay mucha luz.

Además, la claustrofobia puede causar un miedo desmesurado a espacios completamente oscuros o que no tienen una ventilación de aire adecuada, como los ascensores y las habitaciones sin ventanas.

En vista de esto, los padres deben estar pendientes de las actitudes o comportamientos de sus hijos cuando tienen que enfrentarse a situaciones en las que no hay un peligro latente. Por ello, muchos se preguntan: ¿Cuál es la causa de la claustrofobia? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se puede ayudar al niño?

Causas de la claustrofobia en niños

Según los expertos, los desencadenantes de la claustrofobia en niños pueden ser genéticos o ambientales. No obstante, también puede deberse a otros factores, tales como:

  • Sobreprotección de los padres hacia el niño.
  • Ser forzado a situaciones para las que el niño aún no está preparado.
  • Transimisión de los propios temores temores de los padres al pequeño.
  • Alguna experiencia traumática vivida en el pasado.

La claustrofobia en niños puede causar ataques de pánico.

Síntomas de la claustrofobia

La claustrofobia en niños tiene dos síntomas fundamentales: la fobia a la restricción y a asfixiarse. Sin embargo, hay otros síntomas visibles. Algunos de ellos son:

  • Enojo e irritación al momento de entrar a un lugar pequeño.
  • Ataques de pánico.
  • Sudoración excesiva.
  • Aumento en la frecuencia cardiaca.
  • Dificultad para respirar.
  • Sensación de asfixia.
  • Dolores estomacales.
  • Dolor en el pecho.
  • Tos severa.
  • Sensación de mareos.
  • Escalofríos o calor excesivo.
  • Muchos empiezan a quitarse la ropa porque piensan que se les haría más fácil respirar.
  • Temor a morir.

Cuando se produce el ataque de pánico, pueden presentarse hasta 5 de los síntomas anteriores a la vez.

“Los padres deben estar pendientes de las actitudes o comportamientos de sus hijos cuando tienen que enfrentarse a situaciones en las que no hay un peligro latente”

Tratamientos para la claustrofobia en niños

Cuando el padre nota algún síntoma de que su hijo padece de claustrofobia, debe llevarlo a un especialista de inmediato. Este le indicará algunos tratamientos específicos, como por ejemplo:

  • Se le pueden administrar algunos medicamentos en particular, como los ansiolíticos.
  • Terapia cognitiva – conceptual: ayuda a modificar pensamientos erróneos que el niño tiene.
  • Terapias de desensibilización, en las que el psicólogo lo ayuda gradualmente a que se adapte a espacios cerrados.
  • Técnicas de respiración y relajación.

La claustrofobia tiene síntomas emocionales y físicos en niños y adultos.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudarles a superar el miedo?

Entre las cosas que pueden hacer los padres para colaborar a que sus hijos superen este temor, se encuentran:

  • No hacerlo sentir mal, avergonzarlo o ridiculizarlo frente a los demás.
  • Brindarle todo el apoyo posible.
  • Enseñarle y decirle con amor que si sube a un ascensor o si permanece en un lugar cerrado no le sucederá nada.
  • Mantener una buena comunicación y analizar juntos la situación con total naturalidad.
  • Ayudarlo a que él mismo evalué su temor, enseñarle que puede hacer varias cosas para tranquilizarse, como por ejemplo, respirar poco a poco y pensar en cosas bonitas y positivas.
  • Repetirle frases positivas sobre sí mismo para que se las repita una y otra vez a medida que empiece a sentir temor.
  • Si el niño le tiene miedo a los monstruos, evitar que vea películas que lo asustan o programas violentos.
  • No darles comidas picantes o bebidas con cafeína.

En conclusión, la claustrofobia en niños es un miedo o fobia intensa que siente el niño cuando se enfrenta a espacios cerrados y que merece ser tratado desde un principio. Es importante estar atentos a su comportamiento en ascensores, habitaciones pequeñas y sin ventanas, sótanos, trenes, aviones y autobuses.

Si notas que tu hijo está experimentando este tipo de fobia, no te sientas mal. Puedes ayudarlo con cariño y enseñarle para que aprenda a superar ese miedo que a veces lo deja inmóvil y sin saber cómo enfrentarlo. En caso de que intentes ayudarlo pero no veas mejorías, busca inmediatamente a un especialista para que le indique el tratamiento más adecuado.

Bibliografía

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