Cuando hay más de un niño en casa, es común que surjan ciertas rivalidades entre ellos. Los padres, con su estilo de crianza, pueden ayudar a que estas envidias y recelos se reduzcan al mínimo. Pero, aun así, hay situaciones especialmente complicadas de gestionar. Es lo que ocurre con los celos por el cumpleaños, una emoción que causa malestar en los hermanos y puede incluso empañar el día especial del homenajeado.
Los celos entre hermanos son uno de los grandes retos para las familias con más de un hijo. Padres, tíos, abuelos y otros adultos hacen siempre lo posible para que ninguno de los pequeños se sienta excluido o poco amado, por lo que tratan de ser justos e igualitarios.
Los souvenirs de los viajes se compran a pares e incluso se procura que sean iguales para evitar discusiones. En Navidad, se intenta ofrecer a todos los niños regalos similares y en igual cantidad. Pero, ¿qué hacemos cuando llega el día del cumpleaños?, ¿hemos de proceder de la misma forma? Exploramos la respuesta a continuación.
Celos por el cumpleaños, ¿cómo manejarlos?
En primer lugar, hemos de ser conscientes de que es normal que esta situación se produzca. El hecho de que uno de tus hijos sienta celos por el cumpleaños de su hermano no debe preocuparte ni has de tomarlo como una señal de que los educas mal.
Incluso, los adultos sentimos envidia cuando no somos los protagonistas o cuando vemos que alguien tiene más que nosotros. Por eso, si no sabes por dónde comenzar, te ofrecemos algunas claves que pueden ayudarte al respecto.
Informar y anticipar
Conocer y comprender de antemano lo que ocurrirá no evitará que los niños sientan celos, pero puede ayudarles a prepararse. Así, puede resultar positivo hablar con los hermanos antes del evento. Se debe explicarles que el cumpleañero celebrará una fiesta, que recibirá regalos y será el centro de atención por ese día. También, conviene recordarles que ellos también cumplirán años y gozarán del mismo privilegio en su momento, así como anticipar que es posible que sientan celos y que esto es natural.
Involucrar a los hermanos en los preparativos
Aunque no sean los protagonistas del día, los hermanos pueden formar parte del cumpleaños al involucrarse en los preparativos. Actividades como ir a comprar los globos y manteles, envolver los regalos o crear una postal para su hermano puede hacerles sentir más implicados en el evento.
De este modo, no serán meros espectadores pasivos de la atención que recibe el cumpleañero. En cambio, formarán parte de la organización y podrán experimentar la ilusión de preparar todo para sorprender y hacer feliz a una persona que quieren. Pedir su colaboración para este fin les hará sentir importantes, valiosos y tenidos en cuenta. Además, les ayudará a aprender a alegrarse y a participar en la felicidad de otros.
No ofrecer regalos a todos los niños
Para evitar conflictos y enfados, muchas familias optan por adquirir regalos no solo para el cumpleañero, sino también para sus hermanos. En algunos casos, estos son similares en tamaño, valor e importancia, lo cual es injusto, ya que solo es el cumpleaños de uno y se le resta protagonismo.
En otros casos, se ofrece a los hermanos un detalle de menor valor, lo cual, paradójicamente, puede hacerles sentir inferiores y acrecentar el sentimiento de injusticia. Y es que recibir un libro para colorear mientras tu hermano recibe una bicicleta no ayuda realmente a aliviar el malestar de los celos.
La mejor opción consiste en dejar que sea solo el cumpleañero quien reciba regalos y obsequios. Finalmente, los niños han de aprender a tolerar la frustración, ya que esta es solo una de muchas ocasiones similares que se plantearán en su vida. Por tanto, si les evitamos la incomodidad, no les enseñamos herramientas para el futuro.
Validar la emoción
Ahora bien, no evitarles la incomodidad no implica ser indiferentes a su sufrimiento. Realmente, los celos por el cumpleaños de un hermano pueden ser una emoción muy desagradable para los niños. Por eso, ellos necesitan que sus figuras de referencia los acompañen en este momento.
Así, es importante ayudarles a reconocer lo que sienten, permitir que lo expresen y asegurarles que es natural y válido su sentimiento. Para ello, hay que sentarse con el niño y hablar al respecto. La idea es acompañarle en su sentir y ayudarle a regularlo de forma apropiada.
Este tipo de actuaciones de los padres, en las que se tiene en cuenta al niño y sus necesidades, ayudan a forjar un vínculo de apego seguro entre ambos. Y, según algunas investigaciones, este elemento ayuda en gran medida a que los menores sientan menos celos y sepan manejarlos de una mejor forma.
Proponer soluciones proactivas
Por último, podemos animar a los niños a no dejarse secuestrar por los celos y disfrutar de ese día, incluso si el protagonista es su hermano. Aunque no sean el centro de atención, pueden disfrutar de la torta y los dulces, participar en los juegos y divertirse con amigos y familiares.
También, pueden enfocarse en ver la ilusión con que su hermano disfruta de la decoración y los regalos en los que ellos participaron. Así, podrán sentir que su esfuerzo tiene recompensa. Finalmente, siempre hay varias formas de afrontar una misma situación.
Los celos por el cumpleaños son una oportunidad de aprendizaje
En definitiva, se trata de observar este evento como una oportunidad para enseñar a los niños a tolerar la frustración y a manejar las emociones desagradables. Las conversaciones, las actitudes que alentemos y las herramientas que ofrezcamos en este momento les serán de utilidad no solo ahora, sino también más adelante.
Por ello, no debes tratar de tapar la emoción de tus hijos ni forzarles a sentirse de una forma diferente. En cambio, puedes acompañarles en lo que sienten para que, progresivamente, puedan hacerlo solos. Esta es la base de la crianza consciente.
Bibliografía
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