Castigos en el aula

Los castigos en el aula son algo que debe ser analizado en la actualidad. Los docentes deberían tener una correcta formación sobre cómo evitar, en primer lugar, malos comportamientos en el aula.
Castigos en el aula
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Azucena Fernández

Última actualización: 29 septiembre, 2020

Los castigos en el aula son algo que debería tenerse en cuenta entre los aspectos de formación del profesorado. Los maestros y profesores no solo deben tener conocimientos de la materia que enseñan. Estos conocimientos deben ir más allá y, para ello, deberían entrar en el aula con habilidades prácticas para manejar dicho aula.

Uno de los aspectos más importantes de la formación de los futuros profesores es enseñarles a dirigir un aula. Son muchas las investigaciones que demuestran que los estudiantes aprenden mejor en ambientes atractivos y ordenados. Pero todos los niños son diferentes y responden a la disciplina de diferentes maneras.

¿Qué tipo de comportamiento improductivo sucede normalmente en el aula?

Los comportamientos improductivos (conocidos como mal comportamiento) de los alumnos se pueden agrupar en los siguientes tipos:

  • Perturbadores de bajo nivel.
  • Los Desinteresados.
  • Comportamientos agresivos y antisociales.

Las conductas perturbadoras y desinteresadas de bajo nivel entre los alumnos son las que nos encontramos con más frecuencia en la aulas. A los profesores les resulta difícil controlarlas. Así pues, los comportamientos agresivos y antisociales son poco frecuentes.

Estragegias habituales de castigos en el aula

Durante muchos años, los maestros han dependido de dos estrategias de intervención para frenar los comportamientos improductivos:

  • Recompensas, que se utilizan para promover el buen comportamiento.
  • Sanciones o castigos en el aula, pensados para disuadir a los alumnos de perturbar el entorno de aprendizaje.
    Castigos en el aula.

Hasta hace relativamente poco tiempo en España se llegaban a utilizar castigos corporales en las aulas. De esto hace solo unas décadas. Tras la prohibición del castigo corporal en educación, lo habitual ha sido introducir sistemas escalonados de castigos en el aula.

Los sistemas escalonados de castigos en el aula son un conjunto de “consecuencias” que aumentan en severidad. Suelen utilizare para todo tipo de malos comportamientos.

  • Estos enfoques escalonados, por lo general, comienzan con una advertencia.
  • El siguiente paso es que el alumno pase un tiempo fuera de clase.
  • En un paso más allá los alumnos son enviados a alguna autoridad superior en el centro (jefe de estudios o director).
  • Por último puede haber suspensiones y expulsiones.

Este enfoque puede parecer sensato porque permite al profesor continuar enseñando y a otros estudiantes continuar aprendiendo. Sin embargo, ignora la raíz del problema.

A los estudiantes “ofensivos” les resulta difícil volver a aprender después de faltar a alguna sesión y, mucho más, seguir avanzando sin asistir al centro.

“Cuando hablamos con los profesores que utilizan este tipo de castigos en el aula, que son la mayoría, estos aseguran que, normalmente, estos castigos no suelen ser eficaces.”

¿Cómo detener el mal comportamiento y evitar castigos en el aula? Los profesores parecen darse cuenta de que las amenazas y las acciones que alejan a los estudiantes de su aprendizaje no siempre funcionan. Esto está apoyado por la mayoría de las investigación internacionales.

La evidencia muestra, claramente, que confiar en enfoques punitivos para manejar el comportamiento, como poner a los alumnos en tiempo muerto, no es efectivo para solucionar el problema. De hecho, lo exacerban con el tiempo.

Prevención: la clave

La clave es centrarse en la prevención. Teniendo en cuenta el entorno físico, el plan de estudios, los recursos y el método de enseñanza, podemos evitar que los estudiantes se desconecten y, por lo tanto, lleguen a ser un factor perturbador.

Castigos en el aula.

“Los maestros y profesores deben enseñar a resolver problemas y conflictos para que los estudiantes no recurran a la agresión para hacer frente a las situaciones.”

Por lo tanto, la formación de docentes debería incluir una parte importante de datos en los que aprendan técnicas para crear entornos de aprendizaje, no solo atractivos, sino también ordenados. Los comportamientos más comunes en las aulas son los comportamientos perturbadores y desinteresados de bajo nivel. Por ello, es fundamental que logren evitar que estos sucedan.

Los docentes deberían intentar buscar más comprensión, centrarse en un método de enseñanza que incluya evitar conflictos. Todo esto siempre será mejor que intentar “arreglar” el comportamiento de los estudiantes utilizando recompensas y consecuencias.

“Evidentemente, nunca habrá un enfoque que pueda aplicarse en todas las escuelas y aulas para prevenir y responder a los comportamientos improductivos de los estudiantes.”

Los cursos de formación de docentes deben enseñar enfoques, habilidades y estrategias para manejar este mal comportamiento de forma educativa y solidaria. Y lo más importante: los docentes deben centrarse en estrategias para prevenir que ese comportamiento ocurra.


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