Caca de los bebés: tipos y señales de alerta

¿Quieres conocer qué es esperable y qué no lo es con respecto a la caca del bebé? A continuación, encontrarás respuesta a todas tus dudas.
Caca de los bebés: tipos y señales de alerta
Marcela Alejandra Caffulli

Escrito y verificado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 10 junio, 2021

La caca de los bebés es un tópico frecuente en la consulta pediátrica. Ya sea en el control de salud como en la sala de emergencias, los pediatras somos requeridos para responder dudas acerca del aspecto, la frecuencia o síntomas asociados a la defecación de los más pequeños.

La mayoría de las veces ocurren cambios esperables en las características de las cacas (llamados cambios fisiológicos), que son secundarios a procesos madurativos del tubo digestivo o a modificaciones en los hábitos alimenticios. Pero en otra minoría de casos estos cambios representan señales de alarma que merecen la atención de los profesionales con el fin de descartar enfermedades.

Así pues, es importante que los padres conozcan qué esperar con respecto a las cacas del bebé y ante qué signos consultar al médico.

Lo que es esperable de la caca de los bebés

Las características esperables de las deposiciones de los bebés van cambiando a lo largo del tiempo. Para definir la normalidad de cada aspecto, es importante prestar atención a la edad y al contexto del niño (por ejemplo, si toma pecho, leche de fórmula o recibe alimentación complementaria).

Color

Al nacer, los bebés eliminan una caca espesa de color negro llamada meconio. Esta está presente en el intestino del pequeño desde la gestación, incluso antes de haber ingerido leche por primera vez. La eliminación del meconio suele ocurrir desde las primeras horas del nacimiento hasta algunos días después. Con las primeras lactadas, entre el tercer y quinto día de vida, el meconio será reemplazado por cacas de color verde oscuro.

Mamá limpiando la caca de su bebé.

Una vez instaurada la lactancia, la caca del bebé se tornará amarillenta, variando más o menos su tonalidad según la fuente de alimentación. En los bebés que reciban leche materna será un amarillo más verdoso (parecido a la mostaza), mientras que en los bebés que reciban leche de fórmula será un amarillo más amarronado.

Cuando se inicie la alimentación complementaria, el color de las cacas del bebé comenzará a variar según lo que el niño ingiera. Es importante considerar que no todo cambio de color es normal y que lo esperable es que las cacas varíen entre las distintas tonalidades de verde, amarillo o marrón.

Consistencia

Desde el nacimiento y hasta el inicio de la alimentación complementaria (aproximadamente al sexto mes de vida), las cacas de los bebés suelen ser de consistencia blanda a líquida, similar a un puré. Si bien los bebés alimentados con fórmula suelen eliminar cacas de mayor consistencia, esta debe ser aún blanda como pasta. A veces también pueden aparecer grumos mezclados con la caca.

Con la alimentación complementaria la consistencia aumenta y esto se relaciona al tipo de alimento ingerido. Es probable que cambie también el olor y se observen trozos de alimentos enteros.

Para categorizar la consistencia de las cacas usando un parámetro más objetivo, los pediatras contamos con una herramienta elaborada por los expertos que se llama Escala de Bristol. Se clasifica en 7 tipos y, según la edad y el contexto del niño, podremos definir qué es esperable y qué no.

Escala de Bristol

  1. Trozos duros separados como nueces.
  2. Con forma de salchicha, pero grumosa.
  3. Forma de salchicha, pero con grietas.
  4. Forma de salchicha, como serpiente suave y lisa.
  5. Bolas suaves con bordes desiguales.
  6. Trozos suaves con bordes desiguales.
  7. Acuosa sin trozos sólidos. Totalmente líquida.

Frecuencia en la caca de los bebés

En los primeros días de vida el recién nacido hará caca con gran frecuencia. Casi siempre será después de alimentarse y podrá ocurrir una vez por toma (es decir, entre 5 y 10 veces al día). Esto sucede porque nacemos con un mecanismo automático de vaciado intestinal que se despierta durante la ingesta del nuevo alimento (llamado reflejo gastro-cólico) y porque los bebés tienen un esfínter anal inmaduro que no retiene.

A partir de la segunda semana de vida es común que muchos niños reduzcan la frecuencia e incluso pasen varios días sin defecar. Esto ocurre por motivos aún poco claros, que podrían estar relacionados con la madurez intestinal. La característica que lo diferencia del estreñimiento patológico es que una vez que hacen caca, las heces tienen la consistencia habitual (blanda o líquida) quizás con un volumen mayor a lo habitual.

Para el segundo semestre de vida, la frecuencia se regulariza y la mayoría de los niños tendrá al menos una deposición al día o cada dos días.

Con el inicio de la alimentación complementaria, al igual que se mencionó en el punto anterior, el tipo de alimento que el bebé reciba podrá generar cambios en el ritmo evacuatorio.

Señales de alarma en la caca de los bebés

En base a las tres características arriba mencionadas (color, consistencia y frecuencia), a continuación, detallaremos algunas señales de alarma que podrían representar un riesgo para la salud del bebé. Estas son las siguientes:

  • La ausencia de eliminación de meconio durante las primeras 24 horas de vida.
  • En un recién nacido alimentado a pecho, la frecuencia menor a 1 vez al día durante las primeras 2 semanas de vida.
  • Cacas grandes, duras y secas que al bebé le cueste expulsar.
  • Aumento llamativo del número de cacas al día habituales.
  • La presencia de cacas de color blanco-grisáceo acompañadas de coloración amarillenta de la piel (ictericia).
  • Cacas de color rojo o negro, con olor desagradable, fuera del periodo de meconio.
  • La presencia de gusanos, moco, sangre o pus.

¿A qué pueden deberse los cambios?

Padre mirando el pañal de su hijo porque se ha hecho caca.

Si bien estos cambios podrían representar signos y síntomas de enfermedades, en algunos casos ocurren por causas reversibles y es necesario comprobar indicios.

A modo de ejemplo, después de la ingesta de remolacha o de un tratamiento con antibióticos como amoxicilina, las cacas pueden tener un color más rojizo durante unas horas. Si este cambio de coloración persiste y se acompaña de otros signos como el dolor, podríamos estar frente a una hemorragia intestinal.

¿Cuándo consultar?

Es importante consultar al médico de cabecera siempre que aparezcan las señales de alarma. La urgencia dependerá del estado general del niño y del signo que este presente. No será lo mismo un aumento en la consistencia de las cacas en un pequeño que luce por lo demás sano, que la presencia de sangre en todo el pañal.

También es recomendable pedir asesoramiento sobre aquellos cambios fisiológicos en la caca de los bebés para poder anticiparse a los mismos y reducir la preocupación parental.

En lo que a la caca de los bebés respecta…

Conversar acerca de los hábitos defecatorios del bebé es un ítem fundamental en la rutina de los controles de salud. Una apropiada semiología del pañal nos permitirá atender oportunamente tanto a las preocupaciones parentales como a la aparición de signos tempranos de enfermedad

Brindar información acerca de qué es esperable y qué no lo es en este aspecto ofrecerá mayores y mejores herramientas para el cuidado de la salud de los pequeños.


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