Por el bien de tu hijo no puedes ser una madre sufrida

La crianza de nuestros hijos debe forjarse en un entorno lleno de amor, atención y confianza.

madre sufrida

“Las madres sufridas son víctimas de ellas mismas, son féminas que no saben cómo salir de su sufrimiento ni separar el amor del dolor más lamentable.”

Mujer, por el bien de tu hijo, sea cual sea la circunstancia o la causa, no puedes ser una madre sufrida; no puedes serlo, porque el sufrimiento no es amor y todo lo que concierne a un hijo debe ser tomado y sentido con el amor más platónico que pueda existir.

Por el bien de tu hijo y de todos los hijos del mundo, hay que aprender a ser una madre feliz, próspera, exigente, bromista, positiva… pero nunca, una demasiado mansa, sumisa de su sufrimiento.

Por cada madre sufrida hay un hijo infeliz

No todas las mujeres saben cómo asumir su rol de madres. Muchas piensan que amar a sus niños es llorar por ellos y padecer hasta por lo que pueda pasarles mañana.

Las féminas que sienten lástima por sus hijos, que sufren por determinadas características físicas y mentales que ellos tengan; por sus carencias económicas y sus deseos frustrados o inalcanzables… los lastiman, les trasmiten su dolor.

La capacidad emocional de los niños es prodigiosa: ellos siempre se dan cuenta cuando sucede algo malo, existe un problema, o alguien sufre por algo. Los hijos de las madres que sienten y se comportan de esa manera, se crían con la conciencia de que son menos que los demás, hay algo malo con ellos y siempre serán incapaces de lograr sus objetivos.

Orígenes de una madre sufrida

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Los orígenes de una madre sufrida son diversos. Uno que ya debes estar concibiendo es el que está fundamentado por las incapacidades intelectuales y físicas de su hijo.

La mujer que sufrió en su niñez de abandono emocional, la que fue maltratada física y psicológicamente, la que tuvo que sacrificar juventud y sueños por criar a un hijo inesperado, la esposa que fue engañada y despreciada por años, o aquella que le teme a la futura separación de su pequeño cuando este, se convierta en adulto y deba continuar su vida, son también motivaciones para que no pocas mujeres se conviertan en madres sufridas.

¿Cómo no ser una madre sufrida?

Para no ser una madre sufrida o, al menos, intentar evitarlo, te damos estos consejos:

  • Nunca uses las palabras “lástima”, “pobrecito”, “fracasado”, “incapacitado”, “abandono” para referirte a tu niño y menos en donde creas que él puede escucharte.
  • No le tengas lástima. Todos tenemos defectos, carecemos de algo, enfermamos, o no conseguimos un determinado sueño.
  • Cuídalo, pero no lo sobreprotejas. La vida que tiene adelante le espera con un sinnúmero de contratiempos que deberá enfrentar quieras o no. De nada vale sufrir, quizás, por lo que nunca llegue a sucederle. Mejor prepáralo y prepárate para sí algún día le toca enfrentar eso a lo que tanto le temes.
  • Ámalo y hazle saber que el amor es alegría, satisfacción, bienestar, optimismo…
  • Sé valiente e imponte ante las dificultades. Tu hijo merece lo mejor de la vida, lo mejor que puedas darle. Esfuérzate como madre y trabajadora.
  • En sus errores, sus enfermedades, sus miedos, es cuando más te necesita. Ese es el momento menos indicado para deprimirte, darle la espalda y pasarle el “problema” a otro miembro de casa.
  • No pretendas ser para siempre el centro de su atención, su figura de apego, por temor de que mañana crezca y te abandone. Evita criarlo en torno a ti haciéndole sentir que eres lo más importante.

“Amor propio, autoestima alta; sentimientos de satisfacción y regocijo con sus logros, sus aptitudes y forma de ser… esa es la mejor herencia, la más valiosa enseñanza de una madre.”

Por el bien de tu hijo, cuida tu salud mental y sé feliz

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Mamá, otro de los pormenores que no puedes pasar por alto si quieres evitar ser una madre sufrida, es el hecho de cuidar tu salud mental, tu bienestar a nivel emocional.

Aléjate de ser la esclava que posterga todos sus sueños para un mañana que no llega. No seas quien se mantiene las 24 horas del día atenta a los demás, no se supera profesional ni personalmente, no sale de casa a no ser a hacer compras, no hace deportes, no comparte con sus amigas…

La madre abnegada en exceso es la más propensa a caer en una profunda depresión que no solo la perjudique, sino que lacere completamente al resto del núcleo, núcleo que de ella tanto depende.
Por el bien de tu hijo y el tuyo propio sé feliz, lo más feliz y realizada que puedas.

Bibliografía

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