Levantarse temprano es una de las tareas más difíciles que hay, incluso para los adultos; y cuánto más lo es para un niño. En la mayoría de los casos, hacer que un pequeño se levante temprano puede terminar con mal humor, tanto en él como en los padres. Para evitar esta situación, es vital seguir algunas recomendaciones con las que pueda ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar.
A continuación, describiremos algunos consejos para generar este hábito más facilmente; verás cómo el esfuerzo se verá recompensado con los resultados.
5 claves para ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar
Efectivamente, ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar redundará en beneficios para toda la familia. Esto se debe a que las mañanas serán más ágiles y se podrá enfrentar el día con optimismo. Para garantizar el éxito, toma nota de las siguientes recomendaciones y adáptalas al ritmo de vida familiar:
1. Organización antes que todo
La primera clave para que madrugar no se haga cuesta arriba es mantener todo organizado. Si necesitan levantarse temprano para ir al colegio o cualquier otra actividad, deja todo preparado: ropa, zapatos, mochila, etc.
Asimismo, haz que participen en la organización. También puedes crear un lindo cartel con recordatorios de las actividades a realizar para evitar la pérdida de tiempo.
Con el paso del tiempo, esto se volverá una rutina y será sencillo ajustarse al tiempo disponible. Además, le suministrará autonomía al pequeño y lo volverá más seguro.
2. Acostarse temprano para despertar temprano
Los horarios para dormir son indispensables, ya que garantizan el suficiente descanso que facilitará el levantarse temprano. Por ello, si sabes que al pequeño le cuesta levantarse, trata de que se acueste más temprano.
Los médicos recomiendan que los niños en edad escolar deben dormir entre 8 y 9 horas como mínimo. De esta manera, se promueve el aprendizaje y el adecuado crecimiento.
3. Deja un margen de tiempo
Otra de las recomendaciones para ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar es dejar un margen de tiempo de unos 15 minutos. Esto lo logras adelantando la hora del despertador o colocándolo antes de la hora. Con este tiempo, permitirás que se despierten y se estiren sin el agobio de que se está haciendo tarde.
4. Actívalos de forma suave
Madrugar es una tarea difícil, incluso para los adultos. Por ello, al levantar al pequeño, evita hacerlo de forma brusca o a la fuerza. Una recomendación es ir a su habitación y decirle serenamente al oído una frase como esta: “Es hora de levantarse a hacer realidad los sueños”.
Seguidamente, pasa a las caricias y manifestaciones de afecto que lo prepararán para el día. Enciende la luz y asegúrate de que esté despabilado para que no se vuelva a dormir.
“La primera clave para que madrugar no se haga cuesta arriba es mantener todo organizado”
5. Da el ejemplo
La mejor manera de ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar es dando el ejemplo. Respetar los horarios de descanso, ser organizados y evitar quejarse por madrugar son algunos de los factores que siempre vigilan los pequeños.
Esfuérzate por que los pequeños no vean que corres a toda marcha para llegar a tiempo. Ellos esperan que seas tan organizada como se los indicas; sin duda, te lo copiarán.
Recomendaciones para madrugar con pequeños
Levantarse temprano con los niños o ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar no es una tarea imposible. Existen algunas recomendaciones que facilitarán este proceso, sin caer en los conflictos o en el mal humor.
Estas son algunas de las probadas por las expertas:
- Compra un despertador que le guste: llévalo a la tienda y que elija el modelo de su muñeco animado favorito. Enséñale a configurar la hora para levantarse; de esta manera, se sentirá impulsado a levantarse temprano y le ayudarás a crear independencia.
- Despiértate antes que ellos y adelanta ciertas cosas, incluyendo un delicioso desayuno.
- Prepáralos la noche anterior con una conversación amena que incluya lo mucho que los quieres y que espera que se levanten temprano. Esta preparación mental facilitará el proceso.
En conclusión, ayudar a mi hijo para que le cueste menos madrugar es posible con pequeños cambios. Solo debes adecuar el horario y establecer una rutina saludable para todos; el esfuerzo se verá recompensado.