6 actividades para desarrollar la espiritualidad en los niños

La espiritualidad puede ayudar a tus hijos a ser más felices y más fuertes y a vivir con propósito. Descubre algunas actividades que contribuyen a desarrollarla.

¿Alguna vez te has planteado la necesidad de desarrollar la espiritualidad en los niños? Aquellas familias que practican una religión suelen colocar sus creencias y valores en un punto central de la educación, pero ¿qué sucede con quienes no profesan ningún credo? En realidad, religión y la espiritualidad son conceptos que pueden estar relacionados, pero no son iguales. Todos podemos beneficiarnos al trabajar con nuestra dimensión espiritual y especialmente los más pequeños.

Los niños llegan al mundo cargados de pureza y de inocencia, con la mente y el corazón limpios. No se juzgan, no dañan deliberadamente a otros y son capaces de apreciar y admirar la belleza en todo cuanto les rodea. Desafortunadamente, en el proceso de socialización y con el paso de los años, es común que estas cualidades se pierdan. Así, desarrollar la espiritualidad en los niños muchas veces consiste en ayudarles a mantenerse conectados con su esencia. Si quieres saber cómo lograrlo, continúa leyendo.

¿Por qué es importante desarrollar la espiritualidad en los niños?

Nuestra sociedad es cada vez más mental, individualista y materialista. Se premia la lógica y la razón y se invalidan las emociones, la intuición y la capacidad de sentir. Por ello, muchas personas se olvidan la importancia de conectar con la espiritualidad, pese a que esta es inherente a los seres humanos.

Abraham Maslow, en su famosa pirámide de las necesidades, coloca la autorrealización en la cúspide de la figura. El deseo de dar sentido a nuestra vida, de tener un propósito, de reconocernos como algo más que materia, nos acompaña toda la vida, por lo que es importante que sepamos satisfacer esta necesidad para sentirnos plenos.

Además, diversas investigaciones han encontrado que las personas espirituales cuentan con grandes ventajas a nivel psicológico y emocional. Estas son más optimistas y resilientes, cuentan con una mayor autoestima y fortaleza y logran integrarse mejor en su entorno. Además, son capaces de afrontar la enfermedad y la adversidad de una mejor manera y muestran una recuperación más favorable.

¿Cómo desarrollar la espiritualidad en los niños?

Como ves, los beneficios de desarrollar la espiritualidad son numerosos. Por ello, queremos proponerte algunas actividades que, implementadas en el día a día de tus hijos, les ayudarán a conseguirlo de una forma fácil, natural y divertida.

El contacto con la naturaleza contribuye con la salud física y mental de los niños, por lo que ayuda a conectarlos con su espiritualidad.

1. Contacto con la naturaleza

Pasar tiempo en contacto con la naturaleza no solo es beneficioso para la salud física y mental de los más pequeños, sino que también puede ayudarles a conectar con su espiritualidad. Y es que al pasear por un bosque, al nadar en el mar o al observar las distintas especies de flora y fauna que les rodean, no podrán sino admirarse y apreciar la belleza de toda la creación.

Esto les ayudará a sentirse parte de la Tierra, este hermoso planeta que nos acoge. También, aprenderán a respetar y a valorar cada forma de vida. Finalmente, podrán sentir la conexión con todo el entorno y comprender que forman parte de algo mucho más grande.

2. Actividad física

Al desarrollar la espiritualidad en los niños es importante que comprendan que su cuerpo es como un templo. Se trata del magnífico vehículo que les permite vivir, sentir y experimentar cada día. Por ello, han de honrarlo, cuidarlo y respetarlo. Y para ello, la actividad física es fundamental.

Correr, bailar, jugar o practicar cualquier tipo de deporte le permite a los menores amigarse con su cuerpo y mantenerlo saludable. Además, es un excelente modo de canalizar y gestionar las emociones. Hay que tener presente que el plano físico y el psíquico siempre van unidos.

3. Amor propio

La espiritualidad nos ayuda a comprender que nuestra sola existencia es valiosa. También, que el simple hecho de estar vivos nos hace válidos y suficientes, por lo que no hemos de enmascarar a nuestro ser interior para poder encajar. Esta es una de las lecciones más útiles a lo largo de toda la vida. Por eso, asegúrate de que tus hijos cuenten con un buen nivel de amor propio, que se sepan dignos de afecto y respeto y que recuerden mantenerse fieles a sí mismos.

4. Aprender a escuchar la intuición

¿Este lugar se siente bien para mí? ¿Esta persona me causa paz o desasosiego? ¿Estoy tomando esta decisión por convicción o por miedo? Estas son algunas preguntas que solo la intuición puede responder y que es importante que los niños comiencen a hacerse. Más allá del razonamiento lógico, a veces las sensaciones y las corazonadas nos ofrecen valiosa información que no hemos de despreciar. Anima a tu hijo a escuchar su voz interior cada día. Esta será su mejor guía.

La espiritualidad le permite a los niños ponerse en el lugar de los demás, por lo que desarrollan la compasión y la empatía.

5. Practicar la compasión

La espiritualidad no solo va de uno mismo, sino también de la mirada con la que percibimos a los demás, de nuestra capacidad de conectar con ellos y de ser empáticos y compasivos. Por eso, es necesario enseñar a los más pequeños a ponerse en el lugar de los otros antes de juzgarlos. Para ello, debemos animarlos a percibir su dolor, sus carencias o los motivos que pueden llevarles a actuar de forma incorrecta.

Si los pequeños comprenden que todos somos iguales y valiosos en cuanto a la esencia espiritual, evitarán dañar a los demás. Además, su tendencia a sentir envidia, odio, rabia o resentimiento disminuirá significativamente. La compasión nos hermana y engrandece nuestro espíritu.

6. Meditación

Por último, puedes animar a tu hijo a practicar la meditación o mindfulness en su día a día. Este tipo de técnicas le darán el espacio que necesita para conectar con su esencia, cultivar su paz y vivir con conciencia de sí mismo. Podéis utilizar audios de meditaciones guiadas, escuchar frecuencias musicales relajantes o incluso recitar mantras. Se trata de disponer de unos minutos de tranquilidad y sosiego para estar con uno mismo. Finalmente, como dicen, meditar es pasar el tiempo con tu alma.

Los pies en el suelo y la mirada en el cielo

Como ves, la espiritualidad no es algo tan abstracto, ajeno o intangible. En realidad, es una parte más de todos los individuos que necesita ser cuidada y trabajada para poder encontrar la felicidad y la autorrealización en el día a día. Desarrollar la espiritualidad en los niños es recordarles quiénes son y cuál es su grandeza; ayudarles a lidiar con las emociones humanas y enseñarles que en su interior se están todos los recursos que necesitan. Es, en definitiva, mostrarles cómo transitar esta vida con los pies en el suelo, pero con la mirada en el cielo.

Bibliografía

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  • Torralba, F. (2016). Inteligencia espiritual en los niños. Plataforma.
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