5 claves para enseñar a tus hijos a no rendirse

Para alcanzar metas personales, sociales o escolares, los niños necesitan aprender a no rendirse. Te mostramos algunos valores clave que puedes transmitirles para animarles a perseverar.

Niño con fortaleza porque ha aprendido a no rendirse.

El ser humano posee el instinto natural de autorrealizarse, de superarse a sí mismo, de establecer metas y trabajar para alcanzarlas. Este es el modo en el que logramos evolucionar y crecer personalmente. Sin embargo, el camino no siempre es sencillo y pueden aparecer múltiples obstáculos que nos lleven a querer tirar la toalla. Por ello has de enseñar a tus hijos a no rendirse, para que logren alcanzar la felicidad y su propia definición del éxito pese a los retos y desafíos.

Si queremos que un menor persevere en cualquier tarea (una actividad escolar, un ejercicio cognitivo, un hábito deportivo) hemos de armarlo con autoestima y autoconfianza. A este respecto, la sobreprotección puede hacer sentir al niño desvalido e incapaz de lograr las metas por sí mismo. Sin embargo, una crianza excesivamente autoritaria puede transmitirle el miedo a cometer errores, y esto también puede llevarle a rendirse casi antes de empezar.

Así, existen varios aspectos que han de trabajarse desde la infancia para ayudar a los jóvenes a alcanzar su máximo potencial. Los vemos a continuación.

Padres enseñando a sus hijos a no rendirse.

La voluntad

La voluntad es la aptitud que permite a una persona decidir lo que desea y ordenar su conducta con el fin de lograrlo. Está muy relacionada con la motivación y es el motor principal que nos impulsa a continuar pese a las piedras en el camino.

En el día a día pueden presentarse numerosas situaciones que requieren de la voluntad de los menores: levantarse temprano para ir al colegio, acudir a su actividad extraescolar en lugar de quedarse jugando, estudiar las horas necesarias pese a la pereza o la desgana… Es en estos momentos cuando han de ser capaces de recordar por qué merece la pena ir contra sus deseos inmediatos.

Es decir, tienen que lograr centrar su atención en las consecuencias a largo plazo. Por ejemplo, ir al colegio y estudiar les permitirá formarse y tener una profesión en el futuro; y la clase extraescolar puede ayudarles a ejercitar su cuerpo, encontrarse más sanos y pasar un rato agradable relacionándose con sus compañeros.

El esfuerzo

Aunque el niño tenga claro cuál es el objetivo a largo plazo y posea la voluntad necesaria, ha de saber que probablemente alcanzar su meta requiera un esfuerzo. Este puede ser de muy diversa índole: esforzarse físicamente, adquirir nuevos conocimientos, superar temores… En cualquier caso, habrá de salir de su zona de confort y esto le puede asustar y llevarle a rendirse. Así, es importante recordarle que el esfuerzo le permitirá mejorar y le hará sentir orgulloso por haber logrado superarse.

La perseverancia

A todos nos gustaría que nuestros objetivos pudiesen cumplirse en un corto tiempo y con el mínimo esfuerzo. Un deseo que en los menores es más acuciante, ya que su paciencia y su control de los impulsos se encuentran menos desarrollados.

Sin embargo, si deseas enseñar a tus hijos a no rendirse, has de ayudarles a perseverar. Para ello, puedes mostrarles cómo dividir el objetivo en pequeñas subtareas más asequibles y premiarles por cada avance que logren. Este reconocimiento les ayudará a continuar en el tiempo hasta alcanzar la meta final.

Aprender de los errores

El perfeccionismo es una de las cualidades que puede llevar a los niños a rendirse antes de tiempo. Y es que aquellos menores que poseen este rasgo suelen percibir el error como un fracaso. Por ello, cuando fallan, se frustran y se sienten incapaces e incompetentes. Recuérdale a tu hijo que ninguna persona es perfecta, que todos fallamos y que el error es una de las partes más importantes del camino. De este modo, le será más sencillo seguir adelante.

Resiliencia

Niña subiendo unas escaleras enormes para aprender a no rendirse.

Desafortunadamente, aunque los niños hagan todo como es debido, no siempre obtendrán los resultados esperados. Y es en estos momentos cuando has de enseñarles a tus hijos a aplicar la resiliencia; es decir, debes enseñarles a salir fortalecidos de esa circunstancia adversa.

Suspender un examen puede ser el impulso para adquirir mejores técnicas de estudio; y no ser aceptado en un grupo de amigos puede ayudar a decidir qué tipo de personas realmente quiere tener a su alrededor. Cada obstáculo puede aportar un importante aprendizaje que nos lleve a un lugar mejor.

Enseñar a tus hijos a no rendirse les acerca a la felicidad

Normalmente contemplamos la constancia y la perseverancia como cualidades necesarias para obtener un buen rendimiento académico. Pero más allá de esto, enseñar a tus hijos a no rendirse les proporcionará una valiosa lección de vida. No solo les hará más propensos a alcanzar el éxito en aquello en lo que se propongan, sino que, ante todo, les dotará de confianza en sí mismos y en sus capacidades. Y esto, sin duda, los hará personas más felices.

Bibliografía

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