¿Se pueden corregir los dientes torcidos en los niños?

A veces, corregir los dientes torcidos en los niños es solo cuestión de tiempo, mientras que en otras ocasiones puede ser necesario un tratamiento. La ortodoncia desempeña un papel crucial y te contamos lo que puedes hacer.
¿Se pueden corregir los dientes torcidos en los niños?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 04 marzo, 2024

Los dientes torcidos en los niños suelen ser motivo de preocupación para los padres y muchos se preguntan si se pueden corregir. La buena noticia es que esta situación puede abordarse de manera eficaz durante la infancia para mejorar la estética, la funcionalidad y la salud oral de los más pequeños.

La clave radica en la detección temprana y la orientación de profesionales expertos. Los chequeos regulares con el ortodoncista se convierten en un componente vital. También, es importante destacar que no todas las situaciones demandan un tratamiento con aparatos.

Los controles, la prevención y las intervenciones adecuadas puede marcar la diferencia en el desarrollo bucodental de los más pequeños. En este artículo, te contamos cuáles son las causas de los dientes torcidos en los niños, qué sucede si no se los trata y los tratamientos que permiten corregir este problema.

¿Por qué se tuercen los dientes en los niños?

Observar dientes torcidos en niños es una situación bastante común y puede tener diversas causas. Por un lado, pueden ser una condición temporal que aparecen cuando se caen las piezas de leche y salen las permanentes.

A medida que el niño crece, los maxilares se desarrollan y los dientes definitivos erupcionan. Mientras la boca cumple sus funciones naturales, la alineación dental tiende a corregirse de forma espontánea, eliminando la necesidad de un tratamiento ortodóntico.

En tales situaciones, el monitoreo regular con el ortodoncista puede ser suficiente para asegurar que la evolución natural siga su curso sin intervenciones innecesarias.

Sin embargo, en otros escenarios, los dientes torcidos pueden tener su origen en una malposición dentaria o en problemas relacionados con el crecimiento de los maxilares y se deben corregir con un tratamiento. Estas son algunas de las razones que pueden provocar la desalineación de la mordida.

  • Factores genéticos: antecedentes familiares de maloclusiones y problemas dentales aumentan la probabilidad de que se repitan en otros miembros.
  • Hábitos orales: chuparse el dedo, el uso prolongado del chupete, empujar la lengua contra los dientes o morder objetos pueden afectar la alineación dental. Estos comportamientos afectan el normal crecimiento y desarrollo de los músculos y huesos de la mandíbula.
  • Alimentación: el abuso de alimentos blandos y procesados a edades tempranas, que no requieren masticación vigorosa, puede afectar el desarrollo de los maxilares y la alineación dental.
  • Dientes incluidos o retenidos: las piezas que no erupcionan de manera completa pueden desencadenar el choque con dientes adyacentes, causando desplazamientos y malposiciones.
  • Enfermedades y lesiones: los traumatismos dentales o ciertas enfermedades, como caries muy avanzadas, pueden repercutir en el posicionamiento de las piezas dentales. La pérdida prematura de los dientes de leche como consecuencia de estas afecciones impacta en la alineación de los elementos permanentes.
  • Anomalías en el crecimiento: la mandíbula o el maxilar pueden no desarrollarse de manera adecuada, lo que resulta en una falta de espacio para la alineación correcta de los dientes.

Comprender las diversas causas es fundamental para que los ortodoncistas personalicen las estrategias de tratamiento y proporcionen soluciones específicas para cada niño.



¿Cómo corregir los dientes torcidos en los niños?

A partir de los 6 años, es fundamental que los niños comiencen con sus revisiones periódicas con el ortodoncista. En esta etapa de crecimiento y recambio dentario, pueden aparecer problemas de mordida y dientes torcidos que requieren ser abordados por un experto.

Aunque algunas situaciones se resuelven por sí solas a medida que el niño crece y cambia sus dientes, otras requieren una detección e intervención temprana para evitar consecuencias más graves. Iniciar la ortodoncia en el momento adecuado permite realizar tratamientos eficaces y obtener resultados óptimos.

La elección del tratamiento dependerá de la particularidad de cada caso, la edad del paciente, las causas de la afección y sus necesidades individuales. Luego de un diagnóstico preciso y un minucioso estudio del caso, se elige la opción más adecuada. Te contamos los tratamientos más frecuentes.

Nunca debes tratar de corregir y enderezar los dientes torcidos de los niños con métodos caseros, pues es muy peligroso. Si crees que tu pequeño tiene un problema de alineación dental, consulta a un odontólogo u ortodoncista para que reciba la atención adecuada.

Ortodoncia preventiva

La ortodoncia preventiva es una rama de la ortodoncia que lleva a cabo acciones específicas para mantener la integridad de la oclusión. Intenta evitar desviaciones y maloclusiones antes de que sucedan.

Su objetivo es establecer condiciones favorables para un desarrollo bucodental saludable. Se centra en la educación a los padres, el abordaje de hábitos y problemas de desarrollo facial y dental que podrían generar complicaciones en el futuro.

La acción temprana la caracteriza, por eso se aplica en niños pequeños, cuando muchas de las estructuras de la boca están en pleno desarrollo.

No todos los casos necesitan tratamientos con aparatos dentales. Algunos ejemplos incluyen:

  • Corrección de hábitos dañinos como la succión del dedo, el uso prolongado del chupete o del biberón y la respiración oral.
  • Mantenedores de espacio para preservar el lugar necesario para la erupción de los dientes definitivos cuando las piezas de leche se pierden antes de tiempo.
  • Extracciones dentarias cuando existen dientes supernumerarios o anquilosados (unidos al hueso de forma permanente).

Ortodoncia interceptiva

La ortodoncia interceptiva es una modalidad de tratamiento que se implementa de forma temprana, alrededor de los 6 años de edad, cuando los niños comienzan a cambiar sus piezas de leche por las permanentes. En esta etapa de desarrollo, es posible aprovechar la maleabilidad de los huesos para guiar su crecimiento. 

Este abordaje se centra en corregir las discrepancias entre los huesos maxilares, como paladares muy estrechos o adelantamientos de la mandíbula. Así, favorece una relación más armónica al ocluir y evita la necesidad de tratamientos más complejos en el futuro.

A través del uso de aparatos ortopédicos específicos, se busca guiar o frenar el desarrollo de las estructuras óseas de la boca, equilibrar la oclusión, la posición de las piezas dentales y el tamaño y forma de los maxilares. También, se enfoca en la eliminación de hábitos nocivos como la interposición lingual y la succión del dedo.

Los aparatos utilizados en este tipo de ortodoncia pueden ser tanto fijos como removibles y su elección dependerá de la maloclusión específica, la edad del paciente y sus rutinas.



Ortodoncia fija con brackets

La ortodoncia fija con brackets se aplica durante la adolescencia, cuando las piezas definitivas terminaron de erupcionar y ya no quedan elementos de leche en la boca, pero el hueso aún está creciendo. Es una solución efectiva para corregir malposiciones dentales como el apiñamiento dental, dientes torcidos y otras maloclusiones.

Este tratamiento utiliza brackets, que son pequeñas placas que se adhieren a la parte exterior de los dientes, conectadas entre sí a través de un arco de metal. A veces, también son necesarios otros aditamentos.

Este sistema aplica fuerzas graduales para movilizar individualmente cada diente, logrando una alineación adecuada.

Los aparatos se confeccionan de diferentes materiales que permiten responder a las necesidades estéticas y posibilidades económicas del paciente. Hay brackets metálicos que son menos costosos y otros de zafiro, de cerámica y linguales para los que desean que su ortodoncia pase desapercibida.

Ortodoncia invisible

La ortodoncia invisible, también conocida como Invisalign, utiliza un grupo de bandejas de plástico transparente que se confeccionan de manera específica para la boca de cada paciente. Las mismas se recambian cada cierto tiempo para que ejerzan las fuerzas necesarias para movilizar los dientes.

Se trata de un método estético y cómodo que se puede usar en niños y adolescentes para corregir varios problemas oclusales. El paciente puede sacar y ponerse las férulas por sí solo, pudiendo comer con normalidad y mantener una higiene oral adecuada. De todos modos, el éxito de la terapéutica depende de que se usen la mayor parte del día, al menos 22 horas diarias.

En algunos casos, puede ser necesario aplicar un enfoque que combine varios tratamientos: comenzar con ortodoncia interceptiva, mientras el niño crece y cambia sus dientes. Luego, terminar con ortodoncia con brackets o Invisalign para mejorar los resultados.

¿Qué pasa si no se tratan?

Cuando los dientes torcidos en los niños persisten sin corregir, provocan consecuencias negativas en muchos aspectos de su vida. El factor estético es uno de los más evidentes, pero no el único.

La apariencia de una sonrisa desalineada puede generar complejos y afectar la autoestima de los niños. Tener dientes que salen fuera de lugar o amontonados puede generar inseguridades en los más pequeños. El aspecto de la boca podría exponerlos a situaciones de burlas y contribuir a una percepción negativa de su propia imagen.

No resolver los problemas de mordida también tiene un impacto significativo en las funciones orales y en la salud bucodental en general. El habla, por ejemplo, puede verse alterada por la posición incorrecta de los dientes. Los niños con dientes torcidos pueden tener problemas para pronunciar algunos sonidos de manera adecuada.

La mala alineación de los dientes también puede generar tensiones en la mandíbula, provocar dolor muscular y, en algunos casos, favorecer el bruxismo. Además, pueden provocar contactos atípicos al morder, resultando en desgastes de la superficie dentaria y sensibilidad dental.

Por otro lado, los dientes torcidos o amontonados dificultan la realización de una limpieza oral efectiva. Esto puede dar lugar a la acumulación de placa bacteriana, aumentando el riesgo de desarrollar caries, mal aliento y gingivitis.

Evitar los dientes torcidos

Aunque los dientes torcidos en los niños se puedan corregir, podemos tomar algunas medidas para evitar que las piezas salgan mal acomodadas y sean necesarios los tratamientos que aquí te contamos.

Inculcar hábitos de higiene oral desde edades tempranas, promoviendo el cepillado de dientes y el uso del hilo dental, es clave para prevenir la acumulación de placa bacteriana y posibles caries que afecten la alineación dental.

Evitar los alimentos ultraprocesados y llevar una dieta variada, con comidas de diferentes texturas y consistencias, también contribuye al desarrollo adecuado de los maxilares y músculos orofaciales.

Además, se debe evitar el uso prolongado de biberones y chupetes, evitar hábitos perjudiciales y realizar revisiones odontológicas periódicas desde el primer año de vida. La primera visita al ortodoncista a partir de los seis años permite detectar y tratar posibles problemas de manera temprana, evitando complicaciones futuras.


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