Ser una mamá cariñosa no es malcriar a tu hijo

Madres exigentes, permisivas, demostrativas, más “frías”, clásicas o modernas. Como ven, hay de todo tipo. No obstante, las más criticadas y cuestionadas suelen ser las más abocadas y abnegadas mamis. Sin embargo, ten la seguridad y tranquilidad de que ser una mamá cariñosa no es necesariamente malcriar a tu hijo.

Que son sobreprotectoras, que no se puede ser tan permisiva, que vives preocupada y que empalagas con tanto amor maternal. Siempre hay un motivo para criticar. Así que, querida madre, es hora de hacer oídos sordos y seguir tu instinto que rara vez se equivoca.

Si eres una mamá cariñosa, no hagas caso a las críticas de tu entorno y simplemente demuestra todo esas cosas maravillosas que sientes por tu hijo. Nada más lindo que un niño feliz sabiéndose amado por su madre. Su personalidad, autoestima e inteligencia emocional te lo agradecerán a futuro.

¿Para tanto? Sí, y para mucho más. Porque con tus múltiples y variadas manifestaciones de cariño y afecto no solo no le haces un mal a tu hijo como muchos suponen. Pues también surtes de gran cantidad de beneficios tanto para esta inmaculada relación madre e hijo, como para su sano desarrollo. ¡Conócelos!

Ser una mamá cariñosa: 5 ventajas de niños ‘biencriados’

En primera instancia vale una distinción vital: ser una madre cariñosa no implica ser una mamá permisiva. Es por eso que tantos psicólogos defienden la manifestación del cariño a los hijos dado que afecto jamás malcría. Pues lo único que surte efectos negativos es la falta de límites, normas y disciplina.

Por eso, no solo es fundamental amar con toda la fuerza de tu corazón a tu niño, sino que él lo perciba claramente. Por eso, un beso, un abrazo y una caricia matutina deberían ser tan necesarios y obligatorios como el desayuno de cada día. No es para menos, mira los efectos positivos de ser una mamá cariñosa:

  • Fortalece el lazo madre e hijo. ¿Qué mejor que todo ese afecto y admiración para fomentar una unión sagrada? De este modo, es posible generar una mayor confianza, cimiento esencial para edificar una educación sólida. Será más fácil explicar los sí y los no de su infancia, por lo cual se ganará en obediencia infantil de cara a los límites y normas familiares. Del mismo modo, se eliminan los secretos entre ambos.
  • El niño se siente protegido por su madre, y su autoestima. El pequeño ya no teme a las adversidades ya que encuentra un respaldo en su mamá y se siente capaz de sobrellevar la situación. El amor maternal le da fuerzas y nutre su valentía. Ser una madre cariñosa hace que, más temprano que tarde, el niño se sienta invencible, indestructible. Además, al sentir el cariño de la madre constantemente, ese chico se siente seguro de sí mismo.

  • Desarrolla su inteligencia emocional. No hay nada más importante que saber gestionar las emociones para utilizarlas a nuestro favor. Sin duda alguna, una buena inteligencia emocional hace a todo niño feliz. Así, ser una madre cariñosa ayuda a tu hijo en este aspecto, pues aprende a controlar diversos sentimientos y a tolerar la frustración.
  • Favorece la comunicación y combate la introversión. Por todo lo anterior, resulta obvio que ese nene querido no tendrá problema para hablar con su madre. Sin importar el tema, esa mami se ha convertido en su confidente. Y es esa misma comunicación exitosa la que ayuda al menor a ser más extrovertido. Es que logran vencer el miedo y la timidez a la hora de vincularse con los demás.
  • Empatía y cariño para el entorno. Por último, estos menores conseguirán ser más empáticos con los demás, pudiendo entonces demostrar cariño y comprensión por sus compañeros. En general, enfrentarán menos complicaciones cuando deban expresar sus emociones.
Bibliografía

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