Lo más seguro es que hayas llegado a escuchar que cuando ya eres madre o padre, tiendes a repetir lo que tus padres hicieron contigo cuando solo eras un niño/a. Y es allí cuando se recomienda que trates de ser esa persona que le hubiese gustado tener a tu niña interior.
Esto es algo que sucede por instinto, que no se puede controlar. Sin darte cuenta, estás repitiendo los comportamientos de tus progenitores de forma inconsciente, bien sean buenos o malos. Pero no te preocupes porque esto no es nada grave.
Toda experiencia que se vive es una nueva oportunidad que te brinda la vida para mejorar como persona. Esto ayuda a que repares esas conductas que llegaron a tener tus padres contigo, pero que hoy en día sabes que no son las más correctas para aplicarlas y darle una buena crianza a tus hijos.
Por ello, es muy importante que te pongas a reflexionar y pienses en ser esa madre que te hubiera gustado tener. Aunque ser padres se trata de equivocarse y acertar, nadie nace aprendido. Por este motivo, tienes que tener un momento para pensar en qué le quieres dar a tus hijos, todo eso que tus padres no pudieron darte en su momento.
Gran parte de tus comportamientos los aprendiste de tus padres
Gracias a tus padres aprendiste muchas cosas. Algunas pudieron llegar a ser mejores que otras, pero ten la seguridad que ellos dieron lo mejor que pudieron en su momento. Debido a esto, y la reflexión que hagas, vas a poder ser la madre que tu niña interior siempre deseó.
Ya has aprendido todo lo que tus papás te enseñaron, así como lo que pudieron haber realizado de otra manera. Ahora te toca a ti tener fuerzas suficientes para hacerlo lo mejor que puedas. Fuiste niña, pero ahora eres madre.
Puede que tus progenitores hayan sido autoritarios, te prohibían comer dulces, te colocaban muchas normas, te decían que no debías llorar, no te dejaban salir, etc. Del modo que sea, ahora te toca a ti dar lo mejor, y ofrecer a tus hijos esas oportunidades que a ti no te pudieron dar.
Mantén las cosas positivas y olvida lo negativo
Tienes que olvidarte de todas que esas cosas que te llegaron a herir el corazón, o de aquellas que hoy en día entiendes que no era una buena crianza y educación. A tus padres los amas, pero ya que eres una persona adulta, no te debe molestar el reconocer que no son perfectos.
La maternidad y la paternidad se basa en ser imperfectos y hacer todo lo posible por realizarlo de la mejor manera. Tus papás te siguen cuidando y queriendo a su modo, cosa que no debes hacer por igual con tus hijos.
Quédate con todo lo positivo que te dieron, como regañarte con cariño cuando te portabas mal, amarte más que a nada, tenerte la comida lista cuando llegabas del colegio, etc. Ahora que ya eres adulto, entiendes todos los esfuerzos y la dedicación que se tiene al ser padre y madre. Ya sabes el amor que se siente por los hijos, el cual tus padres sentían y sienten por ti.
Sé la madre que tu niña interior hubiera querido tener
Son muchas las cosas que tus padres hicieron bien, por lo que hoy en día las puedes repetir con tus pequeños. Si lo deseas, sé esa madre que tu niña interior quiso que fueras con ella. Aquí tienes algunos ejemplos que te servirán:
- Los dulces solo deberás darlos en los días de fiesta. Una mejor idea es que les des a tus hijos lácteos, frutas o frutos secos.
- Deja que ellos comentan sus propios errores. De este modo, van a poder aprender de los mismos y ser una mejor versión de ellos.
- Coloca normas y límites. Esto va a ser necesario para que se desarrollen de forma correcta y se sientan seguros. Pero eso sí, no impongas las normas, si no dilas con sentido.
- Los abrazos, besos y caricias no pueden faltar. El amor no debe tener límites, y es muy necesario para ellos.
- Discúlpate cuando sea necesario. Si llegas a equivocarte, lo mejor es que asumas tus errores y seas responsable ante las acciones que has cometido. Este es un gran ejemplo de humildad para tus niños.
- Está atento a sus emociones. Pregúntales cómo estuvo su día y cómo les fue en la escuela.
- Pasa tiempo de calidad con ellos. Lo ideal es que les prestes la atención que necesitan, sin ningún tipo de distracciones. Mientras pasen más tiempo juntos será mejor.
Además de ya saber todo esto, también debes recordarles a tus hijos que tienen unos abuelos increíbles. Si no fuera por ellos, tus pequeños no estarían en este mundo y tú no serías quien eres hoy en día.
Debes saber que de los errores siempre se aprende, y que ellos trataron de hacer lo mejor que pudieron contigo. Actuaron con lo mejor que les dio su corazón, que fue un gran amor incondicional hacia ti.